19

648 82 24
                                    

Cuando el incendio en la casa de Sana ocurrió, lograron salvar a tiempo a Jihyo, pero el cuerpo de la rubia no había sido encontrado, no había ni rastro. Supusieron que Sana había escapado, pero Nayeon tenía una leve sospecha de la mujer que había ayudado a Jeongyeon, pero prefirió quedarse callada, estuvo más segura de su decisión cuando su esposa le contó absolutamente todo.

Segundos después de que Lisa sacara a Sana del lugar, cargó con ella hasta un auto que estaba estacionado en una esquina, se apresuró a meterla dentro del coche y subió a la parte del copiloto.

—¿Es ella...? -unos ojos tristes miraban a la tailandesa a través del espejo retrovisor.

—Sí. -respondió con seriedad- Ella es Sana, ella fue quien mató a Rosé.

La pelinegra apretó el volante, intentando tranquilizarse y no hacer una locura en ese momento, era difícil, pero tenía que hacerlo si quería destruir la vida de quien le había arrebatado a su hermana mayor.

—Ella pagará por lo que hizo -observó a Lisa, quien se mantenía cabizbaja, entristecida- tranquila.. -posó su mano sobre ella, Lisa asintió con los labios apretados, manteniendo los ojos cerrados para tranquilizarse- la llevaremos a un internado, uno donde nosotras podremos controlarla, uno donde no pueda huir.

—Solo quiero que ella sufra.. -mencionó con odio- que se arrepienta toda su vida.

—Soy psiquiatra, Lisa. -respondió, comenzando a conducir- y hace un mes había comprado un centro para elevar mi carrera, ¿Pero sabes qué? Prefiero que te encargues tú -llamó la atención de Lisa- pondré los papeles a tu nombre, serás la dueña y no perderás nada sobre Sana, estarás siempre al pendiente.

—Pero.. yo no sé nada de psiquiatría, si me descubren..

—Te enseñaré lo necesario, estaré todos los días para ayudarte. Viviré allí y cuidaré que no escape por las noches -giró a verla un instante- así que tendré una copia de las llaves, para poder salir cuando sea necesario.

Lisa se recostó en el asiento, pensativa, el lugar se mantuvo en silencio por unos largos minutos, hasta que la más alta no dejaba de pensar en alguien en especial.

—Pon los papeles al nombre de Kim Jennie -pronunció sin verla.

—¿De la chica que vive contigo? -preguntó dudosa- ¿Por qué?

—Ella es alguien noble.. de buen corazón -recordaba- y si esto sale mal, quiero que al menos tenga algo con qué mantenerse, con qué salir adelante -giró a verla- enséñale todo lo que sepas a ella, para que pueda trabajar en el internado.

—Pero no puede verme, yo estaré allí, me reconocerá.

—Entonces yo aprenderé de ti y ella lo hará de mí, pero no tiene que saber nuestro plan, ¿De acuerdo? Le inventaremos cualquier historia que explique porque es dueña de ese lugar.

—Te preocupas mucho por ella -mencionó con curiosidad, Lisa solo decidió ignorarla y mirar el paisaje por la ventana, algo incómoda- pero está bien, ella será la dueña de ese centro.

—Gracias.. -mencionó con tranquilidad.

—Tenemos que hacer que consideren fuera de sí a Sana -Lisa volvió a prestarle atención- y yo conozco la solución -hizo una pausa- existe una droga, una que es difícil de ser detectada dentro del cuerpo humano y que es casi desconocida, ésta altera a niveles altos todos tus sentidos, tus sensaciones, prácticamente te enloquece. Funcionará para que no pueda salir nunca.

***

—¿Reconoces ese apellido? -Sieun la miraba con frialdad- ¿sabes al menos en que se relaciona ese apellido con Sana?

—Lo sé.. -miraba expectante a ambas mujeres- sé lo que ocurrió con ella, con Park Rosé. -Jihyo fue estampada contra la pared, Sieun la mantenía con fuerza de su ropa.

—Mató a mi hermana -habló con rabia- no dejaré que viva tranquila.

