15

633 83 15
                                    

Lisa había logrado ver a Sana corriendo por el pasillo, incluso antes que Jihyo abriera la puerta. Parte del ventanal tenía un pequeño agujero, donde logró verla sin siquiera planearlo por su vista periférica.

Extrañada, volvió a tocar con más fuerza la puerta, Sana no podía estar nuevamente con Jihyo, no podía simplemente dejar que eso pase. A los segundos, la castaña abría la puerta con aparente normalidad, pero Lisa notó su nerviosismo, estaba ocultando algo, y era evidente que se trataba de Sana.

—Buenos días -pronunció con serenidad.

—Buenos días -Jihyo asintió incómoda.

—¿Por qué demoraste tanto en abrir? -ingresó, deteniéndose a su lado mientras Jihyo cerraba un poco la puerta.

—Yo.. lo siento, me había quedado dormida -bajó la cabeza.

Lisa no mencionó nada más, analizó sus expresiones y la observó de pies a cabeza. No podría ser posible que haya logrado acercarse a Sana sin llegar a temerle, tal parece que nuevamente la rubia le ocasionara un problema, debía de averiguar lo que hay exactamente entre esas dos.

Giró sobre sus talones y se dirigió directo a su oficina, o eso parecía, ya que detuvo su paso al llegar al pasillo donde estaba Sana. Divisó que Jihyo no la estuviera viendo y se dirigió al cuarto de la rubia, se asomó a la rendija con precaución y halló lo que más temía, Sana estaba libre, se mantenía sentada a un extremo, colocándose ella misma la camisa de fuerza, pero no podía sola.

La rubia alzó la mirada y su expresión se volvió seria al ver a Lisa abrir la puerta, la más alta ingresó como si no tuviera miedo de ella. Sana tenía la mandíbula tensa, soportando no irse contra ella y matarla de una vez por todas, pero no podía hacerlo si Jihyo lo descubre, quería empezar de cero con ella, esta vez no quería arruinarlo.

Siguió los pasos de Lisa, quien se detuvo frente a ella, arrodillándose para estar en el mismo nivel. Ambas mantenían la mirada de la otra, notando el desprecio que se tenían entre sí. Lisa se sentó sobre sus piernas y observó el tazón que estaba a su lado, se preguntó qué hacía eso allí, sólo vino una respuesta a su mente, Jihyo.

—¿Ella entra aquí? -Sana siguió su mirada, observando el tazón con agua que Jihyo había traído para poder cocinar. La rubia solo se mantuvo en silencio- Dime, ¿has hablado con ella? -de su bolsillo sacó un pañuelo, remojándolo en el agua. Tomó él mentón de Sana, manteniéndolo en su lugar con fuerza cuando ella quiso alejarse- Te he visto correr en el pasillo. -comenzó a limpiar su rostro, presionando sin cuidado alguno sus heridas.

Sana mantuvo los ojos cerrados ante el dolor- Me sorprende que ella aún siga viniendo a pesar de la golpiza que le diste -Lisa sonrió levemente al ver la expresión dudosa de Sana- ¿No lo recuerdas? Estabas fuera de control esa noche -comenzó a narrar- Jihyo quiso acercarse, pero solo recibió golpes de tu parte. Hubieras visto su rostro, era algo digno de apreciar, pero solo lo cubrió con maquillaje los siguientes días -Sana la miraba, desconcertada, sentía que sus ojos se humedecían al solo imaginar lo que había hecho- Parece ser que le importas mucho.

—Está en el pasillo ahora, parece realmente molesta. ¿Qué es lo que tanto le atrae de ti? -Sana mantuvo la mirada baja, no quería ver a Jihyo a los ojos, se sentía avergonzada- lástima que no sabe la clase de persona que eres -volvió a su seriedad- si lo supiera, ella te despreciaría como lo hago yo, o como lo haría cualquier persona con un poco de sentido común. -notó que Jihyo se dirigía a ellas, sabía que iba a reaccionar de alguna manera, pero no le importaba, tenía que averiguar lo que Jihyo sentía por la rubia, fingió no darse cuenta de su cercanía.

