Casita

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— Entonces... — llamó ansioso la atención del mayor - ¿Hacia donde vamos?

— Bueno... — se propuso a responder mientras detenía el auto en un semáforo en rojo — habías dicho que querías regresar a casa ¿no?

— Creo... — comenzó a dudar — creo que si, pero ¿A qué viene todo esto?

—Confía en mi ¿vale? — le pidió el ruso mientras estiraba su mano derecha para colocarla sobre la pierna de este — te tengo una pequeña sorpresa.

Si bien Horacio olvida algunas cosas, algo que le era imposible olvidar era la sensación que el tacto de Viktor tenía en él no sabía cómo explicarlo, pero Viktor Volkov, era su lugar seguro, era esa persona que sin importar lo que sucediera sabía que estaría ahí. Por lo que como respuesta sonrío y colocó su mano izquierda sobre la de este y comenzó a pensar hacia donde lo podría estar llevando. No pasó mucho tiempo hasta que Volkov orilló el auto en una calle.

— Vale — habló el ruso — se que... tal vez... no es lo que esperabas... pe.. ro.... pero creo que será bueno... para ambos... — finalizó dejando a Horacio más confundido mientras que sacaba algo de su bolsillo — te voy a vendar los ojos...

— Volkov — lo interrumpió con una sonrisa pícara mientras se volteaba — si querías vendarme podías hacerlo en mi habitación antes de salir de casa de mi hermana — le dijo tratando de molestarlo pero la respuesta de este le sorprendió.

— Tampoco es que allá tengamos mucha privacidad ¿no crees? — le dijo mientras finalizaba de taparle los ojos para volver a tomar su mano y ver cómo el menor se había sonrojado — de acuerdo — soltó una risa para luego volver a tomar el volante y continuar su camino.

— ¿Me darás una pista? — intentó sacarle detalles el menor.

— No — respondió de inmediato. — ¿Una pequeña?

— No

— ¿Pequeñita, pequeñita?

— No

— Joder... — dijo rendido

— Ya estamos aquí — le informó el ruso y aunque no podía ver sus ojos, la sonrisa que se formó en su rostro lo lleno de ilusión — No se si es lo que esperabas — dijo mientras apagaba el auto y bajaba de este — pero... — le volvió a hablar mientras tomaba la mano de este y lo ayudaba a bajar del auto — bienvenido a casa Horacio — dijo a la vez que le quitaba la venda de los ojos.

El menor no sabía cómo reaccionar. Justo frente a sus ojos había una casa enorme y muy hermosa, similar a la que había compartido anteriormente con V pero a la vez diferente — ¿V..? — lo llamo aún asombrado mientras que volteaba hacia este para percatarse de que le estaba tendiendo unas llaves.

— ¿Quieres entrar? — le propuso mientras que el menor tomaba las llaves y con su otra mano agarraba la de V.

— Wow — dijo sorprendido Horacio una vez ingresaron — Hostias... Volkov esto es...

— Se que no es igual a la que teníamos — lo interrumpió nervioso — pero pensé que tal vez sea momento de crear nuevos recuerdos... unos que sean solo... nuestros... por lo qué tal vez empezar desde cero en una casa nueva... sea lo mejor.

— Viktor — se acercó H hacia el ruso para tomar ambas manos de este — esto es... Perfecto —

Finalizó para luego abrazarlo. Si bien ambos estaban pasando por mucho con toda la situación de Horacio y su memoria, querían ser positivos y Viktor Volkov se encargaría de ello. Después de todo, dicen que los amores más bonitos y reales no son solo los que te sujetan de la mano, sino también del corazón. Y esta es una tarea en la que Volkov no iba a fallar.

~•~

One-Shots: Volkacio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora