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—Y en otras noticias, el desaparecido joven, Kang Daniel, fue encontrado muerto hoy a las ocho de la mañana, dentro de un contenedor de basura a las afuera de la ciudad, tiene signos de haber sido asesinado al llevar varios cortes y moretones en el cuerpo, y principalmente un gran corte que tenía en el cuello, los especialistas en criminología no hallaron ninguna pista de quien podría ser el asesino, pero de lo que sí están seguros, es que fue por ajustes de cuentas, al llevar una frase en su vientre escrito con sangre, que decía: "Mía".

—¿Cómo es posible que no hallaran ni una sola pista? —preguntaba Jeongyeon con incredulidad.

—Al parecer, fue un crimen perfecto. —respondió su compañera.

—No existe el crimen perfecto —comentó con seriedad— y lo voy a demostrar. —Tomó su chaqueta, dirigiéndose a la salida.

—¿Dónde vas?

—A hacer el trabajo que la policía no puede. —salió de su centro de trabajo.

...

Sana conducía su auto con una mirada fría, estaba completamente molesta por haber despertado y no encontrar a Jihyo en su cama, al parecer no tenía claro que era ella quien siempre la llevaría a su trabajo, y salió sin siquiera avisarle.

Estacionó el auto y bajó de inmediato, iba a dejarle claro las cosas a la menor, pero antes de siquiera cruzar la puerta, observó con enojo como una mujer actuaba demasiado cariñosa con la pelinegra, o eso es lo que interpretaba, ambas riendo como si se conocieran de siempre.

Jihyo escuchaba con gracia las ocurrencias de su mejor amiga, Momo, quien no dejaba de narrar como se le había quemado la cena cuando intentó cocinar para Dahyun. Cuando sorpresivamente su amiga fue golpeada, Sana le había estrellado su puño directo en la mandíbula.

—¡Momo! —Jihyo veía asustada a su amiga que estaba en el suelo adolorida.

Pero no acabó ahí, para la japonesa no era suficiente, cuando menos lo pensaba la rubia estaba sobre la pobre mujer, golpeándola sin piedad alguna.

—¡Sana! —la menor la jalaba con desesperación— ¡Detente! ¡Por favor! ¡Detente! —sollozaba, su amiga estaba sangrando— ¡Déjala! —comenzó a golpear su espalda.

Sana se detuvo y se paró para enfrentarla, estaba muy enojada.

—¿¡Para eso saliste sin mí!? —le gritaba en la cara— ¿¡Para coquetear con esta perra!?

—¿¡Que mierda te pasa!? —respondió de la misma manera, para luego llegar al lado de su amiga para ayudarla— Momo.. —no sabía qué hacer.

Sana observó la escena y apretó los puños, para luego salir del lugar hecha una furia.

...

Desde el frente, una mujer estaba observando todo esto, estaba pasando lo mismo que había pasado con su novia, la misma pesadilla comenzaba, pero ahora con una distinta víctima.

—Lisa.. —pronunciaba a su lado la castaña— ya tengo hambre.

—Perfecto. —le sonrió— Aquí al frente podemos desayunar.

—¿Puedo pedir pastel?

—Está bien. —observó con una sonrisa como Jennie era la primera en avanzar, para luego ella seguir sus pasos.

—¡Denme un pastel! —entró con alegría.

—Ahora las atendemos —Jihyo asomó la cabeza, estaba dentro sanando las heridas de su amiga— sólo espere un segundo —minutos después, la pelinegra llegaba a su mesa— Gracias por esperar, tuvimos una emergencia.

—No se preocupe. —Lisa le sonrió comprensiva— No puedo enojarme con una chica tan bonita.

Jihyo se atoró con su saliva.

—Gracias —agradeció— ¿Qué quieren para desayunar?

Luego de haber recibido su pedido, Lisa observaba extrañada a Jennie, no había probado un bocado.

—¿Qué pasa?

—Nada —jugaba con su comida.

—Si tu lo dices.

—¿Por qué jamás me dijiste que yo era bonita? —preguntó dudosa.

Lisa rio.

—Así que era eso —la castaña se cruzó de brazos— no puedo decir algo que se ve a simple vista. —Jennie se sonrojó— Eres fea.

Segundos después, Lisa sollozaba del dolor en su pierna.

...

Jeongyeon seguía inspeccionando aquel contenedor donde fue hallado el muchacho, anotaba todo lo que observaba, pero no hallaba algo que diera pista del asesino.

—Hey, usted. —Jeongyeon observó llegar a un policía— ¿Qué cree que hace?

—Solo miraba.

—¿No ve que está prohibido el paso? Retírese.

Jeongyeon fingió estar avergonzada, y pidiendo disculpas, se retiró con una sonrisa que el policía no pudo ver. Subió al auto y comenzó a conducir, levantando su mano con una sonrisa de triunfo, observando lo que había encontrado a los pocos segundos que llegara la policía, era un cabello rubio.

...

—¿Segura que estás bien? —Jihyo miraba con preocupación a su amiga— Puedo acompañarte si quieres.

—No será necesario. —sonrió— Sólo son moretones, tengo que llegar a mi cita con Dahyun.

—¿Vas a llegar así?

—No hay de otra —se dirigió a la puerta— aunque, Jihyo.. —la pelinegra la observó— tenemos que hablar de esa mujer luego.

Jihyo asintió.

Momo salió del lugar, sentía toda la cara adolorida pero igualmente no era motivo para no sonreír, iba a tener su primera cita con su chica, estaba emocionada y nadie quitaría su alegría. Luego de caminar por minutos, vio con una sonrisa a Dahyun quien la esperaba sentada en el banco del parque, parecía nerviosa al igual que ella. Iba a ir a su encuentro cuando una voz la detuvo.

—Momo —giró curiosa, y observó a la mujer quien sonreía, inmediatamente la reconoció, y retrocedió con enojo y un leve temor.

—¿Qué quieres?

—Nada importante, solo conversar. —Sana la miraba fijamente.

Bloody love - Sahyo G!POnde histórias criam vida. Descubra agora