Los celos, los engaños y las mentiras llevan a la protagonista por un vaivén de emociones.
¿Se puede amar a dos hombres a la vez?
Si debes decidirte solo por uno, ¿cuál eliges?
¿El artista callejero o el chico rico y popular?
*+16
*Romance
*Lemon
*...
Tomé el bus a casa, necesitaba despejar mi cabeza. Caminé las pocas cuadras desde la parada hasta el departamento y ahí estaba Jin, sentado en su auto esperándome.
Apenas me vio, bajó y vino a mi encuentro.
—¿De dónde vienes a estas horas? —se veía molesto.
—¿Un hola no sería mejor, antes?
—Me tenías preocupado ¿A dónde estuviste?
Yo no estaba de humor para planteos ni discusiones. Así que abrí la puerta del departamento y me paré en el umbral, sin dejarlo entrar.
—Estoy cansada, no estoy de humor para discutir por trivialidades, mejor nos vemos mañana.
—¿En serio no me vas a dejar entrar? Después de haber estado más de una hora esperándote afuera, ni siquiera me dejas entrar.
Me hice a un lado y abrí la puerta.
—Entra si quieres, pero por favor no discutamos.
—Yo no quiero discutir —su tono decía todo lo contrario— solo quiero saber dónde has estado hasta estas horas.
—En el hospital, ¿dónde más? Tú me dejaste ahí, ¿lo olvidaste?
—¿Tantas horas? ¿Tanto tenías que hablar con tu ex?
—¡Me quedé dormida! —me miró incrédulo. Quisiera saber todo lo que pasaba por su mente en ese momento— Hoseok se durmió y yo me senté a su lado y sin darme cuenta me dormí también.
No podía decirle que me había dormido en la misma cama que él, sería echar leña a al fuego innecesariamente.
Su cuerpo, que estaba tenso empezó a relajarse.
—Ven aquí —tiró de mí hacia él y me abrazó, el Jin que amaba había vuelto. Apoyé mi cabeza en su pecho y podía sentir como sus latidos acelerados empezaban a ser cada vez más calmos hasta llegar a una normalidad.
—¿Cenaste? —Sin esperar respuesta, agregó—¿Quieres que pidamos algo?
Asentí con un leve gesto con la cabeza, no quería despegarme de su abrazo, era tan reconfortante.
—¿Sabes que te amo verdad? —le dije, y él me apartó sosteniéndome de los hombros para mirarme a los ojos.
—Claro que lo sé Shunny, al igual que tú sabes que yo te amo. Por eso me preocupo.
Volví a abrazarlo y me apreté más fuerte contra él. Le acerqué mi rostro para que me bese, y así lo hizo. Un beso tierno que sellaba lo que acabábamos de decir.
Pedimos comida y luego él se quedó a dormir conmigo.
Nos dormimos fuertemente abrazados, estábamos cansados y sensibles.
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