¿Aceptas?

129 10 0
                                    

Luego de salir de su turno, Volkov se dirigía hacia su cuarto de hotel para poder descansar. Pero mientras tanto, iba pensando en la conversación que tuvo con el director del FBI en el estacionamiento de la sede antes de comenzar su día laboral.

"Después de todo lo que ha pasado... ¿tú te plantearías casarte alguna vez?"

Y no había mentido con su respuesta... si lo había hecho, pero cuando las cosas estuviesen estables para ambos y hubiese tranquilidad. Eso sería lo ideal, pero sabía que Horacio tenía la razón al decir que era "imposible" el que las cosas estuviesen estables, por lo menos por mucho tiempo cuando tenían el trabajo que tienen...

"Mientras sea algo más en privado..."

Debía ser en privado... nunca le ha gustado hablar de su vida privada y el matrimonio era algo demasiado íntimo que le gustaría que permaneciese, no oculto, sino en privado, algo que sea para ellos y como mucho compartirlo con sus más cercanos. Fuera de eso, no veía la necesidad de que toda la ciudad de Los Santos lo supiese. Después de todo, esto sería un arma de doble filo... Volkov seguía sumido en sus pensamientos hasta que su teléfono sonó, lo tomó y no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa bajo su bandana negra al ver el nombre que mostraba la pantalla. 

— ¿Todo bien H? — le preguntó de inmediato al contestar la llamada.  

— Si si — le respondió el menor y en su voz podía notar cierto... ¿nerviosismos? — solo quería saber en cuanto llegabas, ya sabes, para ir preparando la mesa para comer...

— Vale... — respondió algo confundido.

Confundido por la manera tan extraña en la que había estado actuando este desde la mañana y parecía seguir haberla arrastrado hasta ahora — ya estoy aquí, voy a estacionar el auto para dirigirme al ascensor.  

— De acuerdo — respondió ahora de manera rápida — te espero, la puerta la dejaré abierta — finalizó y corto la llamada sin dejarle responder algo más.

Si bien notaba que Horacio no estaba actuando como se costumbre, al mismo tiempo sabía que H era H y que este jamás podría parar de sorprenderlo con sus ocurrencias y sus cosas peculiares que lo hacían ser quien era... que lo hacían ser la persona más importante en su vida...

Una vez estaciono el auto, se bajo de este y emprendió su camino hacia el interior del hotel y posteriormente hacia el ascensor para poder llegar a la habitación que compartía con Horacio.  

— ¿Horacio? — preguntó este una vez entró a la habitación mientras se retiraba la bandana y la gorra para dejarlas sobre la mesilla de la entrada — Ya estoy aquí — anunció al no recibir respuesta y tampoco lograr localizarlo.

Se adentró un poco más en la habitación para así por fin percatarse del escenario que tenía en frente...

— ¿H? ¿Que es todo esto? — preguntó confundido mientras observaba todo a su alrededor.

Horacio se encontraba de pie, rodeado por unos pétalos de rosas en el suelo y la iluminación era brindada por unas velas.

— ¡Sorpresa! — dijo Horacio con un nerviosismo notorio — se que... dijiste que solo te casarías cuando hubiese estabilidad y todo estuviese bien tanto en tu vida como en la de la otra persona — comenzó a explicarse recordando lo que este había dicho horas atrás — que por supuesto esa otra persona soy yo porque ¿quien más sería? — soltó una risa nerviosa — ...y estoy de acuerdo en algunas cosas sobre las que dijiste, sin embargo no dijiste nada de no comprometerte... así que... — se arrodilló una vez más como tantas veces había estado haciendo durante el día — Viktor Volkov... se que hemos pasado por mucho, que nuestras vidas son de todo menos normales, que aún tenemos mucho que hacer y también yo sigo estando un poco jodido... ya sea por mi cabeza, mi corazón o... — tomó aire para luego soltar un suspiro pesado ya que sus ojos se habían comenzado a cristalizar — te lo dije antes, no sabemos cuánto tiempo nos queda de vida y entiendo lo que dices sobre casarte... así que, toma este anillo como simbolismo de una promesa más entre nosotros, una que jamás romperemos, una que pase lo que pase... lucharemos por cumplir...— Horacio... — intentó hablarle el ruso pero este no se lo permitió.

