cuarenta y siete

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Las quiero/amo mucho. <3

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MinJae afianzaba el agarre de su mochila mientras caminaba hacia la escuela.

─ ¡MinJae! ─ El mencionado volteó al ver a NaYeon corriendo con una sonrisa a él.

Le correspondió la sonrisa, haciendo una seña con su cabeza.

─ Vamos, que llegamos tarde. ─ Se quejo, y ambos niños de doce años empezaron a correr.

El pelinegro se detuvo cuando estuvieron cerca a su salón, y trato de regular su respiración.

─ Ups. ─ MinJae volteó ante eso, viendo a NaYeon con su uniforme mojado y con una expresión de desconcierto total.

Oh, ambos conocían a ese niño, por supuesto que lo hacían, era un grado mayor que ellos y su padre era abogado, así que no era nada sorpresivo que aquel mocoso llegara con cualquier cosa de marca. Un niño de papá.

─ Oye idiota, que te pasa. ─ Se acercó molesto, mientras NaYeon solamente se quitaba la mochila y su casaca que estaban más mojadas que el resto.

Las risas de los contrarios fueron lo que más le enfureció.

─ A mi nada, que hablas, solo que tu amiga estaba con demasiado calor, ¿a qué sí NaYeon? ─ La castaña ni siquiera lo miro, concentrada en sus pies. ─ Oye cerda, te est-

Aquel niño ni siquiera pudo terminar de hablar cuando MinJae se abalanzó sobre él y empezó a repartirle golpes por todo el rostro.

Las cosas sucedieron muy rápido. Demasiado rápido como para saber que su madre se estaba disculpando con el padre de ese niño mientras pedía que no los demandaran.

Ese día su corazón se rompió cuando vio a su madre casi arrodillarse por petición del hombre, a pedirle perdón a un niño que no lo merecía, y todo por su culpa.

El dinero lo resolvía todo, y de eso se dió cuenta MinJae cuando él por golpear a alguien fue expulsado y su madre humillada, pero aquel niño que le hacía un infierno a ellos no había recibido ni siquiera una advertencia.

Pero lo que más lo enojó sin duda fue ver su sonrisa de superioridad cuando su madre finalmente si se arrodilló ante ellos.

Por mucho que NaYeon le haya tratado de tranquilizar y hacerle cambiar esa perspectiva, no podía.

Y así, el odio de MinJae fue creciendo, y lo hizo más cuando su madre entro a trabajar como empleada de limpieza, y el vio al niño Jeon.

A NaYeon le caía de maravilla, pues era educado la mayor parte de tiempo y siempre se la pasaba en un lugar en concreto en silencio, o leyendo un libro.

Pero MinJae no podía evitar sentir odio o envidia, no cuando veía que siempre le consentían sus caprichos, o cuando lo veía que sus padres ganaban más dinero de lo que podían gastar.

Supuso que era verdad que aquellos nacían en cuna de oro, disfrutando los privilegios de una vida fácil.

[ . . . ]

TaeHyung se quedó dormido en el pecho de JungKook, mientras este acariciaba con amor su cabello.

─ Hoy fue un día largo mi niño, debes estar cansado. ─ Murmuro, besando la cabeza de TaeHyung.

Apagó la televisión, dejando a un lado las cajas de mcdonald's que habían comprado. Le resultó gracioso como Tae solo se comía lo Nuggets y las papas fritas en lugar del pollo.

Riquillos presumidos [KookTae]Where stories live. Discover now