57: Momentos

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A la mañana siguiente, Milena fue a buscar a Escarlata, quien había amanecido sobre la alfombra de la sala

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A la mañana siguiente, Milena fue a buscar a Escarlata, quien había amanecido sobre la alfombra de la sala.

En la madrugada, Olimpia se durmió achicharrada en un sillón con sus piernas largas dobladas, y Esmeralda en la alfombra cerca de Escarlata. Bianca decía que ya no tenía edad para esas cosas, había subido a su recámara cuando ellas se quedaron dormidas. Por otro lado, la sexi novia había despertado sin peluca, acostada boca arriba en el sofá.

Saludó a Milena y le sonrió, aunque no supo qué exactamente le estaba diciendo esta mientras arrastraba a Escarlata hacia el Uber, es que, por el mar azul, se habían dormido en la salida del sol, y Milena tocó el timbre a las 10. Cuando regresó a la sala para tumbarse en el sofá, porque no tenía la fuerza necesaria para subir sus piernas escalón por escalón, se dio cuenta de que Olimpia sí tenía fuerzas.

—Pía se fue a dormir con Bia —avisó Esme desde el suelo. Estaba cansada y padecía jet lag cada vez que se movía de un continente a otro, tan duro era el golpe que recibía que tenía pastillas recetadas para el sueño.

—Señorita Emma —Jeffrey se acercó a la puerta de la sala—, les preparamos un desayuno especial.

—¿En serio? —se tumbó encima del reposabrazos del sofá, doblando su espalda en forma de U.

—Sí. Bianca nos lo encargó anoche. Un desayuno para todas tus amigas.

—Bueno. —Emma miró a Esme—. Dijo un desayuno para todas. Debemos hacer un esfuerzo y comer por ellas.

—Me parece justo —contestó Esme, soltando en quejido a medida que se ponía de pie.

Se sentaron frente a la barra de la cocina y un cocinero les puso una bandeja de panqueques recién hechos frente a ellas, entonces, se quedaron solas. Los panqueques lucían bien, pero Emma cargó en su plato tostadas francesas a por doquier, las bañó en su sirope de miel preferido y añadió arándanos como toque final.

Tenía un hambre exagerada.

Bebió jugo de naranja exprimido mientras Esme le recordaba lo bien que la habían pasado.

—Tus amigas son lo máximo.

—Lo sé —sonrió.

Se habían reído demasiado e hicieron muchas locuras. A Escarlata, por ejemplo, minutos después de que los intrusos se largaran levantando polvo con una Benz, le había entrado la locura y llamó a su Agnes para decirle que la quería, la primera vez que le decía que la quería, y estando borracha; por supuesto, ellas intentaron detenerla porque no le dices por primera vez que le quieres a tu persona favorita mientras estás borracha, bueno, Carla sí, porque, desde que había iniciado su historia con su Agnes, sufrió un retroceso mental y actuaba como una adolescente enamorada. Tal vez esas son las cosas que pasan cuando te enamoras por primera vez habiendo pasado la adolescencia hace medio siglo atrás. Pero regresando a las locuras, obviamente, la batalla con huevos había sido la más grande locura de la despedida de soltera. Esmeralda y Bianca habían vivido cada detalle desde un palco en la ventana, estallaron en carcajadas cuando Alan se cayó de cara mientras corría en dirección a la Benz.

Las Cenizas De Emma© #3حيث تعيش القصص. اكتشف الآن