siete

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Despertó, en una habitación diferente a la suya.

No habían dos camas de color café a su lado donde descansaban sus padres, y a su lado no había una chica de casi su misma estatura durmiendo como la perezosa que es.

No había nadie, estaba solo. Despertó solo.

Se paró, aún con la mente ida ya que recién se había levantado, una brisa fría golpeó su cuerpo, pero no le importo.

TaeHyung se estiró, y su mente reacciono a su alrededor, recién recordando todo lo sucedido ayer.

Un día de locos, si.

Camino hasta el ropero, pero antes de abrirlo negó, no quería cambiarse todavía.

Miro al cielo y vio que este estaba de un lindo color celeste, con alguna nube adornandola.

No sabe cuánto tiempo pasó mirando el cielo, pero su puerta fue tocada.

Tal vez debería acostumbrarse a ese estilo de vida.

Saltó de su cama y fue a abrir, encontrándose con una mujer un tanto mayor.

- Disculpe joven Kim, tal vez lo desperté, quería avisarle que el desayuno ya está servido. - Le dijo la mujer, con una formalidad a la que no estaba acostumbrado.

- Buenos días, y dime solo TaeHyung, es incómodo que me llamen por mi apellido -, y aunque la mujer estaba a punto de protestar, TaeHyung se le adelanto. - Por favor.

La expresión de la chica se suavizó, y asintió. El castaño se adentró de nuevo y se puso sus zapatos tan rápido como pudo. Aún no conocía la mansión, y aunque suene gracioso o vergonzoso, temia perderse.

Salió otra vez del cuarto, y siguió a la mujer, quien caminaba de lo más normal por toda la mansión, conociendo cada esquina, cada habitación, y cada objeto en aquella casa.

TaeHyung caminó detrás de ella, mientras trataba de no perderse ningún detalle.

- El joven Jeon salió temprano a su centro de trabajo, aunque creo que ya le informo de aquello -, la voz algo aguda, lo hizo volver a la realidad, y asintió.

- Si, ayer me lo dijo, aunque creo que no tenemos la mejor relación del mundo. _ El menor rascó su nuca, algo incómodo por decir ese detalle.

- Si, todos aquí pensamos que el joven Jeon puede ser algo insoportable, pero la verdad, es que también coincidimos con que si lo conoce a fondo, verá que puede ser una buena persona.

«Uy, ojalá» pensó cierto castaño, viendo que ya habían llegado al comedor, observando que hasta eso era grande.

«En fin, cosas de ricos» volvió a pensar.

- Siéntate TaeHyung, MinJae y NaYeon estarán aquí en un par de minutos.

El castaño asintió, y vió que la anciana salió del comedor, miro su desayuno y sus ojos quisieron salirse de su lugar por observar tanta comida.

"Con esto se alimenta a todos los niños cerca de mi casa".

Y es verdad, a un lado tenía jugo de naranja y como segunda opción café, había pan en un plato, y en otro unas tostadas, también había un plato con una ensalada de frutas, y al lado había yogurt y una leche condensada.

El no podría comer todo eso el solo, capaz se iría de aquí rodando.

Rió ante aquel pensamiento y se sirvió un poco del jugo acido a su lado.

- ¡Buenas nuevas! - La voz de NaYeon inundó el lugar, entrando totalmente entusiasmada, y detrás de ella se encontraba un MinJae con una bandeja de lo que parecía ser unos pequeños bocadillos.

- Buenos días NaYeon. - Le sonrió el menor, tomando del jugo que se habia servido -, esto es mucha comida para un simple desayuno.

MinJae se sentó a su lado, y asintió.

- Tu también lo crees eh, no se porque tanto y más para una sola persona.

El día siguió normal, TaeHyung aburrido mientras insistía en ayudar con la limpieza a sus dos amigos quienes le decían que no a cada rato.

- ¿Ya acabaron? - Preguntó impaciente, jugando con el borde del balde.

- No. - Dijo NaYeon, limpiando el marco del cuadro que había tomado.

- ¿Y ahora? - Insistió, se aburría, más porque le recalcaron que no limpiaria nada.

- En cinco minutos. - Le repitió MinJae, casi terminando de limpiar el espejo.

- Dijiste lo mismo hace una hora, ¿Ya acabaron?

El par de amigos se miró divertido, tal vez decirle a TaeHyung que cuando acabaran de limpiar le darian un recorrido por toda la mansión, no fue muy buena idea.

Estaba muy ansioso.

Cuando ambos amigos terminaron de limpiar voltearon hacia el castaño, quien al ver que ya acabaron se levantó entusiasmado.

- ¡Genial, ya vamos! - Inmediatamente los tres chicos salieron de la habitación en donde estaban, pero...

Una persona en especial siempre arruinaba sus planes.

- ¡JungKook espera! Conejo de cuarta, ¿¡Eres sordo!?

La castaña bufo, frunciendo el ceño.

- Bien, el joven Jeon ya nos interrumpió, ¡Esperen! Uno... Dos.... Y...

- ¡TaeHyung! - El grito llegó hasta ellos, JungKook llamando a TaeHyung desde la sala de estar.

- Lo sabía, es tan predecible. - Ambos chicos la miraron divertidos, y fueron a la sala de estar, porque, ¿De que servía pelear con Jeon JungKook si el ganaba con trampa? Mejor es ceder ante el tramposo y dejar que él solito se unda en su propia trampa.

Las risas resonaron por los pasillos, y llegaron a la habitación en donde estaba el tan famoso joven Jeon, junto a otras dos personas que TaeHyung aún no lograba reconocer.

- ¿Me llamaba Joven Jeon? - Dijo TaeHyung, concentrando su mirada en los invitados, los cuales también lo miraban.

Entre ambos estaba un chico rubio de baja estatura, con mejillas regordetas y tierno a simple vista, pero su semblante serio también le podría quitar esa ternura.

- Si, te presento a Park JiMin y...

- ¡TaeHyung! - La chica al lado del rubio se paró, interrumpiendo al azabache en su habla, abrazando al castaño quien le correspondió el abrazo a la ahora pelirroja.

- Roseanne, no pensé encontrarte tan pronto, estas muy bien por lo que veo.

La chica poseía un vestido rojo, y una coleta de caballo acomodaba su cabello, mientras su cuello y muñecas estaba adornado de joyas preciosas.

Estaba mejor que el al menos.

- Oh Dios, tengo tanto que contarte. - Roseanne dio saltitos emocionada, volteando a ver a ambos jóvenes, como pidiéndoles permiso.

- Sabes que por mi puedes ir a donde desees Rose, siempre y cuando tengas cuidado. - Le dijo JiMin, tan amable que TaeHyung sintió un poco de envidia por no ser vendido a él.

- A mí me da igual. - El azabache alzó sus hombros, desinteresado totalmente.

Rose de inmediato tomo la mano de TaeHyung y este corrió con ella a su habitación.

Ambos siendo seguidos por una castaña muy curiosa, y un muy protector MinJae.

Pero ahora Park JiMin tenía una conversación pendiente con Jeon JungKook.

Uno de sus amigos más íntimos y verdaderos.

Riquillos presumidos [KookTae]Where stories live. Discover now