Capítulo 41

1.9K 173 14
                                    

Al día siguiente solo encontré a Rosie en el apartamento, Cara había salido temprano para ocuparse de un asunto urgente de su trabajo, pero yo sabía que en cierto modo, desde ahora, trataría de evitarme, y tal vez eso era lo mejor.

—Un amigo me pidió tu número —me dijo Rosie mientras desayunábamos—: Te vio ayer en el bar y le gustaste, pero no quiso acercarse para no incomodarnos —continuo mientras yo trataba de pensar en otra cosa que no fuera en Cara—: Entonces, ¿quieres conocerlo? —me preguntó sacando su celular para mostrarme una foto—: Es lindo y agradable, deberías darle una oportunidad.

—Creo que prefiero estar sola por el momento —le respondí sin darle mucha importancia.

—Entiendo —respondió pensativa—: Pero, ¿Esto no tiene que ver con el regreso de mi hermana o si? —pregunto tomándome por sorpresa.

—Tu hermana está a punto de casarse —le respondí de inmediato.

—Ella está a nada de terminar su compromiso, y lo sabes —me dijo sosteniendo mi mirada—: Sé que fui yo la que te insistió en que te mudaras con ella, pero ahora lo estoy dudando.

—Rosie, no hay nada entre nosotras.


Mientras caminábamos por el campus de la universidad, el tema de encontrarme una nueva pareja salió a flote (de nuevo), y después de que ella insistiera, accedí a que me organizara una cita a ciegas, no tenía esperanzas en que fuera a funcionar pero, sería lo suficientemente interesante como para enfocar mi atención.

—Solo dime que es lo que te gusta y yo revisaré mis contactos —me dijo Rosie con complejo de App para citas.

—No creo que tenga un tipo, pero entre más diferente sea de Cara, mejor —le respondí mientras mis zapatos pisaban mal y me hacían caer directo a los pies de la chica con la sonrisa más hermosa que jamás haya visto...aparte de Cara.

—Eso sí es tener suerte —dijo Rosie observando todo sin intención de ayudar.

—¿Estás bien? —me pregunto esa chica mientras me ayudaba a levantarme.

—Si, no es nada —empecé a decirle mientras buscaba ayuda de Rosie.

—Perdona a mi amiga, ella es del tipo que tiende a caer a los pies de chicas bonitas —dijo Rosie haciendo que mi rostro se volviera más rojo de lo que ya estaba, pero por suerte a esa chica no pareció molestarle el inapropiado comentario.

—Tuviste suerte de caer a mis pies, esa herida parece necesitar algo de ayuda —me dijo indicando el mandil que llevaba colgado del brazo junto con unos libros bastantes gruesos—: ¿Quieres que te revise?

—A ella le encantaría —respondió Rosie por mi.

Nos sentamos en una de las bancas del campus y de inmediato ella empezó a buscar entre sus cosas un pequeño botiquín, dándome tiempo a que pudiera observar a detalle su rostro.

—Por cierto, mi nombre es Blue —me dijo después de haberse encargado de mi herida, la cual ni siquiera dolía, pero antes de que pudiera seguir con la conversación, su celular sonó y tuvo que irse corriendo dejando atrás su identificación.

—Casi como cenicienta, es tan romántico —me dijo Rosie mientras me acompañaba a la facultad de medicina para entrar su credencial—: No creo que haya sido una coincidencia, debió ser el destino.

—Ni siquiera sabes si está interesada en mí, además...

—Se detuvo a curarte una herida del tamaño de una moneda de diez pesos, es obvio que esta interesada, además esta guapisima.

—Estas exagerando...

—Claro que no, ella no paraba de sonreír, y hasta podría adivinar que dejó caer su credencial a propósito.

—¿No hubiera sido más fácil darme su número?

—Tal vez no quería verse tan lanzada, o simplemente era tímida, lo importante es que ahora tenemos una excusa para verla.


Cuando al fin llegamos a la facultad de medicina nos bastó un par de minutos para encontrarla, y para mi sorpresa estaba teniendo una disección con Eli... si, esa Eli, mi vieja amiga del instituto.

—¡Tienes que estar bromeando!, ¿¡En serio crees que lo hice a propósito?! —le gritó Eli, mientras un grupo de personas (incluyéndonos), se agrupaban para averiguar de qué se trataba la pelea.

—Se lo dijiste a todos menos a mí —le respondió Blue con los ojos lacrimosos—: ¿Enserio tenias que hacer algo tan bajo?

—¡Ya te dije que no fue a propósito! —insistió.

—Da igual, solo intenta no volver a equivocarte —le dijo Blue decepcionada.

Eli no parecía querer terminar la pelea, así que intentó detener a Blue pero ella se alejó sin darle tiempo. Al final nuestros ojos se encontraron y nos acercamos a hablar por cortesía.

—¿Becca? —preguntó aparentando estar contenta, pero la situación era evidentemente incómoda.

—No sabía que estabas en esta facultad —le respondí tratando de seguirle el ritmo, pero los años aun no me habían enseñado a actuar con falsedad así que decidí utilizar mi comodín—: ¿Recuerdas a Rosie?, ella era la hermana menor de Cara.

—No... de hecho creo que nunca nos presentaste, pero...

—Bueno, entonces las dejo ponerse al día —le respondí haciendo que Rosie me cubriera para poder ir tras Blue.


La encontré sentada en una banca con la mirada puesta en la colina del norte, me acerqué lentamente y después de darle su identificación empezamos a hablar. El tema de Eli no salió de inmediato, pero hablamos de tantas cosas que sentía que la conocía desde hace mucho tiempo, era un libro abierto y eso me encantaba.

—¿No es incómodo estar bajo el mismo techo que tu ex? —me pregunto mientras me cubría con su chaqueta para que el viento no me rosara.

—Un poco, pero no será por mucho tiempo —le respondí percibiendo el suave perfume que tenía.

—Bueno, si quieres puedo preguntarle a una amiga que se encarga de unos departamentos, si tiene alguno que necesite una compañera de piso.

—Lo agradecería mucho, porque no quiero regresar a mi antiguo departamento con su casi inexistente ventana.

—Lo entiendo, pase un año en uno de esos dormitorios antes de que pudiera encontrar un lugar habitable —me respondió mientras se detenía en uno de los edificios de la avenida principal—: ¿En serio no quieres que te acompañe a tu departamento?

—No te preocupes, solo son un par de cuadras —le conteste indicando que entrara a su lugar sin problema.

—Entonces, nos vemos mañana —respondió, confirmando la cita que tendríamos al día siguiente.

La idea era acompañarla a una reunión de amigos a la que debía asistir casi por obligación, y aunque al principio dudé en aceptar, me parecía interesante ver cómo interactuaba con los demás.


Al llegar a mi departamento, encontré una nota de Cara, disculpándose por lo del otro día, junto a un pedazo de tarta, seguido por "PS: Dormiré afuera, no te preocupes".

Querido DiarioOnde histórias criam vida. Descubra agora