SCHIZOPHRENIA //NUEVA VERSIÓN// NO TE LO PIERDAS!!

〷 Dakota oculta algo 〷

Estábamos en el descanso, intenté mantener la calma pero mis manos no dejaban de temblar, el hecho de pensar en dirigirme a ella me hacía estar intranquilo. 

—¿De verdad esta es su aula? —Cuestioné a lo que Liam asintió por decimocuarta vez.—¿Por qué rallos no sale? ¿Será que no ha venido hoy? 

El profesor abandonó la clase, cerrando la puerta tras de sí, a lo que no pude evitar echar un ojo por los cristales, estaba ahí, sentada, dibujando cosas en su cuaderno.

Noté como mi corazón se iba acelerando, cada pulso más enloquecido que el otro, precipitándose al vacío, como un Ferrari sin frenos.

''Te quiero'' Fue todo lo que pensé, viéndola allí tan sola e indefensa, podía leer su mirada, Dakota Tomlinson, estaba triste, y yo necesitaba hacer lo que fuese, por acabar con su tristeza.

—Voy a entrar.—Dije al fin.

—Eso es tío, échale huevos.— Liam masticaba un chicle mientras miraba el perfil de Instagram de una chica, no me había hablado de ello, pero era lo bastante observador como para darme cuenta de que yo no era el único idiota enamorado.—Vigilo aquí por si viene el imbécil de Derek.

Arqueé una ceja.

—Me come los huevos el puto Derek. —Resoplé sin más, dando tres leves golpes en la puerta antes de abrir con cuidado.— Permiso.—Saludé con la palma de la mano.—¿Se puede? 

Los ojos de Dakota se abrieron como dos lunas llenas, su mirada siempre me recordó a las de las lechuzas, y esto lo decía en modo cariñoso, tenía una forma hechizante de mirar, bueno, toda ella, era un completo show de magia.

—Claro.—Respondió, cerrando el cuaderno.

Dejé que la cerradura hiciese el ''click'' tras mi espalda , una vez sentí que estábamos totalmente solos avancé tranquilo, tratando de parecer relajado, mientras observaba cada rincón de su aula.

—No cambias ¿eh?—Recalcó.—Sigues siendo muy observador, es algo que resaltaba mucho en ti, desde que eras un crio.

Estaba en mitad del aula, tras echar una última ojeada mis ojos verdosos agua, a veces de un tono más verde y otras más azul,  se posaron en los suyos, le dediqué una tierna sonrisa, sus mejillas se tiznaron de un rojizo amapola.— Me gusta saber el porqué de las cosas, siempre pienso que el mundo tiene algo que contarme.

—El mundo.— Asintió varias veces, jugando con su bolígrafo negro, tenía las uñas pintadas de un púrpura oscuro, llevaba dos anillos de plata con relieves de rosas—Hacía mucho que no escuchaba esa expresión.

Me senté en la silla que estaba frente a su pupitre, estábamos junto a la ventana, la vista era la de un bonito cerezo. — Siempre he pensado que hay algo más que simplemente, crecer, ligar, follar, tener hijos y morirse.

Dakota mordió su labio inferior.— Totalmente de acuerdo, Alan.— Su mano estaba sobre el cuaderno, como si tratase de proteger lo que había dentro de él.— Me siento fuera de lugar, ¿entiendes? es como si..

—¿Fueses de otro planeta?—Bromeé, ella afirmó, soltando una carcajada.—Liam también se siente así.

—¿El chico de pelo verde que trabaja en la pizzería? Sí, os veo muy juntos últimamente, me ha hecho feliz ver que tienes un amigo.—La palma de su mano se volteó hacia arriba, lo tomé como una invitación, y coloqué la mía sobre ella.— Alan...—Suspiró, agachando sus párpados, para evitar mi mirada.

Traté de evitar sacar el tema de los sentimientos, no quería estropear el momento.

—Sí, la gente sueña con sacarse carreras, casarse, comprarse una casa... yo acabo de cumplir uno de mis primeros sueños, tener un amigo.— Me jacté, como si fuese una hazaña increíble.—¿Crees que cuando me conozca mejor saldrá corriendo?