CAPÍTULO 11

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El castaño de Jack brincó unas mesas para salir pronto entre las sillas y las personas que aún estaban corriendo. La mujer morena salió agitándose para apartarse de encima los fragmentos de cristales, Jack la miró entre la multitud para ir a contra corriente y llegar a la platinada.

-Elsa, tenemos que......-Frenó justo cuando la mujer encapuchada se giró a verlo para levantar su espalda en un ágil movimiento con una mano.

La esquivó agachándose hacia atrás cuando también Elsa la frenó en el aire envolviendo su espada en aura azulada.

La mujer rebuscó algo sobre su capa, pero Jack intentó arrebatar la espada en un movimiento por luchar a cuerpo para empujarla contra unas mesas.

-¿Quiénes diablos son y qué quieren? –Jack la aprisionó contra su cuerpo mientras sostenía sus muñecas y evitar que usara su espada.

-Es la recompensa ¿Cierto? –Elsa preguntó también – ¿Quién la organizó? Porque el responsable de esa estúpida idea será responsable también de sus vidas.

-Con recompensa o no, eres una bestia que necesita una jaula –Dijo la morena.

Jack alcanzó a mirar por el reflejo de las ventanas a la mujer que venía tras de ellos, se giró apartando a la platinada cuando en la mesa se incrustaron dos espadas delgadas por parte de la segunda.

Las apartó de la madera cortada para levantarlas con ambos brazos que era evidente estaban trabajados de ejercicio, su postura era segura y de combate.

-¿Estás bien, Raya?

-Sí, Namari –Raya dijo frunciendo su ceño con su espada en alto –No conseguirían lastimarme.

Elsa irradiaba sus ojos ámbar en dirección de ambas mientras Jack la escudaba detrás de él.

-Tenemos dos opciones, perderlas de vista o enfrentar tres espadas sin nada –Murmuró Jack.

-Tú eres el que no tiene nada –Elsa gruñó levantando su mano para lanzarlas, pero Raya alcanzó a sacar un pedazo de cristal tornasol que brilló a su dirección.

Tal brilló provocó una energía que a Elsa la hizo retroceder ante un dolor de cabeza.

-Veamos si puedes a la altura de los mortales –Namari dijo levantando ambas espadas.

Jack se agachó con velocidad para patearla a las piernas y tumbarla al suelo, Raya iba a ayudarla, pero ahora Elsa le lanzó un golpe congelante cuando aprovechó que el cristal bajó.

El castaño esquivó espadazos y golpes para que en un movimiento ágil aprisionara su pie contra la mano que soltó una de las armas.

-Ups tomaré esto prestado –Jack dijo levantado la espada con media sonrisa mientras que Namari gruñó tras arrugar su nariz. Al inicio se le dificultó levantarla por la herida de bala a su brazo, pero ahora era más su adrenalina que lo ayudaba.

Elsa empezó a congelar el suelo para que Raya cayera, pero la morena saltó a las mesas para dar brincos que llegaran a la platinada. Cuando estuvo por frenar a Raya fue cuando de nuevo le apuntó con el cristal que la hizo retroceder de nuevo con el dolor de cabeza que alteraban a las pesadillas.

-Es una gema del alma, se encarga de apartar a todo quien quiera causar miedo y pesadillas –Raya movió su espada para dividirla en un látigo – Puede que el cuerpo de Black ya está muerto, pero tú tienes sus dones más que vivos.

Agitó su espada en su dirección cuando la platinada se deslizó bajo unas mesas, lo único que se le ocurrió fue levantar los brazos para crear una espada de hielo sólido en el instante que frenó la espada de Raya.

Tras Nuestras Sombras. JelsaWhere stories live. Discover now