23: ¡Que los cumplas feliz!

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Los 22 de Emmy: Parte I

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Los 22 de Emmy:
Parte I

Emma atravesó el pasillo del segundo piso en dirección a su recámara, llevaba puesto un camisón amarillo claro que se extendía hasta sus rodillas. En su mano sostenía una taza rosa en forma de gato, que Colin le había regalado hacía bastante tiempo, la taza contenía té de manzanilla.

—Emmy —dijo Gael desde la puerta de su habitación que se encontraba a oscuras.

Emma se detuvo frente a la puerta con sus pies descalzos.

—¿Sí?

—Ven. Miremos una peli. No creo que vayas a dormir antes de la medianoche ¿o sí?

—Tengo que peinar a Esteli.

—¿Jeffrey no la peinó?

—Le dije que yo me encargaría.

—Puedes peinarla mientras miramos una película.

—Muy bien. —Jake terminó de subir las escaleras con energía—. ¿Cuál es el plan? Mi florecita cumple 22 en una hora, y ambos están vestidos como si fuese hora de dormir, bueno, yo también, pero mi pijama es casi mi uniforme diario. Vayamos a comprar hamburguesas y comámosla en el auto mientras esperamos que sean las 12.

Emma esbozó una media sonrisa.

Percibía cuánto se estaban esforzando para que su cumpleaños saliera bien desde literalmente el primer segundo, pero ella ya había hecho planes con su gata, además, sabía que Colin la llamaría a la medianoche, y no había otra persona con quien ella quisiera pasar los primeros minutos de su día especial. Había organizado el resto de su día con su familia. En ese momento solo quería lo que viniera de él. Había aceptado que no consiguió permiso para salir temprano, pero eso no significaba que ya le había dejado de pinchar el corazón. Tal vez estaba acostumbrada a que le dieran todo, pero ella no quería todo, ella lo quería a él.

—Sigo llena por las salchichas. Debo poner linda a Estela para mañana, y luego me pintaré las uñas.

—Ah. —Jake lo entendió. Su florecita quería su momento a solas. No le bastaba con cumplir 22, también lo quería alejar, se sintió como si lo hubiese empujado dentro del barro—. Bien. Supongo que dormiremos temprano para aprovechar el día de mañana. Está bien. Mi señora novia debe estar esperándome para que le dé masajes en los pies. Buenas noches —dio media vuelta, alejándose de ellos. No midió sus emociones, cerró la puerta con fuerza, aunque realmente se le había escapado. Encontró a Bianca acostada en la cama—. Creo que necesito adoptar.

Emma le sonrió a Gael, y siguió caminando a su recámara.

—Buenas noches —dijo.

—Buenas noches, linda —cerró su puerta también.

Lo primero que hizo fue encender una vela aromática de chocolate, después eligió el vinilo del álbum Lover de Taylor Swift, y lo colocó en el tocadiscos rosa a un volumen que no saliera de su recámara. Le dio un sorbo a su té, y buscó el peine de Estela sobre su escritorio, entonces, su mirada cayó en unas fotos que tenía con Colin, que esa tarde había dejado encima del escritorio, las agarró, y sacó un álbum de recortes de la estantería donde estaban sus libros, guardó las fotos dentro del álbum como si fuesen su mayor tesoro, y por fin se dispuso a peinar a Estela en el sofá que se hallaba junto a la ventana tapada con cortinas, bebió su té mientras lo hacía, y cantó varias de las canciones del disco antes de percatarse que estaba por ser su cumpleaños.

Las Cenizas De Emma© #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora