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Aang

—Aguanta, pequeña. Estoy aquí. —La levanto del suelo y la saco de la habitación en brazo. —Necesito que busquen a Lou —grito—, ¡encuéntrenla aunque esté bajo tierra!, y no la maten, porque soy yo el que la haré sufrir.

Mi ira es sustituida rápidamente por terror. Si no consigo llevarla lo bastante rápido al hospital, no sobreviviría.

No puedo perder a nadie más.

No puedo perderla.

La ingreso en el hospital y se la llevan a toda prisa para operarla con urgencia. Si no lo hacen de inmediato, su muerte esta garantizada. Pero es probable que muera de todas maneras.

Yo recorro el pasillo arriba y abajo y observo el reloj, mientras el tiempo se detiene.

Las piernas me llevan de un extremo a otro, y el pecho me duele cada vez que respiro. Si no lo logra, no estoy seguro de lo que voy a hacer con mi vida.

Probablemente me la quite luego de matar a Lou y a Theodore.

Las horas se arrastran indefinidamente. Yo me quedo exactamente en el mismo sitio de la sala de espera, solo por si alguien viene a buscarme. No bebo, ni como. Estoy exponiéndome ante mis enemigos al quedarme allí sin mis guardaespaldas, pero aquello no importa.

Lo único que importa es mi pequeña.

Elliot y Terrence llegan al rato con David y Anjoly, y me han dicho que no debería preocuparme por la policía, y que no tendremos inconvenientes. Les digo que Thais aun se encuentra en el quirófano, y las posibilidades de que sobreviva son nulas. Anjoly por su parte ha estado conmigo todo este tiempo. En cuanto a Lou, no tengo ni la menor idea. Ni siquiera hay rastros de la policía, o de Lars. Jamás imaginé que esto llegaría tan lejos. Todo por el poder.

¿Siempre quiso el poder de los Marino? Yo la admiraba, la respetaba. Pensé que Lou era la única decente en su familia. Qué tonto fui.

Aún en medio de esa gran confusión no me pasa desapercibido la tensión que hay entre David y Anjoly. Me quedo quieto en el hospital, apoyando mi cabeza en la pared.

—Esto es una locura —murmura Anjoly y restriega sus manos por su rostro—. Lars es un traidor.

—Sospechaba de él —concuerda Elliot—. Una vez dijo algo que me dejó pensando.

—¿Qué cosa?

—Involucrar tus sentimientos en el trabajo es lo más absurdo que puede hacer alguien —responde—. Una vez Theodore me dijo lo mismo. Ya nada me sorprende.

—Todo lo tenía perfectamente planeado. Ninguno lo vio venir. Creí que todos me podían traicionar menos Lou, pero veo que también me equivoqué con ella.

—Ella es una profesional, Aang. Su especialidad es jugar con las emociones de las personas.

—¿Tú sabías que Lou era la jefa de Lars, Anjoly? ¿O que es uno de las cabecillas de Escorpión?

Ella niega. —Yo no sabía que Lou era su jefa —Me interrumpe seriamente—. En la organización conocía a otro jefe.

—¿A qué te refieres?

—Mantuvo oculto su identidad usando el rostro de otro hombre, su padre —explica—. Ella siempre se mantuvo en anonimato.

—No entiendo. ¿Cómo su padre aún no se ha dado cuenta de que ella lo traición?

—No sabes cómo funciona la organización. Ni siquiera yo sé realmente como funciona. Theodore no me dejaba involucrarme. A lo mejor nunca confío realmente en mí —prosigue, aclarándose la garganta—. Ahora creo que no es momento para hablar sobre eso.

Abyss [Libro #3]Where stories live. Discover now