tres

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TaeHyung no dijo nada, apretando sus labios para no responderle nada indebido, se calmó, para poder pronunciar sus siguientes palabras.

- Claro que no, joven Jeon. - Dijo, y agradeció a todos los cielos y mares, que su voz no sonará nerviosa, no hubiera tartamudeado.

Solo mostraría debilidad.

- Pues tu pregunta es idiota, ¿Haz escuchado el refrán de, "preguntas tontas, solo tienen respuestas tontas"? - Le preguntó, y el menor contuvo su lengua para no decirle que esa pregunta también era tonta.

Pero no, capaz tenía un ataque de furia, porque Jeon JungKook parecía que podía tener ataques de furia.

Y mejor prevenir que lamentar.

- Si, la escuché, pero solo una vez. - Susurro, jugando nerviosamente con sus manos, cosa que el contrario noto.

- Bien, pues te digo, te llevo a mi casa, es la respuesta más obvia, ¿No crees? Ahora, dime algo de ti. - El azabache se dejó caer en el asiento, relajando su cuerpo, mientras veía el asiento del frente.

¿Acaso no habían dado ya su información? Por lo que el tenía entendido, antes de subastar a alguien dabas los datos escenciales, nombre, edad, fecha de nacimiento y razón de porque están ahí.

- Disculpe mi atrevimiento pero, ¿No dieron ya mis datos? - pensó esa pregunta muchas veces en su cabeza antes de decirla, no quería quedar peor, existía algo llamado «dignidad» que el seguía conservando.

- Si, pero sinceramente no les presente atención, solo escuché tu nombre. - El más alto alzó sus hombros, desinteresado y despreocupado, el no tenía porque arrepentirse de nada.

TaeHyung relamio sus labios, y soltando un suspiro habló.

- Me llamo Kim Taehyung, tengo veintidós años, nací el 30 de diciembre de 1998, fui subastado porque mi familia está mal ubicada económicamente y mi hermana menor enfermó de manera grave, y gracias a usted, estoy seguro de que podrá mejorar. - Agradeció, aunque JungKook sea grosero con el, no podía evitar estar agradecido con el por haberlo "comprado".

Aunque de por sí, aquella palabra sonaba mal, comprar a una persona como si fuera un objeto era ir en contra de los derechos humanos, uno muy básico, escencial y que todos sabían.

El derecho a la libertad.

Y es que, comprar a una persona era ir en contra de eso, el era una persona capaz de decidir por el mismo, y no le pertenecía a nadie solo porque diera un par de millones de dólares.

Aunque bueno, un par era poco para cuatro millones de dólares.

- Llegamos. - Escuchó decir al chófer, el cual los miraba por el espejo retrovisor, sus ojos demostraban total interés, pero, ¿En que? O bueno, ¿En quien?

El mayor salió del auto primero, y TaeHyung salió también del vehículo, siguiendo a JungKook.

El castañito miro asombrado aquella casa que estaba en frente...

Bueno, casa quedaba corta, tal vez era una casota, una mansión, era grande de verdad, era no, «es».

- Linda casa. - Halago TaeHyung, mirando las paredes y el jardín, queriendo tocar aquellas flores tan suaves.

- Gracias, aunque tengo que admitir que la mayoría de la decoración es gracias a mis padres, ellos fueron los que hicieron la fortuna, yo solo la hago crecer y la mantengo, cuatro millones no es nada para mí, es una suma ridícula.

Se encogió de hombros, abriendo la puerta entrando a su hogar, con un TaeHyung muy curioso por ver todo.

Aunque, también sintio que atacaban su orgullo, TaeHyung era una persona muy orgullosa, aunque sea sumiso y tímido, también tenía dignidad y no se dejaría pisotear.

Y su orgullo y ego le estaban recordando las palabras que susurraba Jeon JungKook en el auto cuando terminó de decir sus datos.

«Que niño más patético, agradezco no ser un chiquillo pobre vendedor de malditos dulces, ni hablar de su familia, ¿Hermana? JA, que flojos para no trabajar».

Podía soportar todo, menos que se metieran con su familia, menos con su hermanita, ahí fue cuando el subconsciente de TaeHyung hizo efecto y se puso a la defensiva.

- Pues, bienvenido a tu casa. - Le informó, sin voz entusiasmada, con una voz de total cansancio.

- ... - TaeHyung se quedó callado, observando los cuadros en la sala de aquella casa.

- ¿Qué tienes?, ¿Te comió la lengua el ratón? - Se burló el mayor, mirándolo con aires de superioridad.

- ¿Qué quieres que te diga? - Le respondió, acomodando sus hebras castañas -, fui subastado como un objeto solo por ser pobre, ¿Qué debo hacer? ¿Me río acaso? - Hablo con notoria ironía en su voz, la gratitud que había sentido hace algunos minutos se había esfumado.

- Touche. - Le dio la razón Jungkook, no negando las emociones de TaeHyung.

- De todos modos, ¿Para que me quieres? - Le preguntó, ni si quiera había escuchado sus datos cuando lo dijieron la primera vez, era obvio que el no tenía interés por su persona.

- No te hagas falsas esperanzas, solo te quiero porque Lisa te quería, si ella no hubiera despertado interés en ti, me daría igual. - JungKook alzó sus hombros, caminando hacia lo que parecía ser otra habitación, con TaeHyung detrás dispuesto a seguir aquella conversación.

- Bueno, ¿Qué puedo hacer? -, no se iba a quedar como un vago, pero aquella casa era grande y de seguro el azabache ya tenía bastantes sirvientes que se hacían cargo de la limpieza.

- Normalmente las personas que son subastadas son esclavos, o que sé yo. - Hizo una mueca el mayor, tratando de librarse de aquel niño.

- Pero están yendo encima de sus derechos. - Se atrevió a decir, no soportando las palabras que salían del azabache.

- ¿A ti que? ¿Estudiaste derecho? Lo dudo mucho, tu familia es pobre, y no creo que puedan pagar esa carrera. - Se burló, sentándose en el sillón más grande de la sala, buscando relajarse. - Ahora lárgate -, le pidió, para nada cortes.

- Jodete. - Susurró TaeHyung, dándose la vuelta para correr hacia algún lugar de aquella enorme mansión.

¿Y JungKook? JungKook solo agradecía haberse librado aquel niño, ya más tarde lo buscaría.

Mientras tanto TaeHyung, se paseaba por la casa, viendo que podía hacer, en aquellas grandes paredes, aún no se había encontrado a alguien.

- ¡Cuidado! - Grito alguien, la voz de una mujer.

- ¡Bonito hazte a un lado antes de que-! Ou, nada... - Dejo de hablar, cuando la chica choco con TaeHyung, cayendo ambos al suelo.

Taehyung sobo su cabeza, aún en el suelo, miro a ambos chicos y jadeo, observo cómo la chica se paraba rápidamente, y el chico se acercó a él para ayudarlo a pararse.

- Mucho gusto bonito, me llamo Kim MinJae.

Riquillos presumidos [KookTae]Where stories live. Discover now