49: Cómo empezaron

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Cuando despertó a la mañana siguiente, lo primero que hizo fue agarrar la tarjeta que había dejado en la mesita de noche después de haber subido a su cuarto después de haberlo escuchado en la cocina después de haber bajado con el sigilo de un ratón

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Cuando despertó a la mañana siguiente, lo primero que hizo fue agarrar la tarjeta que había dejado en la mesita de noche después de haber subido a su cuarto después de haberlo escuchado en la cocina después de haber bajado con el sigilo de un ratón. Había despertado para hacer pipí y se encontró con un ramo de 16 flores a sus pies. Había mirado la hora, dándose cuenta que no hacía mucho que había caído dormida, entonces, decidió bajar para averiguar en qué momento él había subido a su recámara, si se había quedado mucho tiempo en su casa o si seguía ahí o si las flores habían llegado por medio de un repartidor. De esa manera había terminado escuchando parte de la conversación.

«—Hijo, me arrepentiré lo que dure la eternidad...».

Ella eligió creerle, no por obligación, su corazón lo sintió. Pero eso no quitaba las escaras. Se había vuelto una persona algo rencorosa después de demasiado, pero tal vez estaba siendo rencorosa con la persona incorrecta. O tal vez tenía todo el derecho a sentirse de esa manera. No había salido lastimada cualquier persona, era él.

Releyó la tarjeta:

Encontré las rosas blancas más blancas del mundo, y míralas, siguen siendo del blanco menos blanco al lado de la imagen mental que tengo de mi futura esposita, vestida de ese color, en nuestra pequeña boda.

Los girasoles son porque no le regalas un ramo a mi nena linda sin al menos un girasol. Como soy un buen futuro esposito, le regalo 8.

¡Mejórate PRONTO!

Con todo mi amor, tu Cole.

P.D: Cuando te mejores te compraré tanta pizza que podrás alimentar a todos los habitantes de Júpiter. Te amo bien, mi linda alienígena.

Emma besó la tarjeta.

—Mi niña —agarró a Estela, quien estaba acostada a su lado, y le dio un gran beso de buenos días en la cabeza—, ¿tú si pudiste ver a nuestro Cole? No sabes cuánto te envidio. Yo lo extraño mucho.

Pero, aun así, anoche había decidido fingir que seguía durmiendo. Se sacrificó dolorosamente, extrañándolo fuerte, solo para que su pa y él tuvieran ese momento a solas que el primero demandaba hacía demasiado tiempo. Sabía que la reunión de ese par había terminado bien, pues, una hora después, recibió mensajes de él.

Futuro esposito: Quería verte, pero estabas dormida.

Futuro esposito: Te dejé algo casi tan lindo como tú :)

Futuro esposito: Por cierto, comí tu porción de canelones.

Futuro esposito: Tranquila. No estaba tan rico.

Futuro esposito: Bueno, sí... jajajajaja

Futuro esposito: Te amo fuerte

Colin estaba de buen humor cuando le escribió esos mensajes.

Las Cenizas De Emma© #3Where stories live. Discover now