49. La otra cara

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Llegué hasta las escaleras y subí apresurada sin perder de vista a Adrián, una vez arriba, me encontré con un largo pasillo oscuro, logré divisar cómo se metía en una habitación, sin dudarlo demasiado, caminé hasta allí y abrí la puerta.

Una vez dentro, me topé con algo parecido a una sala de estar, había varios sofás y el lugar estaba alumbrado por la luz cálida de una enorme pantalla. Adri estaba sentado en el canapé, que quedaba de espaldas a la puerta, no se inmutó ni un poco con mi presencia.

—Me tienes que explicar lo que está sucediendo ¿qué clase de jueguito es este? —lo increpé.

Hubo un largo silencio, que él rompió luego, emitiendo una risa incrédula.

—¿Qué yo te tengo que explicar? ¿Explicar qué exactamente?, Mejor tú dime: ¿qué haces aquí? —Se puso de pie y giró hacia mí.

Adrián jamás me había hablado así. Era como estar frente a un desconocido: se veía furioso, su voz era grave e inquisitiva.

—¿De verdad vas a fingir que no sabes quién soy?

—¿Disculpa? ¿Quién se supone que eres? —cuestionó exaltado.

—No te hagas el tonto, sé que sabes de lo que estoy hablando.

—No tengo idea Artemis, en serio —afirmó con frustración.

No sabía si confiar en él y aunque parecía estar siendo sincero, las palabras de Nicolas retumbaban en mi cabeza: «es un manipulador, no te dejes engañar».

—La verdad, me parece poco creíble, que no sepas que soy la hija de los nuevos miembros de la sociedad.

Frunció el ceño y movió la cabeza en negación.

Merde —masculló, cerrando los ojos y sujetándose el puente de la nariz con la mano—. Podías haberlo mencionado antes.

Sonaba desconcertado.

— ¿En serio me quieres hacer creer que no lo sabías? —Mi tono salió más agresivo de lo esperado.

Esbozó una media sonrisa amarga y me miró negando con la cabeza.

—Si lo hubiera sabido, jamás, pero en serio, jamás, me hubiera acercado tanto a ti, lo puedo jurar por lo que quieras. Merde ¿por qué me tienen que pasar estas cosas? Espera. —Se quedó pensativo por un segundo—. El ex novio del que me hablaste ¿era el maldito Nicolas Miltmeyer?

Su pregunta me agarró desprevenida.

—Sí, pero...

—Me mentiste —me acusó—. Jugaste conmigo ¿ellos te pidieron que lo hicieras?, ¿estás metida en todas sus movidas y jueguitos de poder?

—¿Qué dices? Yo no sabía que tú eras Francis, ni siquiera me importan estas cosas de socios y mierdas.

Se hizo un silencio que duró varios segundos. Mi corazón estaba a mil y las manos me sudaban sin control.

—Nunca debí venir, sabía que volver a hablar con ellos no traería cosas buenas.

—Adrián por favor, necesito que me expliques, no me entra en la cabeza que tú...

—¿Qué yo qué? Mira: estoy aquí para hacerle un favor a un viejo amigo, punto. Tú eres la que me debe explicaciones, a ver, vamos a omitir la parte de tu familia y los negocios, digamos que todo fue un malentendido, aunque yo creo que hay algo más detrás, pero da igual, lo haremos a un lado. Hablemos de Adrián y Artemis, los compañeros de clase, que hasta hace unas horas estaban tonteando por mensajes, insinuando cosas sobre dormir juntos en una cabaña, en medio del puto bosque, hablemos de ellos dos, pequeña actriz. Hablemos de como tú, insististe en que habías superado a tu ex y resulta ser que Nicolas no tiene la palabra "ex" escrita en ninguna parte, sigues con él, me mentiste en la cara y sin vergüenza alguna, aun cuando yo te dije que podías tomarte tu tiempo, decidiste mentirme, está más que claro que no te importo un carajo.

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