ENTRE EL SOL Y LA LUNA - (KSJ - JHS)

Capitulo 2: Sunshine

Mientras Hobi se bañaba, yo aproveché a acomodar los papeles de la universidad, así mañana podía dormir un poco más.

Salió del baño con la toalla envuelta en su cintura, y con otra pequeña secaba su cabello con un poco de brusquedad.

Era atlético, de contextura más bien delgada, no tenía abdominales muy marcados. A mí me parecía el más sexy del universo, y más cuando tenía su cabello mojado.

Me miró, y pasó lentamente la punta de su lengua cerca de la comisura de su labio superior, hacía eso cuando estaba pensando en algo, y a mí ver eso me erizaba la piel.

Saltó desde los pies de la cama, girando un poco en el aire para caer acostado.

Él hacía ese tipo de cosas, si no andaba saltando, andaba bailando, cantando, riendo o todo a la vez. Rara vez había silencio si él estaba ahí; siempre parecía estar rebosante de energía.

Acostado como estaba, abrió grande los brazos hacia mí y empezó a lloriquear como si fuera un niño que le pide a su madre que lo levante en brazos... Así que me dejé caer sobre su costado, apoyé mi cabeza en su pecho, él me abrazo fuerte apretujándome, hasta que me quejé y ahí aflojó el abrazo... Levantó mi mentón para mirarme a los ojos y yo quedé perdida en su mirada.

—¡Todavía sigo sin estar seguro de que esto vaya a funcionar! —dijo.

Esto era una broma que nos hacíamos en referencia al día que empezamos a noviar, y ambos reímos. 

Sin soltar mi mentón me besó. Sus besos eran dulces y suaves, algo que contrastaba con su personalidad tan efusiva y burbujeante. Usó el brazo que tenía debajo de mí para acercarme más hacia su cuerpo, pasó la mano de mi barbilla a mi cintura, metiéndola por debajo de la sudadera que llevaba puesta. En el momento que su mano tocó mi piel no pude evitar estremecerme, mi piel se encendía a su solo contacto. Después de cuatro años todavía sentía mariposas cuando él me tocaba o me besaba, así que dejarme llevar al placer era tan natural para mi cuerpo como respirar.

Por lo que no puse ninguna resistencia a todo lo que vino después

Me desperté con la yema de sus dedos recorriendo mi espalda. Él se dio cuenta de que me había despertado.

—Lo siento, no quería despertarte, pero... ¿Qué te pasó en la espalda? —preguntó entre preocupado y suspicaz.

—A Hana se le cayó el café encima de mí.

—¿Por eso su suéter está acá? —asentí.

Hobi era una persona muy detallista, era sabido que notaria la ropa de Jin sobre la silla de la habitación. Por su respiración podía notar que estaba molesto, pero no podía decirme nada si yo no había hecho nada malo.

—¿Por qué no dejas de preocuparte por Seokjin? —dije girándome y apoyando mi mano en su mejilla para que me mire a los ojos—¿Acaso no sabes que eres el amor de mi vida?

—¡Claro que lo sé! —dijo bromeando— ¿de dónde vas a sacar otro novio maravilloso como yo? Pero pasa que ese señorito rico me da tirria. 

Eso era otra cosa que amaba de él, que hasta en los momentos tensos él ponía un poco de humor.

—¡Olvídalo! —le dije, y sin sacar mi mano de su mejilla le di un suave beso en los labios.

Él me abrazó para que el beso no se termine, y acercó su cuerpo tibio hasta quedar pegado al mío, encendiéndome toda en ese simple acto, y supe que terminaríamos cenando muy tarde.