— No no, déjame terminar... — le pidió — este anillo será el símbolo de esa promesa que nos hicimos hace tanto tiempo en el hospital, una promesa que reforzamos antes de irnos a Londres y quiero reforzar ahora...quiero que esto sea un recordatorio constante de que estamos ahí siempre para el otro — saco de su bolsillo una cajita — y ya cuando todo sea un poco más estable y estemos mejor posicionados como antes, ya veremos cómo le hacemos para todo lo demás... — sonrió ahora con ilusión — así que... Viktor Volkov — abrió la cajita mostrando un hermoso anillo negro con plateado — ¿Aceptarías este anillo de compromiso simbolizando el que más adelante nos casemos y por fin podamos descansar y disfrutar un poco más de la vida... juntos?

— Horacio yo... — se acercó más a este aún procesando todo lo que acaba de escuchar por parte del menor, una vez frente a este se arrodilló junto a él —  yo... si quiero Horacio... si es contigo... ya te lo había dicho antes H... siempre juntos — finalizó para luego recibir a este en sus brazos y corresponderle con fuerza al abrazo.

— Por un momento... pensé que me rechazarías de nuevo... — río este mientras secaba sus lágrimas.

— Ya no más Horacio... ahora estamos juntos... siempre lo hemos estado y al igual que tú me haz prometido... — lo miro a los ojos — yo te prometo también que nunca jamás, pase lo que pase, ya sea con Madison, Philip, tu padre, tu hermana o el mismo diablo... pase lo que pase seguiré estando ahí para ti...

— Yo... — comenzó nuevamente Horacio mientras tomaba la mano izquierda de este — te... te quiero Viktor — finalizó a la vez que le colocaba el anillo para luego mirarlo a los ojos.

— Y... yo... — comenzó a decir el ruso mientras observaba el anillo en su dedo para luego levantar la vista y conectar con esos ojos bicolores que tanto quería — yo también te quiero... Horacio.

La pareja volvió a abrazarse para luego quedarse un rato ahí, sentados en el suelo abrazándose mientras que pensaban en la promesa y el compromiso que acaban de hacerse.
La realidad es que ninguno vea su vida sin el otro...

— Me alegra que te haya gustado mi sorpresa... — le habló Horacio rompiendo el silencio luego de varios minutos mientras que jugaba ahora con el anillo en el dedo de V.

— Sabes que todo lo que venga de ti me gusta... — respondió dándole un beso en la frente — aunque... no me parece justo que yo tenga un anillo y tú no... así que mañana temprano iremos por uno para ti ¿te parece bien?

— Ehhh — comenzó a decir el menor — sobre eso... dame un segundo — se excusó mientras se pondría de pie e iba hacia la habitación, unos segundos después regresó con otra cajita — de haber sabido que tú propondrías el ir por un anillo para mi... no habría comprado este también — sonrió mientras le mostraba su anillo — venían juntos y pues, ya sabes, me parecía muy feo separarlos... — dijo y ambos rieron.

— En ese caso... — comenzó V y tomó la cajita con el anillo que era igual que el suyo, solo que este tenía piedritas en la parte plateada — permíteme a mi el placer de colocarlo en tu dedo como hiciste tú con el mío.

Habló mientras que tomaba la mano del menor e imitaba lo que este había hecho antes.

Para luego volver a conectar sus miradas llenas de felicidad y complicidad... unas miradas que hacían que sin necesidad de hablarse, pudiesen ser capaces de comunicarse todo. Eran unas miradas que compartían un amor sincero... y mutuo...

~•~

One-Shots: Volkacio Where stories live. Discover now