59. intempestivo

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Estaba bastante nerviosa, quizás por eso percibía que el elevador subía más lento de lo normal. Por primera vez en mucho tiempo, no había ningún tipo de tensión en mi familia, eso me daba alivio, se sentía bien estar en paz.

Cuando llegamos al último piso ahí estaba la familia Miltmeyer: Adriel, Amelia y Nicolas, estaban vestidos muy formales, al igual que nosotros, era claro que se trataba de una ocasión especial para todos. Al verlos, me puse más nerviosa aún.

Todos se saludaron enérgicamente, incluso yo participé de aquello, como si fuera lo más natural del mundo. Abundaban las sonrisas y el intercambio de cumplidos, Nicolas me sorprendió recibiéndome con una gran sonrisa y cargando un buen humor, que nunca había visto en él.

—Me alegra que todo haya tomado por fin una buena dirección —dijo.

—¿A qué te refieres?

—A todo general. Hoy por fin se firma el contrato, tu te has enterado de todo y has a aceptado cooperar. No podría estar más satisfecho, bueno lo estaría un poco más si los Kovac nos dejaran tranquilos, pero por ahora, es un buen comienzo. Por cierto, gracias por aceptar hacer esto, mi padre ya pensará en algo para agradecerle a tu familia como es debido.

—¿Estás hablando de la falsa relación?

Se escandalizó ante mi pregunta.

—Shh, ni si te ocurra mencionar eso en voz alta, pero sí, claro que me refiero a eso. Gracias por entenderlo, veo que ya has entrado en razón.

Estaba un poco desconcertada por la naturalidad con que trataba todo el asunto y por el hecho de que parecía haber olvidado por completo, todo nuestro drama en la fiesta de Julián. Muchas dudas empezaron a aparecer en mi cabeza.

—Sí supongo, oye cuando dijiste «te has enterado de todo» ¿A que «todo» te referías?

—Ay Artemis, no es buen momento para hacer esas preguntas, hablaremos todo lo que quieras luego de la reunión ¿vale? Ahora, sería buena idea planificar un poco como vamos a actuar tú y yo.

—Bueno, ¿qué tienes en mente?

Giré un momento para buscar a Pía y me di cuenta de que nos habían dejado solos.

—Mantengámoslo simple, entraremos a la sala de reuniones tomados de la mano, como cualquier pareja lo haría, luego, nos sentaremos juntos y cuando se firme el contrato de la sociedad, lo celebraremos con naturalidad, no hay porque sobre pensarlo, ya tenemos practica en esto ¿no?

Esa última pregunta sonó algo insinuante, pero decidí dejarlo pasar, estaba demasiado nerviosa para iniciar una discusión, sin embargo, supe que debía mantenerme alerta.

Las puertas del elevador abriéndose sonaron captando mi atención, de él, salieron Julián, Fiorella y Stefano.

—Vaya sorpresa, no pensé que estarías aquí Artemis, juraba que odiabas estas cosas —exclamó Julián con un tono burlón.

—Ya ves, familia es familia ¿no? —dije intentando sonar amigable.

—Así se habla —respondió y me rodeó con el brazo por encima de los hombros, al igual que a Nicolas, quien se apartó de inmediato.

—Me estás arrugando la camisa —se quejó él, acomodándosela con disgusto.

—Julián para ya, no actúa como un niño —refunfuñó Fiorella que venía detrás.

Nicolás la saludó con la cabeza y ella le devolvió el gesto con una sonrisa cómplice.

—Hola Artemis —dijo a continuación y luego caminó hacia la sala de reuniones.

Somos luz de estrellasWhere stories live. Discover now