Epílogo

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Una Betty de dieciocho años, dejaba cajas en una habitación de universidad, mientras Jughead acomodaba las cosas en cajones junto a FP.

-¿Estarás bien? -preguntó su madre, abrazándolo-

-Estaré bien, mamá.

-¿Recordarás hacer tu tratamiento todos los días? Es importante, mi amor, no quiero que te pase nada y-

-Mamá, creo que recordaré hacer mi tratamiento, el cual necesito para respirar, por ende, no morir. No se si es algo que olvidas -dijo sarcásticamente- soy un adulto, puedo cuidarme solo.

Betty negó y lo abrazó.

-No quiero que te vayas.

-Lo se, mi amor. Pero nos veremos los fines de semana, y te llamaré todos los días.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo, hermosa.

-Les daremos un momento, pero luego debemos irnos ¿sí?

-Si -dijo Betty- ya sé.

FP y Gladys salieron de la habitación y Jughead se acostó en su cama y tomó a la rubia para acostarla a su lado y abrazarla con fuerza.

-Sabes que la distancia no cambiará el hecho de que te amo ¿cierto?

-Sí, lo sé.

-Puedes venir a visitarme cuando quieras, a Reggie no le molestará que te quedes en nuestro cuarto.

-Cuando el año que viene yo empiece la universidad ¿igual vamos a tener tiempo para el otro?

-Cariño...falta demasiado para eso. Aquí y ahora estoy aquí, contigo.

-Pero y si luego-

-Bebé, no.

-Lo siento -murmuró- me da miedo. No quiero que nos separemos por culpa de crecer.

-Eso es ridículo -rió- siempre serás mi bebé. ¿Acaso Riff dejó de hablarte cuando terminó la secundaria y empezó a trabajar?

-No, pero eso es distinto. Riff trabaja en el lado sur, en Southside High. Tu estás a-

-Setenta y tres punto dos kilometros. Mi amor, estaré siempre a tu lado, aunque no esté ahí físicamente, siempre estoy dispuesto a dejar lo que esté haciendo si algo te pasa.

-¿Y si te pasa algo? ¿Y si tus pulmones dejan de funcionar de un momento para el otro?

-Mi amor, creo que te expliqué como cuatro veces que eso no pasa. No a mí, al menos. Estoy mucho mejor que hace dos años.

Ella lo abrazó con fuerza y besó sus labios.

-Deberían trabar la puerta si van a estrenar la cama tan temprano -dijo Reggie entrando con una caja-

Detrás suyo, Riff traía dos maletas negras y las dejaba junto a la cama de Reggie.

-Tus padres traeran el resto en un rato, volveré a casa en un rato, y si necesitan lo que sea, no me llamen.

-Riff -bufó Betty-

-Bromeo, pueden llamarme, pero solo si hay fuego, huesos expuestos, sangre, o si Jughead se fue y podemos estar solos -dijo y besó la mejilla del otro pelinegro- ¿sí?

-Sí.

-También puedes llamarme si extrañas a tus papás y necesitas que alguien te abrace.

-¿Yo también? -dijo Betty-

-Tu vives con tu mamá, enana.

-Buu.

-¿Yo? -dijo Jughead-

Little BettsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora