CAPÍTULO 4

208 55 38
                                    

Dieron por terminado el plan del siguiente día, Jack estaba en una habitación sentado al marco de la ventana con balcón. Se asomó por unos pocos centímetros hacia la gran cantidad de pisos arriba en las que estaba.

Otro día de otro año atrás puede que no le hubiera preocupado la altura, jamás. Al contrario, se hubiera emocionado y tragarse las ansias por saltar y verse envuelto por el viento cuando en un segundo pudiera remontar el vuelo.

Pero eso sólo eran recuerdos.

Miró los copos de nieve que empezaban a caer pensando en ella y lo nervioso que estaba internamente por reencontrarse. No ayudó en nada tampoco el insomnio ya que despertó dos horas antes de su alarma para poner en pie el plan.

-Vayan en camino, más pronto despierte del sueño con Jack estará más sensible a él -Explicó Mem con calma al tomar asiento en el centro de la alfombra de la sala para cruzar sus mientras -Aun sigue dormida, cuando lleguen va a despertar.

-Ya sabes qué hacer si algo sale del control- Aster dejó el teléfono celular en el suelo cerca del pie del rubio dorado -Estaremos atentos.

-Con cuidado -Se despidió Norte de sus compañeros, pero Jack abrió una vez más la boca.

-Te lo advierto, Mem -Levantó un dedo el castaño -Nada de sueños falsos.

-Ya llévatelo -Mem miró a Aster quien se colocó la chamarra para salir.

Esta vez se fueron los tres en el auto negro de Aster para que regresaran juntos con la platinada. Pues si estaba ahí Jack, ella estaría tranquila.

Mem cerró sus ojos preparándose a conectar con la platinada. Sus cabellos rubios dorados cobraron brillo cuando de sus palmas emergió polvos dorados conectándose a una figura de una mujer de cabellos largos.

Elsa.

Su respiración parecía entrecortada de un segundo a otro cuando todo se calmó inesperadamente.

No había susurros, no habían afilados ojos y sonrisas hacia a ella, no habían memorias aterradoras, era ella. Solamente ella.

-Elsa, Elsa -La llamó esa voz familiar.

-¿Si? -Dio la vuelta titubeante de verlo.

Estaba ahí de pie. Su sonrisa encantadora y tan confiado, su blanco cabello ondeando con el viento de un escenario frío. Se había dado cuenta que estaban en el polo, sentados en las grandes montañas de nieve a los que solían escapar.

-Esto.....-La platinada acarició con la puntas de sus dedos la nieve a su alrededor – Esto no puede ser verdad.

La mano del peliblanco apareció sobre la de ella, se miraron a los ojos y ella casi perdía el aliento cuando miró sus preciosas pupilas azuladas.

-¿De verdad....No -Se interrumpió – No, no, no ¿Por qué me hacen esto? ¿Por qué lo trajeron? ¡¿Por qué lo trajeron a él?! ¡¿Por qué aquí?!

Gritaba mirando a su alrededor cuando se levantó, intentaba buscar los ojos ámbar que la custodiaban todos los días y mucho más por las noches.

Aster aparcó unos metros en frente de la habitación donde estaba Elsa en el Motel.

-Sale de la habitación y tú entras a escena -Aster dijo con calma sin apartar la vista de la puerta.

-¿Y si sale algo mal? -Preguntó el castaño de Jack.

-Mem dijo que la iba a retener en un sueño si algo salía mal para darnos tiempo de avisarnos -Respondió Aster.

Jack no dijo nada más, sólo pasó una mano por su cabello mientras pensaba en qué decir o qué hacer.

Tras Nuestras Sombras. JelsaWhere stories live. Discover now