cincuenta y cuatro

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El corazón de JiMin se aceleró, viendo fijamente el rostro de JungKook.

─ JungKook, dios. ¿Ya estás despertando o esto fue imaginación mía? ─ Susurro, notando cómo sus ojos poco a poco se abrían.

JiMin se quedó quieto en su lugar, sin poder moverse.

Cuando Jungkook abrió completamente sus ojos, acostumbrándose a la luz de la habitación, lo volteó a ver.

─ No me digas que estamos en el hospital JiMin. ─ Murmuro JungKook, y el peli-naranja sintió sus ojos arder. ─ Espera, ¿te habías teñido de naranja el pelo?

JiMin no espero mucho, abalazándose sobre su mejor amigo, abrazándolo eufórico.

─ ¡Estás despierto, estás despierto! ─ Dijo feliz, separandose e ignorando por un momento la mueca de dolor de JungKook.

─ Joder JiMin, con cuidado que me duele todo el cuerpo y no sé porque. ─ Se quejo el pelinegro, tratando inútilmente de apartar a su mejor amigo.

─ Oh cierto, debo llamar al médico, y a tus padres, ¡y a TaeHyung! Le encantará saber que estás despierto.

JiMin noto como los ojos de su amigo brillaban ante la mención del chico.

─ ¿TaeHyung no está aquí?

─ No, pero estuvo antes que yo, fue a hacer algo pe- ay después te cuento, ¡Doctor! ─ JiMin salió de la habitación casi gritando y JungKook solo rodó los ojos.

─ Que dramático que es. ─ Murmuro, cerrando sus ojos un momento.

¿Cuánto tiempo llevaba en el hospital?, ¿en qué momento había cerrado los ojos y luego los abrió en la camilla de un hospital?

─ ¡Hijo!

JungKook abrió sus ojos al ver a su madre y a su padre entrar a la habitación emocionados.

JiYeon se acercó a su hijos tomándolo de las mejillas y empezando a repartir besos por toda su carita.

─ Mi niño, estás despierto.

"Mi niño" ese apodo le recordaba a TaeHyung, y esperaba que no tardará mucho, también lo quería ver.

─ Bueno, no puedo dormir por siempre, ¿no? ─ Sonrió, aún sintiéndose algo débil. ─ A todo eso, ¿cuánto tiempo llevo aquí?

─ Casi dos semanas. ─ Respondió Daehyun, viendo de reojo a JiMin entrar junto al doctor.

─ ¿¡Dos semanas!? ─ JungKook intento levantarse pero se quedó quieto al sentir un dolor en su abdomen. ─ Olvidenlo, me quedaré quieto.

El doctor soltó una leve carcajada, acercándose a ellos.

─ Que bueno que despertaste joven Jeon, ahora debo hacerle algunos exámenes para ver su recuperación.

JungKook asintió, dejando que su madre apretase sus cachetes.

─ ¿Que es lo último que recuerdas?

─ Que todos lloraban mientras me desangraba en la cocina de mi casa. ─ Dijo tranquilo JungKook, como si hubiera le pasado muchas veces.

─ Bien, ¿cómo se siente?

─ Adolorido, no puedo moverme mucho y es estresante.

─ Bien, vendré en un momento a hacerte más exámenes.

JungKook asintió.

─ Siento mi boca un asco, ¿hay un cepillo de dientes cerca? ─ El pelinegro se quejo, y Daehyun asintió.

─ Oh si, en un rato vengo.

Su padre salió y JiMin entró de nuevo acompañado de YoonGi.

─ ¡Mira, mira! ¡Te dije que estaba despierto! ─ Celebró JiMin, acercándose de nuevo a JungKook y abrazándolo.

JungKook jadeo de dolor, haciendo que el peli-naranja se alejase rápidamente, no perdiendo su sonrisa.

─ Te tengo una pregunta, ¿escuchaste lo que te contaba cuando dormías?

─ No lo sé, solo cerré y abrí los ojos JiMin.

─ Kim NamJoon.

─ Joder, el chico que tiene un buen equilibrio entre belleza e inteligencia. ─ JungKook y YoonGi rodaron los ojos casi al mismo tiempo.

Daehyun volvió a entrar al cuarto, con un cepillo en sus manos.

[ . . . ]

TaeHyung movió su pierna inquieto, mientras el auto avanzaba, había salido tan pronto como había recibido la llamada de JiMin.

Le había importado poco los llamados de MinJae o los de NaYeon. Él necesitaba ver a JungKook. A su novio.

Cuando el auto paro TaeHyung bajó rápidamente de este, empezando a correr hacia el hospital que no estaba a más de una cuadra.

Fue corriendo hacia la habitación de JungKook.

Se detuvo en la puerta, a su derecha vio a Lalisa, quien mordía su dedo pulgar con nervios.

─ ¿Lisa? ¿Por qué no entras? ─ TaeHyung se acercó a ella, aún tratando de regular su respiración.

─ No sé si entrar TaeHyung, sé que está despierto y me alegro y quiero disculparme pero...

─ ¿Pero?

─ No quiero que me eche antes de que pueda hablar TaeHyung. Entiendo si me odia, yo lo haría si estuviera en su lugar, después de todo lo que le hice.

TaeHyung alzó la mirada de la pelinegra cuando está decayó la mirada.

─ Oye, JungKook no es rencoroso. Sabes, cuando fui a su cuarto la primera vez, ví una foto de ustedes dos en un cuadro, y la última vez que entre esa foto seguía ahí. ─ Le susurro, y Lisa lo miro insegura.

─ ¿De verdad?

TaeHyung asintio.

─ Sí, no te agobies anda.

Lisa asintio, aspirando fuertemente.

─ Vamos.

TaeHyung le sonrió nervioso, tomando la manilla de la puerta. La giro un poco, abriendo la puerta y entrando, detrás de él Lisa.

Sintió su corazón en su garganta al ver a JungKook sentado mientras veía a JiMin y a YoonGi pelear en broma. Los ojos del pelinegro viajaron hasta él, su sonrisa agrandándose.

─ ¡Mi niño! ─ TaeHyung sintió sus ojos llenarse de lágrimas, mientras JungKook abría sus brazos a la espera de un abrazo.

TaeHyung corrió hacia él, abrazándolo con cuidado mientras ocultaba su rostro en la curvatura de su cuello.

─ Estás aquí, de verdad estás aquí JungKook.

El pelinegro beso el cuello de TaeHyung con cariño.

─ Nunca me fuí cariño.

JungKook volvió a dirigir su vista a la puerta, frunciendo el ceño cuando vió a Lalisa.

─ ¿Que haces aquí?

Riquillos presumidos [KookTae]Where stories live. Discover now