La visión era algo borrosa, el audio producía ecos en su cabeza, y se sentía confundida, desorientada, pero Sana se mantenía quieta, tratando de que todo pasara, hace mucho que no la hacían dormir, pero aún recuerda todo el procedimiento.

—¿Y qué es lo que harán? -Jihyo contraatacó con enfado- No pueden mantenerme aquí contra mi voluntad, saldré y regresaré por ella, no pueden impedirlo.

—¿Quién dice que no puedo hacerlo? -Sieun respondió seriamente.

—¿Qué es lo que harás? -preguntó Lisa, manteniendo aún el arma en su mano.

—Si quiere estar al lado de esa demente, entonces lo estará -la soltó con brusquedad- espera aquí -mandó- traeré la medicina que tanto le gusta a Sana -sonrió con cinismo.

***

Eran las once de la noche y Jennie se encontraba demasiado aburrida estando sola en casa, su esposa había ido a terminar un trabajo pendiente en el internado y no regresaría hasta dentro de tres horas. Buscaba algo que ver en la televisión pero nada la distraía, río un momento al sentirse tan cursi por extrañar a su esposa a solo unas horas de haber salido.

Se quedó pensativa unos segundos y luego sonrió ante su idea, se levantó de la cama y comenzó a buscar su ropa en el armario, quería darle una sorpresa a su amada y acompañarla durante la noche.

***

Todo parecía ir en contra de Jihyo, su plan no estaba saliendo como lo esperaba, Lisa se mantenía apuntándole con el arma y no quería que Sieun le inyectara esa droga, tenía todas las de perder.

Inconscientemente su mirada se dirigió a Sana, de inmediato trató de disimular lo que había visto, volviendo a ver solo a Lisa quien estaba atenta a ella. Sana se levantaba de a poco, apoyándose en sus codos por aún tener los efectos de aquella droga, observaba débilmente a Lisa quien no se había dado cuenta por estar detrás de ella.

—Déjame ir -Jihyo comenzó a distraerla- no quiero quedarme aquí -fingió miedo.

—No debiste de entrometerte -respondió Lisa- ya no hay marcha atrás, esto lo buscaste tú.

—No, escucha, no intentaré nada, amo a Sana pero no quiero quedarme aquí, por favor -suplicó- te juro que no regresaré, ya no sabrán de mí.

—¿A qué estás jugando? -comenzaba a sospechar, hasta que vio como Jihyo miró detrás de ella de manera nerviosa, reaccionó alarmada y giró rápidamente, pero Sana estrelló su cuerpo contra el suyo, tratando de estamparla contra la pared. Ambas perdieron el equilibrio y cayeron estrepitosamente contra el suelo, la peor parte se la llevó Lisa, cuando su cabeza rebotó contra la pared cuando cayó, dejándola inconsciente.

Sana se quitó de encima y Jihyo llegó a su lado de inmediato, observándola preocupada.

—¿Te encuentras bien? -tomó sus mejillas, Sana asintió cansada. Jihyo sonrió y no resistió dejar un rápido beso en sus labios- tenemos que irnos ahora -ayudó a levantarse lo más rápido que podía- el auto está afuera, deprisa -tomó su mano y aceleraron el paso por el pasillo, Jihyo iba adelante, procurando que Sana estuviera bien y encargándose que sus manos no se soltaran.

Sus pasos aceleraron cuando giraron en el pasillo principal, a unos cuantos metros se encontraba la salida y serían libres finalmente.

—Deprisa -animó Jihyo, Sana estaba muy débil- falta poco.

Iban por la mitad del pasillo, cuando Jihyo sintió a Sana frenar y el fuerte sonido de un disparo resonó entre las paredes.

La castaña miró perpleja a la rubia, sintiendo sus lágrimas acumularse cuando Sana llevó su mirada a ella, sus ojos también se cristalizaron, entristecidos. El cuerpo de Sana se desvaneció frente a ella, cayendo lentamente a sus pies, la sangre en su espalda se hizo presente.

Al otro extremo del pasillo, detrás de ellas, estaba Sieun, sosteniendo el arma en su mano y manteniendo una mirada fría, nerviosa.

Bloody love - Sahyo G!PWhere stories live. Discover now