veintidos

7.8K 868 130
                                    

─ Aver, desde un inicio ─, dijo un Jungkook ya muy frustrado debido a la situación que su amigo le relataba ─, estás conduciendo.

─ Si. ─ Afirmó JiMin, a través de la línea y el menor juraba que su amigo movía su pie en señal de nerviosismo.

─ Hablando por teléfono. ─ Jeon escuchó el fuerte "ajá" así que continuo ─, y de casualidad atropellas a un joven, y ahora estás en el hospital para ver qué no tenga ningún daño.

Por un momento el silencio inundó la llamada, así que el pelinegro soltó un suspiro cansado.

─ Por un demonio JiMin, solo tu eres capaz de conducir mientras hablas por teléfono.

─ De acuerdo, esto no es mi culpa, mi madre no paraba de llamar y... y sabes cómo es de odiosa.

Jungkook asintió, a pesar de que su amigo no podía verlo a través de la línea.

Para dar algo más detallado de esto, TaeHyung estaba en su habitación con su profesora desde hace ya unas... ¿Dos horas? Así que Jungkook se dispuso a jugar algún juego que tenía en su celular, hasta que recibió la llamada de su amigo.

Bravo, habían noticias, y no precisamente buenas, es decir, joder, su amigo había atropellado a alguien (por así decirlo).

Gracias a quien sabe que, el chico no resultó con nada grave más que un hueso roto que tendría que ser atendido.

─ ¿Te aseguraste de que no te denunciará?

─ Oumh, eso no, digo, no creo que sea capaz... ¿O si? ─ Jungkook quiso gritar furioso, amaba a su amigo, y mucho, pero a veces era un poco de muy ingenuo.

─ JiMin, la gente es capaz de todo, lo mínimo y lógico que puedes hacer ahora es cuidar del chico y pagarle el tratamiento y las revisiones.

─ Ya lo sé bobo, no soy tan idiota sabes. Pero me sigo estando nervioso, no se cómo reaccionara mi madre cuando se entere.

El pelinegro se estiró, alargando su mano para tomar el control remoto y prender el inmenso televisor que sus padres habían comprado.

─ Mejor dile tú antes de que se entere sola o por otras bocas, ya sabes cómo se pone cuando le mientes.

─ Ni me digas, me deja sin herencia y sin trabajo, eso seguro. ─ El tono de JiMin parecía más alegre, y lo era, pues había dicho una broma.

Era mejor bromear de sus problemas para calmar el miedo y lo severo que eran, típico en la mayoría de personas.

─ Bueno JiMin, tengo que contarte algo.

Jungkook carraspeó, cambiando de canales hasta encontrar uno que le gustará, mientras se acomodaba en el sillón para echarse a gusto.

─ Soy todo oídos. ─ Jungkook relamio sus labios, ¿Cómo decir esto sin que su amigo se altere?

JiMin era una persona muy expresiva y que no le molestaba mostrar su afecto, y tenía ideas muy... muy contradictorias a lo que decía la sociedad.

¿La sociedad decía verde? JiMin decía naranja.

─ Me encontré con Jennie Kim.

─ ¿¡Con la innombrable!? ─ Jungkook tuvo que alejar un poco el celular de su oído ante el fuerte grito que su amigo dió. ─ Ay, lo siento, me retiro un rato.

Oyó a su amigo decir, posiblemente a las demás personas que estaban ahí por haberlos asustado con su grito.

─ Ahora si, ¿Cómo así te encontraste con ella? ¿En qué lugar, a qué hora, y que hacía?

Riquillos presumidos [KookTae]Where stories live. Discover now