cuatro

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TaeHyung no tuvo muchos amigos en su infancia ni adolescencia, solo tuvo unos dos, el primero se había ido de la nada, y el segundo, bueno, el había sido subastado.

A su primer amigo casi no lo recuerda, imágenes borrosas y distorcionadas apareciendo en su mente cuando trata de recordar algo de el.

Pero su otro amigo. El no era de muchas palabras, pero congeniaban bien.

- ¿Bonito? ¿Estas ahí? - El chico que al parecer se llamaba MinJae, estaba moviendo su mano frente a él, tratando de captar su atención.

- Eu, ¿Qué? - TaeHyung se sobresalto, volviendo a la realidad, su realidad.

- Te quedaste mirando a la nada, perdón por tirarte, estábamos jugando y no te vimos, ¿Te encuentras bien? - La chica, estaba extendiendo su mano hacia el, para que la tomara y se parara.

- Eh si, estoy bien. - Taehyung tomo la mano de la castaña, quien lo ayudo a pararse -, soy TaeHyung, un gusto.

La chica le sonrió, acomodando un mechón detrás de su oreja.

- Soy NaYeon, un gusto Tae. - La castaña tomo la cubeta que había caído junto a ella.

- ¿Ustedes trabajan aquí? - Preguntó, mirando las manos de ambos chicos.

- Nono -, se apresuró a decir MinJae, negando con sus manos. - Somos hijos de unos de los empleados, ayudamos de vez en cuando a la limpieza, y a esta coneja se le ocurrió hacer carreras, no se fijó y termino dándole un beso francés al piso. - Dijo con ironía el pelinegro, recibiendo un golpe suave de la castaña, y una risa de TaeHyung.

- ¿Puedo ayudarlos? Me siento solo aquí, y además, no se qué hacer. - El puchero resaltó en el rostro de Taehyung, ganando miradas tiernas de ambos chicos.

- ¡Qué ternura! MinJae mira que bonitooo. - NaYeon halago al menor, moviendo la cubeta por lo emocionada que estaba.

Taehyung se encogió un poco, algo avergonzado, no era bueno con las palabras, y mucho menos con las personas que recién conocía.

- Si, lo sé, Tae, íbamos por agua para limpiar las ventanas, ¿Nos acompañas? - Le propuso, tomando la cubeta que sostenía la chica, la cual se quejó cuando se la arrebato tan bruscamente.

- Claro, porque no. - Sonrió, siguiendo a ambos chico mientras dialogaban y llegaban a una habitación completamente blanca, donde se veía lavadoras, y un fregadero.

MinJae se acercó al fregadero con la cubeta, viendo de reojo a TaeHyung, quien lo miraba atentamente, curioso más que nada. NaYeon por su parte frunció el ceño al ver a su amigo tan colaborativo.

Ella era la que daba la iniciativa, porque digamos que MinJae era... No, no era, es flojo, y no haría nada de limpieza por su cuenta. Así que cayó el cuenta de que quería impresionar al chico castañito que los acompañaba.

Arrugó su nariz, sonriendo divertida para arruinar su plan, una costumbre entre ambos.

- MinJae, ¿Por qué tan colaborativo? Tú nunca haces esto, solo te la pasas durmiendo en calzoncillos como dice la tía Kim. - Dijo inocentemente la castaña, acercándose a un ropero, sacando un detergente de ahí.

El pelinegro se sonrojo hasta las orejas, volteando a ver a la castaña, hablandole sin emitir palabra de su boca.

«¡Idiota! ¿¡Qué dices!?»

Ambos escucharon otra risa proveniente de TaeHyung, MinJae evitando voltear a verlo, avergonzado totalmente.

- Y dinos TaeHyung -, siguió hablando la castaña, ignorando a su amigo. - ¿Qué te trae por aquí? Esta casa es muy grande y fácilmente puedes perderte o quedarte atrapado.

TaeHyung paro de reír, arrugando su nariz en un gesto un tanto nervioso.

- Pues, yo soy de familia pobre, y una mujer me subastó -, ambos chicos voltearon a verlo, totalmente horrorizados -, el señor, ah digo, el joven Jeon me compro, y ahora estoy aquí, ¡Pero es un irrespetuoso! Y yo tengo mi paciencia y dignidad, y... - El castaño se rascó la nuca, más nervioso que antes. - Le dije que se joda.

Lo último lo dijo tan bajo, que por poco no se escuchaba, pero si, oh claro que sí sé escuchó.

- ¿¡Qué le dijiste qué!? - Dijieron ambos al unísono, totalmente asombrados.

- Ay diosito lindo, protegemelo, es muy joven para morir. - Dramátizo NaYeon, juntando sus manos en tono de súplica mientras miraba el techo.

- No seas dramática NaYeon, Tae, es normal que el joven Jeon saqué de casillas a más de uno, ya que es totalmente irritable, lo saco del señor Jeon, pero no por eso debías decirle aquello, él tiene problemas de ira, y solo la virgencita sabrá que es capaz de hacer ese hombre. - Dijo el pelinegro, con la cubeta ya llena, la cargo, mientras la castaña se acercaba a ambos con un detergente.

- ¿Tanto así? - Dijo algo intimidado el menor, ayudando a NaYeon con los detergentes.

Ambos chicos se miraron, compartiendo palabras, y luego otra vez mirando a TaeHyung.

- Si.

- No. - Dijo NaYeon.

Se volvieron a mirar, y giraron de nuevo sus rostros hacia TaeHyung.

- No. - Dijo MinJae.

- Si.

TaeHyung miro a ambos divertido, y el par de amigos finalmente se rindió, volviendo a caminar hacia donde sus madres los esperaban.

- A veces somos muy dramáticos, no te preocupes por eso TaeHyungie. - Dijo la castaña, caminando a la par del mencionado.

- ¿TaeHyungie? - Tae ladeó su cabeza, totalmente feliz por el apodo.

- ¡Si! Te queda perfecto, es tierno igual que tú. - Dijo la muchacha, y ambos castaños se quedaron hablando más, con el pelinegro escuchando atentamente.

En su mente, MinJae pensaba dos cosas.

Uno, que la cubeta pesaba, ¡Un poco de demasiado! Era mucho para el, porque NaYeon tenía razón, el era un vago, no hacia nada más que dormir, pero quería impresionar a TaeHyung.

¿La razón? ¡Ni el sabe! Solo que su cerebro literalmente le gritó que hiciera lo mejor que pudiera para impresionar al lindo chico de ojos chocolate.

Dos, pensaba en TaeHyung, en su tierna risa, su adorable sonrisa cuadrada, y en el lunar que podía ver en su rostro.

¿Acaso le había lanzado una maldición? ¡Si! De seguro era eso, porque, ¿Qué más explicación habría?

¿El impresionando a alguien? ¿El trabajando en lugar de dormir? ¿¡El limpiando ventanas!?

Muchas preguntas, y escasas respuestas.

Abrió su boca, dispuesto a meterse en la conversación, pero el grito de alguien sumamente molesto hizo callar todo.

- ¡TaeHyung!

"Oh no". Pensaron los tres jóvenes, totalmente aterrados porque ese grito era de total furia.

Era de Jeon JungKook.

Riquillos presumidos [KookTae]Where stories live. Discover now