Capitulo 5: Luna creciente

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Nos levantamos tarde y luego de desayunar Hobi se fue porque había quedado con los muchachos. Además me dijo que no se quería cruzar con Seokjin para no ponerse de mal humor, y a mí me pareció una buena idea.

Sonó el timbre, miré el horario en mi celular, eran las 14:00 horas en punto, "¡Increíble!", pensé

Al abrir estaba Jin parado, con una camisa azul claro con pequeñas rayas verticales blancas, llevaba un suéter blanco colgando de los hombros anudado por el frente, pantalón azul marino y zapatillas blancas.

Lucía siempre impecable.
En la mano llevaba un ramo de flores, igual al de la semana anterior.

—¡Hola! —dijo sonriendo.

—¡Hola! Pasarás a visitar a tu mamá otra vez —señalé las flores.

—No. Son para ti.

—¿Para mí? —dije incrédula.

—Es que como la otra vez pensaste que te había traído flores, me sentí mal de no haberlo hecho.

—Pero no tenías que hacerlo.

—Lo sé —dijo extendiéndome las flores. Se veía tan tierno.

—No sé si deba aceptarlas —pensé en cómo le explicaría a Hobi que Jin me había regalado flores..

—Por favor hazlo. Ya me estoy empezando a sentir un poco tonto ofreciéndote unas flores que no aceptas —rió avergonzado.

Jin tenía una risa muy contagiosa, era imposible no reír cuando él lo hacía.

—¡Gracias! —dije resignada y me volví para buscar una jarra donde ponerlas, ya que no tenía ningún florero.

Dejé la jarra con las flores al lado de la pileta de la cocina, tomé mi bolso y salimos a buscar a Hana.


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Estuvimos toda la tarde trabajando en la maqueta, hablando, riendo y bebiendo riquísimos cafés.

Cuando fueron las ocho decidimos que pedir comida, para poder seguir trabajando un poco más, nos urgía terminar la bendita maqueta. Al llegar el pedido, Jin pagó todo, y no nos dejó que le reintegremos el dinero que nos correspondía.

—Un día me invitan a cenar ustedes afuera —dijo para que no sigamos insistiendo.

—Te llevo a comer salchichas en los puestos callejeros junto al rio —dije en broma riendo.

—Ok. Acepto —me dijo serio mirándome a los ojos.

Sentí algo en mi estómago. ¿Mariposas?, no, no puede ser, eso solo me pasa con Hoseok. Una alarma sonó en mi cabeza, porque recordé que no era la primera vez que tenía esa sensación.

Él comenzó a disponer todo en la mesa ratona de la sala, ya que teníamos ocupada la del comedor.

Hana aprovechó para hacerme uno de sus comentarios mordaces.

ENTRE EL SOL Y LA LUNA - (KSJ - JHS)Where stories live. Discover now