PRÓLOGO

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Hace cinco años atrás existió una gran organización de seguridad y aprendizaje sobrenatural para la protección de todo peligro. Existían personas con dones increíbles para proteger a todo quien lo necesitara y sobre todo a toda persona que no tuviera la oportunidad de defenderse.

Y fue hace cinco años cuando su sistema cayó, interna y externamente. Todo por consecuencia de crear un grupo de prisioneros exiliados con dones y habilidades increíbles, sobre todo dos de ellos, un hombre y una mujer, con

dones del mismo hielo y nieve.

Muchos narran aquel acontecimiento como el más peligroso vivido contra la seguridad y la ley. Pues el enemigo que controlaba los peores miedos había sido absorbido por la mujer que fue capaz de contenerlo, dando los rumores que sería igual o peor que el enemigo....

-Nadie conoce lo que fue de ella, algunos dicen que la congelaron sus mismos dones, otros que sus compañeros la asesinaron -Había una mujer policía narrando aquella historia frente a un grupo de adolescentes que incursionaron la estación - Guardianes ya no existe y ahora mantenemos un equilibrio con gente con habilidades sobre naturales repartidos sobre las diferentes protecciones desde policías hasta los soldados.

-¿Aquí hay alguien con dones? -Preguntó un niño al levantar su mano.

-Lo hay, pero no dan demostraciones de ellos en este tipo de instalación -La mujer sonrió con amabilidad -Pueden hacer una visita a las instalaciones de entrenamientos y puede que vean a esas personas.

-¿Usted trabajó con Guardianes? -Preguntó otro.

La oficial le sonrió con más amabilidad mientras negaba con la cabeza.

-De acuerdo, es hora de irnos -Dijo el profesor a cargo de ellos.

La oficial de cabellos rubios suspiró con calma para darse vuelta a continuar sus labores, pero frenó cuando giró a un pasillo donde estuvo por chocar contra su compañero.

-Disculpa -Dijo el pelinegro.

-Disculpa -Imitó la rubia con voz chillona - Estabas de entrometido ¿No es así?

-Apenas voy llegando, curiosamente alcancé a escuchar que mentiste sobre conocer a Guardianes.

-¿Y eso a ti qué te importa? -Lo dejó atrás pasando por un lado - Pudiste haber interrumpido y haber dicho que a ti te patearon el trasero ese grupo de delincuentes.

-Pero yo no estaba presente -El pelinegro la alcanzó con media sonrisa burlona -Y en mi defensa ellos......

-Oficial Hamda -Le llamó uno de sus superiores - Hoy se encargará de supervisar la avenida 43.

-Claro, señor-Asintió Tadashi.

-Me voy, tienes labor por cumplir.

-Dirás tenemos -Dijo señalando con un movimiento de su mentón hacia atrás de ella.

Giró para encontrarse a otro grupo de alumnos para instruir.

-Adiós Tadashi -Dijo la rubia girándose.

-Adiós Astrid -El pelinegro se giró en dirección contraria para salir de la estación justo cuando le dio el permiso a un compañero de pasar.

Lo miró atento y se dio cuenta que a él no lo conocía y era más difícil de intentar saber quién era porque usaba gafas oscuras y una gorra del propio uniforme.

El desconocido salió con prisa de la estación por las puertas traseras, bajó unos escalones de desnivel para llegar al estacionamiento y subir a un auto negro.

Cruzó la ciudad hasta llegar a reunirse con una mujer que pareciera esperarlo de pie a la entrada de un café. Lo saludó con un movimiento de cabeza para entrar primero y después el oficial que se apartaba la playera del uniforme para evitar ser visto.

-¿Y bien? -Preguntó la mujer con gorro de tela color azul verdoso.

-Mejor llámalo, le explicaré a los tres.

En otra parte del mundo, en la más fría y alejada zona del mundo ya hacía las estructuras de la legendaria asociación de Guardianes hecha pedazos.

Muros destrozados, ventas rotas, papeles y muebles por todos lados de los pasillos, cables fuera de paredes y techos. Todo estaba abandonado, roto y en las sombras.

A pesar de esto había fe y cariño en una zona del edificio trabajada para entrar y salir, una sala donde estaba un hombre grande de barba blanca caminando de un lado a otro con la mirada al suelo. Pues hace unas semanas perdió a alguien que necesitaba ayudar.

El teléfono celular se escuchó sobre la mesa de noche. Tomó la llamada en alta voz mientras se sentaba al sofá.

-Dime que conseguiste algo.

-Conseguí estar más desesperado -Escuchó la voz del oficial en la cafetería de la ciudad -No tienen reportes de nadie con su descripción, por lo tanto aquí no está.

-Maldición -Dijo el hombre.

-Yo creo que es momento para tener la ayuda de.....

-No, Tooth -Lo interrumpió el hombre de la llamada - No tenemos idea cómo reaccione ella, menos de él.

-¡Ah! Buenas noticias -El oficial de gorra peligris se inclinó más a la llamada - Él está en una carpeta de "advertencias". Escriben que es alguien más, pero reconozco las pistas para saber que es él.

-¿Y si te equivocas?

-Es él, Norte -Dijo el peligris -No me equivoco.

-¿Tienes la información?

-Sacar sus papeles podría ser un favor que nos devolviera cuando lo busquemos -El peligris sonrió a medias sacando los papeles doblados en cuatro de sus bolsillos -él si está aquí, no tiene ubicación, pero hay puntos de la ciudad donde lo han visto con más frecuencia. Será pan comido si.....

-Aster, llámame cuando lo encuentren para reunirme con ustedes. Y qué todo sea en calma, me encargaré de encontrarla con Meme buscándola desde sus sueños -Colgó la llamada.

Ambos quedaron en silencio mirando el teléfono celular. El peligris de Aster lo cogió en mano para guardarlo.

-Podemos encontrarlo -Dijo Tooth llevando su mano a la de él.

-Pero dudo que todo sea en calma -Aster llevó su mano mano a la frente para tomar un suspiro. Se irguió reponiendose del estrés mental para mirarla - Bien, busquemos a Jack Frost.

Toda aquella conversación era vista por un oficial desde una motocicleta estacionada fuera de la cafetería. Llevaba puesto su casco que no era perteneciente a la policía y tampoco la motocicleta, por lo tanto fue fácil no llamar la atención a primera vista.

Levantó una mano al visor de cristal para levantarlo y observar mejor a ambas personas familiares.

Claro que los reconocía, Aster y Toothiana. Desde que supo que estuvo en la estación y observó los papeles que robó el peligris le quedó en claro que los estaría vigilando para descubrir qué es lo que estaban planeando ahora.

Tras Nuestras Sombras. JelsaWhere stories live. Discover now