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Era domingo y Jihyo tenía planeado pasarla junto a sus mejores amigas. Nayeon y Dahyun estaban con ella; habían decidido hacer una pequeña reunión en el departamento de la castaña y es allí en donde se encontraban ahora mismo.

—Y Jeongyeon estuvo insistiendo toda la noche, no entendía que estaba cansada y que sólo quería dormir. -contaba la mayor de las tres.

—Pero de todo modos aceptaste -comentó Dahyun. Cada una tenía una lata de cerveza en mano y estaban en la habitación de Jihyo.

—Es que a Jeong no se le puede decir que no, y menos si hace ese tierno puchero -recordó Nayeon con una sonrisa.

—¿De qué hablan? -Jihyo entraba con las palomitas en mano. Iban a ver una película.

—De que Jeongyeon hizo ver las estrellas a Nay. -respondió Dahyun, hablando en doble sentido mientras ocultaba una risilla.

—Oh, ¿subió la cama al techo? -rio por su loca idea.

—Sí -respondieron sus dos amigas. Jihyo había detenido su paso- Quería tener una idea romántica y se le ocurrió eso. No quería romper su corazón así que acepté -explicaba Nayeon- Dormimos bajo las estrellas.

—Si lo dices así -lo pensó- sí parece romántico. -Jihyo se recostó en la cama, mientras sus amigas reían por su inocencia.

—Eso no es nada, Jeongyeon cometió una locura que hasta ahora llevo conmigo.

Dahyun y Jihyo viraron los ojos, negando en medio de una sonrisa.

—Tu embarazo -señalaron su enorme barriga y Nayeon asintió con una sonrisa.

—Sabía que el tratamiento iba a funcionar, ¿pero gemelos? -la ahora rubia suspiró- la próxima será ella, se los aseguro.

—Pero te ves realmente hermosa, Nay. -Jihyo acarició su vientre- Además, Jeong no deja de presumirte -sonrió.

—Oye, ¿y tú cuándo vas a salir con alguien? Nosotras somos las casadas y tú la soltera. Ya es hora que conozcas a alguien -Dahyun se dirigía a la castaña.

—No necesito conocer a nadie, estoy bien así -tomó de su bebida al ponerse nerviosa, había recordado el beso con Sana.

—Ya te vi -señaló Nayeon- reconozco esa mirada, algo ocultas -sonrió.

—¿Estás saliendo con alguien? -preguntó Dahyun, muy animada.

—¿Qué? No, no estoy saliendo con nadie -decía incrédula- Recuerden que trabajo de noche, no habría forma de conocer a personas si lo único que hago después de salir del trabajo es dormir.

—No lo sé, algo ocultas.

—Ya, déjala. Nos contará cuando crea necesario -aconsejó Nayeon- mejor pongan la película de una vez, que Jihyo ahora mismo se queda dormida si no lo hacemos.

Y como había dicho, a las pocas horas, Jihyo ya dormía profundamente entre medio de sus mejores amigas que seguían viendo la película. Dahyun se quedaría toda la tarde con ella, mientras Nayeon se marcharía cuando Jeongyeon salga de su trabajo y la vaya a recoger.

***

Luego de unas horas, el celular de Jihyo sonó a su lado, despertándola. Observó somnolienta el mensaje que había llegado y se sentó sobre la cama, dándose cuenta que Dahyun dormía a su lado.

El mensaje era de Jennie, pidiéndole si podría ayudarla en esos momentos, que le pagaría por esas horas extras. Jihyo no tuvo que pensarlo, inmediatamente iba a responder que no, quería descansar por la ajetreada semana. Pero antes de enviar el mensaje, se detuvo, recordando aquel beso que tuvo con Sana hace horas. Era extraño para ella, pero le gustaría verla, ver cómo es que pasa los días en ese internado.

Le envió su respuesta a Jennie, confirmando su presencia. Sólo tomó una casaca de cuero que colgaba en el ropero y se la puso, ya se había cambiado en la mañana para pasar unos momentos con sus amigas.

Dejó una pequeña nota en la mesita de noche para Dahyun y salió de su departamento. Al ir por la calle, los momentos con la rubia llegaban a su mente, haciéndola sonreír sin percatarse de aquello. Tenía las manos en los bolsillos mientras su buen humor aumentaba con cada recuerdo. Sana se veía muy tierna cuando la esperaba con su plato al lado, o cuando mostraba su sonrisa al verla llegar. Recordó lo ridícula que se vio el primer día en que decidió entrar a su habitación, con razón ella la vio extrañada cuando decidió salir corriendo cuando solo hizo un pequeño movimiento.

Pero ahora que lo pensaba, Sana no se veía tan peligrosa como las enfermeras se lo habían dicho. Hasta ahora no ha recibido ninguna clase de daño por su parte. Siempre se encontraba tranquila cuando estaba con ella, pero entonces, ¿por qué se encontraba en ese lugar?

A los pocos minutos, Jihyo llegaba al internado, notando mucho más movimiento que en las mañanas. Enfermeras iban y venían de un lado para el otro, pacientes tranquilos andando en compañía de alguien y mucho, pero mucho más ruido en el lugar.

—Aquí estás -Jennie llegaba a su lado, ambas se saludaron- gracias por venir, pero necesito a alguien fuerte y valiente para esto, ninguna quiere ayudarme y creo que tú lo harás.

—¿Qué es lo que tengo que hacer? -preguntó no tan centrada en ella, inconscientemente buscaba con disimulo a Sana, quizás también esté por allí.

—Sígueme -comenzó a caminar, siendo seguida por Jihyo- necesito llevar a la paciente del cuarto nueve a su terapia, pero se niega a salir, ya muchas veces lastimó a enfermeras así que tiene una reputación muy mala.

—¿La sacaremos a la fuerza?

—Exacto, debemos saber cómo va, y si es necesario sacarla de esa manera, tendremos que hacerlo -se detuvo frente a una puerta- es aquí.

Jihyo quedó algo nerviosa al notar que esa habitación era de la chica que siempre la molestaba. Debe aceptarlo, le tenía un poco de miedo y no estaba segura si podría con ella.

—Vamos a intentarlo, ¿ok? -Jennie abría la puerta, entrando lentamente, Jihyo la seguía detrás, observándola.

—Ya le dije que no pienso ir -gruñó con la mirada baja, parecía estar molesta por algo. Levantó la vista para enfrentarlas, cuando logró ver a Jihyo a un lado, y su molestia se esfumó de inmediato, comenzando a reír- ¡Amor prohibido! -se levantó con una gran sonrisa y se acercó a la castaña, quien quedó asustada cuando la pelinegra la rodeó por los hombros para comenzar a caminar, muy animada- ¿Qué cuentas? -salía de la habitación, rumbo a su terapia- ¿Ya lograste dar otro paso con tu loquita? -Jennie observaba perpleja la situación, ni siquiera tuvieron que forzarla a salir.

—N-no... -Jihyo estaba nerviosa, era la primera vez que esa chica se le acercaba- No sé de qué hablas -la pelinegra casi la estaba arrastrando.

—Dime, ¿Qué te gusta de ella? -Jennie anotaba rápidamente todo su comportamiento, no lograba escuchar lo que decía al mantener su distancia, pero su actitud le bastaba- ¿Ya se dieron un beso con lengua? -sonrió, hasta que vio a una chica pasar- ¡Amor mío! -la soltó para ir detrás de una enfermera que corrió despavorida al verla- ¡Quiero un beso!

-

Ando estudiando gente 😞

Bloody love - Sahyo G!PNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