No tardó mucho en sentir a Jihyo empujándola con su propio cuerpo, ocupando su lugar frente a Sana, eso fue una clara señal de celos, sonrió internamente.

—¿Pero qué te pasa? -se sentó de inmediato, fingiendo molestia.

—Solo quería ayudar -respondió de manera inocente- usted es alguien muy ocupada, déjeme hacerlo a mí -JIhyo volvió a mirar el rostro de Sana, pero ella miraba de reojo a Lisa, nuevamente los celos llegaron a ella.

—Está bien -Lisa se ponía de pie- encárgate tú -se arregló la ropa- pero trátala bien, ella es alguien muy especial para mí -Sana sabía a lo que se refería, pero Jihyo lo tomó de otra manera.

La castaña esperó paciente a que saliera y cuando lo hizo, no tardó ni dos segundos cuanto ya veía a Sana con molestia.

—¿De qué estaban hablando? -interrogó.

—Nada.. -habló por lo bajo- solo limpiaba mis heridas. -estaba pensativa.

—¿Y por eso te sonrojaste?

—¿Qué? -no había prestado atención a sus palabras, hasta que recordó lo que había visto en la mañana y ahora quien se sentía molesta era ella- ¿por qué esa idiota estaba abrazándote?

—¿perdón? -no entendía.

—Cuando desperté, esa loca del cuarto nueve estaba pegada a ti como una asquerosa garrapata.

—¿La pelinegra? ¿Por eso peleaste con ella? -preguntó con enfado- ¡Yo ni sabía que estaba allí!

—¡No soy idiota, Jihyo! ¡Estaba sobre ti! ¡¿también te gusta esa tipa?! ¡¿Vamos a escapar las tres o qué?! -Jihyo cubrió su boca rápidamente.

—Shhh -advirtió- ¡Te pueden oír! ¡Nadie puede saberlo! -quitó su mano, Sana aun se veía molesta- Sana.. te juro que no sabía que estaba allí, ni siquiera sé cómo se llama -confesó con desesperación- te digo la verdad.

—¿Lo dices en serio? -la miró con timidez, insegura, Jihyo sonrió.

—Lo digo en serio, si quiero abrazar a alguien, aquí estás tú -acarició su mejilla- ¿por qué buscaría a otra?

—¿Y si quiero besar a alguien? -sus mejillas se ruborizaron.

—Aquí estoy yo -Jihyo sonrió con cariño, divisó que nadie estuviera cerca, y al confirmarlo, acercó su rostro a la japonesa, besándola tiernamente.

Lisa observaba desde el final del pasillo, escondida, donde la pelinegra se encontraba también, observando donde supuestamente, debería estar la llave colgando de su cintura.

—Sana.. -Jihyo se separó de sus labios, manteniendo su cercanía.

—Dime -observaba sus ojos, sintiéndose realmente feliz.

—¿Cuándo deseas salir de aquí? -acariciaba sus labios con la yema de su dedo, admirándolos.

—Lo más pronto posible -Jihyo sonrió.

—¿Qué te parece esta misma noche? -levantó su mano que mantenía en su pierna, mostrando la última llave que necesitaba.

—La.. conseguiste -sus ojos brillaron de ilusión, estando perpleja- ¿Pero cómo?

—Lo hice cuando la empujé -observó su mano, viendo la pequeña herida en él- aunque me corte con su llavero, pero valió la pena. -sonrió con emoción- Serás libre. -Sana sonrió de la misma manera, sintiendo nuevamente los labios de Jihyo sobre ella, ambas sonreían aún en el beso.

Lisa no lograba verlas muy bien, apenas veía la espalda de Jihyo, pero era muy claro que se estaban besando. Bufó con enfado e iba a girar para irse, cuando frente a ella apareció la pelinegra, mirándola con curiosidad.

—¿Dónde están tus llaves?

Bloody love - Sahyo G!PWhere stories live. Discover now