Perdona si te llamo Cayetano | A LA VENTA EN FÍSICO

19. PELAYO

🎵 You Need To Calm Down- Taylor Swift 🎵
🎵 Baby- Justin Bieber 🎵

La nueva discoteca de la madre de Bosco y Borja, llamada convenientemente "BBs" acaba de inaugurarse, pero la cola de personas que desean entrar en ella apiñadas en la entrada parece interminable.

—Menos mal que tenemos pase VIP —comenta Bosco, quien se ha puesto un traje negro y pajarita roja a juego con su hermano.

Darío, Bosco, Borja, Cayetano, Adrián y yo hemos llegado hasta el lugar en una preciosa limusina negra, lo que me ha hecho mucha ilusión. Nos hemos hecho unas cuantas fotos todos juntos y estamos tan contentos qué, vistos sin contexto, parece que seamos amigos. Podría subir alguna a Instagram.

—Por cierto, ¿esto de B y B cómo se pronuncia? ¿En plan baby como la canción de Justin Bieber? —pregunta su hermano Borja.

—¿Qué canción de Justin Bieber? —inquiere Bosco, frunciendo el ceño.

—Ya sabes: "Baby, baby, baby OHHH" —empieza a cantar Borja haciendo que incluso yo me ría un poco.

—Tíos. ¿A quién le importa cómo se pronuncia el nombre? No seáis nenazas —Cayetano termina zanjando el conflicto alzando la voz.

Cuando habla tan alto el tío da un poco de miedo. Yo, desde luego, no me habría animado a intervenir. Es la primera vez que me invitan "de verdad" a un evento de inauguración de estos, que entre la gente de mi clase son relativamente comunes, así que no pienso cagarla... La verdad, no sé por qué ahora sí y antes no, quizás es que me he cambiado de perfume. Yo qué sé. El caso es que me hace ilusión.

Darío ha fingido que le hacía ilusión también, por mí, pero yo sé que no es cierto. Él habría preferido estar con Salva. Desde que quedaron el miércoles pasa cada momento del día hablando con él por mensajes y mandándole fotos sin contexto a cada cual más absurda: una foto de sus náuticos sin abrochar, de él jugando a rugby o con el uniforme de esgrima... yo que sé, tampoco es que me las enseñe todas. De la limusina de hoy también ha habido foto. Y claro, yo me alegro mucho por él, pero también le tengo envidia.

—Joder, me muero de frío —me dice Darío. Y tiene razón. Hace un frío que pela, ya se nota que es diciembre y el final del año—. Y, aun así, la tía esa lleva una falda tan corta que casi se le ve el culo entero.

Mi amigo se está fijando en la chica rubia de pelo corto que está hablando con Cayetano unos metros delante de nosotros.

—Bueno, que se vista como quiera, ¿no? Te ha quedado un poco feo el comentario...

Mi amigo pone los ojos en blanco.

—Ha sido una observación y ya está —dice—. ¿De qué estarán hablando ella y Cayetano?

—Pues están tonteando clarísimamente. Míralos. Se ve por el modo en el que ella juega con su pelo... —observo. Darío responde riéndose.

Vamos a seguir hablando cuando la chica en cuestión se vuelve hacia nosotros y se acerca con una sonrisa. Cayetano va con ella. La chica es muy guapa, la verdad, entre la purpurina dorada que lleva en la cara y el color de su cabello que enmarca su rostro, parece que la luna brille solo para ella.

—Soy Clara —se presenta y a mí me parece que el nombre le va al pego. Se inclina hacia mí, impregnándome de un aroma que no consigo descifrar, para darme dos besos a modo de saludo. Creo que me he sonrojado.

—Yo Pelayo, encantado —saludo.

—Venga, deja hablar a los mayores —murmura Cayetano.

—¿Tú cómo te llamas? —pregunta Clara mirando a Darío esta vez, pero el chico está concentrado en algún mensaje que le ha llegado al móvil. Darío, al darse cuenta de que esperan su respuesta, alza la cabeza antes de hablar.