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Lisa toqueteó su cintura, notando que la llave no estaba en su lugar. Desconcertada, dirigió su mirada hacia la habitación de Sana, viendo a Jihyo salir y cerrar la puerta. Escaneó rápidamente a la castaña de pies a cabeza, buscando la llave, pero no halló ni una pista. Sin embargo, no necesitaba pruebas de que había sido la culpable, ella había llegado con la llave y ahora misteriosamente había desaparecido, las únicas con quien tuvo contacto fue con Sana y Jihyo, y esas dos estaban tramando algo, solo era cuestión de aparentar que no sospechaba absolutamente nada.

—¡Park! -llamó con voz fuerte, Jihyo levantó su mirada al escucharla y se detuvo, había estado pensando en el escape junto a Sana.

—Dígame -llegó a ella rápidamente, serena.

—¿Qué hace esta interna fuera de su habitación? ¡¿Por qué está libre?! -interrogó con notoria molestia.

—Yo.. lo siento, no sé cómo...

—¡Vuelve a encerrarla! -ordenó- ¡No pueden estar fuera de sus habitaciones!

—Lo sé, lo siento, lo siento -hacía reverencias como disculpa- tendré más cuidado.

Lisa bufó y dio media vuelta para irse a su oficina, no se percató de la mirada de desprecio por parte de la castaña. Jihyo solo tomó el brazo de la pelinegra y la llevó casi a rastras hasta su habitación, no quería perder el tiempo en tonterías, tenía que ir a conseguir la copia de la llave antes de que se dieran cuenta.

En cuestión de minutos las enfermeras y el de seguridad comenzaron a llegar y Jihyo podía finalmente irse, no sin antes ver por última vez a Sana, quien le sonrió levemente desde un extremo.

De noche.

Jihyo veía desde su asiento a la última enfermera en salir, le sonrió como gesto de despedida y al cerrar la puerta, la castaña se puso tras esta, verificando que nadie estuviera fuera. Retrocedió rápidamente y aceleró su paso a la habitación de Sana, pero había algo que JIhyo no estaba notando por centrarse solo en la japonesa, no había ni un solo murmullo en todo el internado.

Algo raro para ser un lugar de "locos"

Llegó a la puerta y sin ver por rendija, abrió la puerta para luego sonreír con cariño a la rubia quien yacía dormida en el piso.

Sana no dormía a esas horas, ella esperaba a que llegara.

Jihyo caminó a ella sin notar nada extraño y se inclinó a su lado, llevó su mano a su hombro para removerla pero antes se percató de un objeto extraño tras la cabeza de la japonesa. Extrañada, tomó aquel objeto y quedó desconcertada al ver que era una jeringa, que estaba ya vacía.

Mayor fue su sorpresa cuando un estruendo tras ella la alertó, le habían cerrado la puerta.

Corrió hasta él y quedó estática al ver a Lisa tras ella, mirándola seriamente tras la rendija.

—¿ibas a algún lado? -sonrió levemente, en sus manos tenía unos papeles.

—No sé de qué está hablando -respondió de inmediato- déjeme salir.

—Querías esto, ¿verdad? -mostró con ambas manos los documentos que sostenía, en él estaba el nombre completo de Sana.

—Ya le dije que no sé de lo que está hablando.

—¿No lo sabes? -río- ¿Quieres que te lo recuerde? -se acercó mas a la puerta- Robaste las llaves de mi esposa, las de esta habitación, las de mi oficina, tenías planeado deshacerte de esto. -mostró los documentos- Querías llevarte a esta demente de este lugar y huir sin que nadie se diera cuenta -su voz fue dura- ¿Creíste que iba a ser tan fácil? ¡¿Solo huir y vivir una enfermiza historia de amor?! -golpeó la puerta- ¡¿Qué mierda tienes en la cabeza?! ¡Estabas a punto de liberar a una psicópata, a una asesina! ¡¿Al menos sabías a quién ibas a liberar?! -Jihyo se mantuvo callada y nerviosa- Claro que no lo sabes.. -negó- ¿Quieres saber quién es ella? ¿Y por qué está aquí?

—Ella no es lo que creen.. -habló rápidamente- ella es buena, alguien que...

—¡Es una maldita asesina! -interrumpió- ¿No querías estos papeles? -los ofrecía a través de la rendija- Tómalos, mira quien es verdaderamente Sana Minatozaki.

Lisa mantuvo en alto los documentos, su mirada no dejaba la de la castaña, quien miraba afligida los papeles, como si tuviera miedo, sus ojos se mostraban cristalinos, entristecidos, guio su mirada a la rubia quien seguía recostada en el suelo, mirándola unos segundos, para luego mirar finalmente a Lisa, quien se mantenía seria. Jihyo tragó un gran nudo que tenía en su garganta, nerviosa por lo que iba a decir.

—Sé perfectamente quién es ella. -Lisa quedó atónita.

Bloody love - Sahyo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora