treinta y siete

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TaeHyung abulto su labio inferior.

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Jennie se sobresaltó cuando Lisa tiro la pelota antiestrés que siempre traía consigo.

─ Dios, necesitas ir a terapia. ─ Dijo la peli-naranja, acomodando su vestido mientras guardaba el álbum de fotos que había llevado ese día.

─ Cállate maldita sea. ─ Maldijo la pelinegra, frotándose el rostro con frustración.

Jennie rodó los ojos, no queriendo hablar para no alterar mucho a la contraria. A veces Lisa podía volverse muy histérica.

─ Que ánimos de perros. ─ Jennie volteó, encontrándose a Solar. Hace tiempo no la veía. ─ Hey Jen.

La peli-naranja saludo con la mano a la rubia, quien le sonrió amablemente.

─ ¿Que quieres Yongsun? ─ La mencionada suspiró estresada. No estaba ahí ni cinco minutos y ya estaba estresada.

─ Vamos, a limpiarte esos ánimos de mierda que te traes. ─ Yongsun tomo la mano de ambas chicas, guiandolas hasta el centro comercial.

Jennie solo se dejó llevar, no era fan de los lugares muy públicos o con mucha gente pero haría su esfuerzo para que ellas se sintieran cómodas.

Pasaron como dos largas horas cuando Jennie ya quería irse. Los ánimos de Lisa estaban mucho mejor, pero estaba segura que no por ella.

Además, Lisa y Yongsun estaban en su mundo, y de alguna manera se sentía excluida. No era muy amiga de Solar, así que fue casi imposible no sentirse excluida.

Estaban en una tienda de comida hasta que giro el rostro, sorprendiendose al ver a Jungkook y aquel chico de la otra vez sentados en una mesa con unas sonrisas que no sabría describir.

Ese no era el punto. El maldito punto era que si Lisa veía eso, su mal humor vendría en oleadas otra vez. Y no, ella no lo permitiría.

─ Oigan, ¿no podemos ir a otro lado? No me gusta la comida que sirven aquí.

Yongsun alzó una ceja en su dirección, extrañada de aquella petición.

─ Si no te gusta esta bien. Compramos para nosotras para llevar y vamos a otro restaurante que te guste. ─ La peli-naranja maldicio en su mente, tratando de no mostrarse nerviosa ante la mirada interrogante de la pelinegra.

─ Está bien. ─ Ni siquiera se le ocurría otra excusa para sacarlas de allí. Solo le quedaba esperar y rezar porqué ambos enemigos no se cruzarán.

De vez en cuanto volteaba solo para confirmar que aquellos dos chicos seguían ahí, y Jennie maldecia el que justo tenían que demorar con su pedido.

─ Buenas tardes, la cuenta por favor. ─ La peli-naranja quiso hacer una agujero cual avestruz y hundir su cabeza ahí. No no, por favor una escena no.

─ ¿Jeon?

Ahí estaba. El corazón de Jennie se aceleró, pero no por el gusto de alguno no, si no de nervios y miedo. Más que nada el miedo.

Nunca se sabía cómo terminarían esos dos.

La última vez que compitieron, Lisa estuvo de mal humor como tres semanas.

Riquillos presumidos [KookTae]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang