49: Cómo empezaron

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Podía estar segura de que su pa se había comportado.

Y ella estaba feliz por eso, además, se sentía mucho mejor después de su problema estomacal. Sin embargo, sufrió cada segundo mientras Gael se comía un plato de panqueques con sirope de choco frente a ella. Emma tuvo que contentarse con té y tostadas.

Más tarde, se sintió avergonzada delante de su wedding planner.

—Necesitas cuidarte a partir de ahora. —Dave le habló como si él fuese el adulto y ella la niña desobediente. Estaban en el despacho de él—. No puedes darte el lujo de enfermarte, mucho menos el día de tu boda. ¡Dios! —tocó el escritorio de madera que tenía delante de él.

—Lo sé. —Emma se hundió en su silla frente a él, sosteniéndose con fuerza de los reposabrazos—. Es mi ansiedad. —Había tenido suficiente tiempo para meditarlo mientras recibía suero, tirada en su cama—. En realidad, tengo un problema con la comida. He tenido sobrepeso durante casi toda mi vida. Dicen que me trago mis emociones, y, a veces, no soy consciente de ello.

—¿Estás ansiosa por la boda? —Dave se sentó al borde de su silla, colocando sus brazos sobre el escritorio.

Emma pensó que no pudo haberse conseguido un mejor wedding planner. Dave realmente se interesaba por ella. Lo sentía.

—Seguramente. Es normal, ¿cierto? —frunció su ceño de manera preocupada.

—Por supuesto que sí, querida —le dio un golpecito al aire, gritó un «¡Uf!», y recostó su espalda en la silla—. Mira el calendario. Estamos a 12 días del gran día. Es normal que los nervios florezcan a partir de ahora, pero, míranos, todo está hecho. No tienes nada de qué preocuparte. Novia mía, necesitas un día en el spa, y urgentemente.

Emma sonrió.

—Ayer hablé con Selene —se acordó—. Me preguntó qué haremos de especial en la fiesta. Me quedé pensando si nuestro primer baile será lo suficientemente especial.

—¿De qué hablas, cariño? —Dave se puso de pie y se acercó a ella—. Solo imagina esto... —alzó sus manos misteriosamente—, jueves, 8 de octubre de 2020, es de noche, el jardín de la casa de la familia Miller acoge a todos los invitados, entonces, las luces se apagan y se ilumina la pista. «Con ustedes, los nuevos señor y señora Oschner» —levantó sus brazos, aplaudió en silencio, y actuó vítores. Emma sonrió tanto que sus mejillas le dolieron—. Entonces, empieza la canción que eligieron, se toman de las manos y bailan por primera vez siendo marido y mujer. ¿No suena especial para ti?

—Muy —sonrió.

Demasiado.

Pero algo le seguía perturbando por dentro.

—Estoy feliz de haber encontrado a Selene —juntó sus manos sobre sus muslos, y se tocó el anillo—. Además de ser la tía de nuestro mejor amigo, siento que, simplemente, es la persona correcta.

—Ay, Emma —suspiró encantado—. Selene es una rara.

Emma ladeó su cabeza.

—Las personas raras son las mejores —continuó él. Emma sonrió otra vez, recordando alguna que otra cosa—. Mira que ando comunicándome con ella casi todos los días. Yo soy el wedding planner, pero es ella quien me dirige a mí —rieron juntos—. No quiso que me encargue de los materiales para la ceremonia, ella lo está haciendo todo, además, me ha dicho que viajó a no sé dónde para buscar un amuleto colgante de su amiga, que quiere usar durante la ceremonia. Es una mujer encantadora.

—Lo es. Sí lo es.

Luego de su reunión con su wedding planner, Emma decidió seguir el consejo de este. No había ido al spa para que le hagan masajes ni un tratamiento corporal, pero decidió pasar por un mani y pedi. Después, se dirigió al depa. Era sábado y no había otro lugar donde quisiera estar. Se tumbó en el sofá a holgazanear. En su defensa, apenas el día anterior se encontraba nadando en su propio vómito, necesitaba reposar todo lo posible para pronto comer todas esas pizzas que su amorcito le había prometido.

Las Cenizas De Emma© #3Where stories live. Discover now