4〷 Primera cita 〷

580 92 92
                                    

Estoy frente a la puerta de su casa, me siento nervioso por este momento, tras tantos años de encierro pensando en ella.

Creía que la había perdido, pero no, ahí estaba, donde siempre, tan linda como siempre.

Intenté estar guapo para ella, mi pelo era un desastre despeinado, y mis ojeras sobre mi rostro pálido algo imposible de disimular, últimamente (mejor dicho, nunca) no estaba comiendo demasiado bien. 

Llevaba una camiseta negra de mangas largas con un vaquero desaliñado, sobre la camiseta, una cazadora, la cual estaba húmeda por el frío de la noche.

''Oh vamos, es Dak, te aceptará tal y como seas'' Pensé.

Avancé con seguridad , tocando la puerta trasera de casa, su madre me recibió con una amplia sonrisa en el rostro.

—¡Alan, cariño!— Me abrazó.— Que alegría volver a verte.

''En realidad'' Schizo (una copia de mí que vivía dentro de mi mente, al cual Hanse me había ayudado a ponerle nombre, que según ella, era una paranoia propia de mi enfermedad mental) ''Esta mujer te odia'' Aclaró. ''Odia que hayas vuelto y piensa que estás pirado, igual que todo el maldito pueblo, deberíamos matarla ¿sabes?''

—Sies.— Musité, lo cual era la abreviatura de ''Silence'', un juego de palabras que de niño me ayudó a controlar las voces compulsivas de Schizo en mi cabeza. Fingí un estornudo.—Disculpe, es que soy alérgico al polvo, señora.

Ella miró atónita cada rincón de su cocina.

''Al polvo de su cadáver después de quemarla, señora''

¡¡SIES!!

—¡¡Alan!!—Dakota se tiró a mis brazos con un ferviente apretón, su olor a coco desequilibró mis sentidos, aunque lo mejor, era su propio aroma corporal, me enloquecía esta chica. 

—Hola, Dak.—Nos dimos un beso en la mejilla a modo de saludo. Llevaba una camiseta de muñecos muy raras, bastante ancha para su cuerpo, un pantalón corto y unos calcetines de gatitos hasta casi las rodillas, tenía el cabello mojado y la cara brillante, acababa de salir de la ducha.

—Mi marido hoy trabaja en el turno de noche, ser policía es lo que tiene.—Dejó caer la señora Tomlinson, Emile Tomlinson.— Pero he preparado cena para tres.

—Mamá...— Replicó Dak.— Déjanos un poco en paz, ¿quieres?—Puso ojos de súplica a lo que ella frunció los labios, mientras iba a la sala principal a prender la televisión. 

—Yo no tengo ningún problema en cenar con tu madre.— Me encogí de hombros.

''Tampoco tenemos ningún problema en cenarnos a tu madre.''

—Pues yo si que lo tengo.—Dakota agarró dos platos con carne y patatas, haciéndome señales  para que huyésemos hacia su habitación.

Ambos corrimos escaleras arriba, escuchando un ''¡Dejad la puerta abierta!'' , a lo que Dakota pegó un portazo y cerró con fechillo.

Me reí sin poder evitarlo.— Creo que no le agrado demasiado a tu vieja.— Confesé en voz alta.

Ella puso  los ojos en blanco, dedicándome una mirada tierna, tras invitarme a tomar asiento en la silla de su escritorio, había hecho espacio para poder cenar allí los dos, sacó un taburete pequeño de color negro, sentándose a mi lado.

—Puedo poner una película para mirar mientras comemos.—Sugirió.

—Prefiero mirarte a ti.—Respondí sin tapujos.—Han sido muchos años sin verte.

SCHIZOPHRENIA //NUEVA VERSIÓN// NO TE LO PIERDAS!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora