Little Betts

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-¿Por qué siempre venimos a mi casa y nunca vamos a la tuya? -pregunto Reggie con la respiración acelerada mientras Riff se acostaba a su lado-

-Porque no quiero que te vean en el lado sur, es sospechoso.

-¿Y por qué nunca te quedas toda la noche? -cuestionó, ahora mirándolo-

-Porque nunca me lo pediste.

Él sonrió.

-¿Y lo harías?

Riff suspiró y asintió.

-Claro -dijo y lo abrazó, acariciando su cabello- buenas noches.

Reggie apagó la luz y el mayor besó su mejilla.

A la mañana siguiente, Riff despertó y vio a el otro pelinegro cambiándose.

-¿Qué hora es? -preguntó con la voz ronca-

-No te preocupes, es temprano,tengo práctica.

-Betty -suspiró- debo ir con Betty.

-¿Por qué no te quedas y duermes un rato más?

Él negó.

-Ella necesita que vaya -dijo sentándose-

-Está bien, pero apúrate, yo no llego tarde.

Los dos salieron de la casa y comenzaron a caminar hacia la escuela.

-Reggie -suspiró el mayor- eres genial, y muy inteligente, y eres hermoso...y un montón de otras cosas que ni se como expresar. Pero no quiero que te hagas ilusiones, yo nunca-

-Déjame adivinar; nunca estarías con otro chico.

-Nunca estaría con un chico del lado norte, que está en el equipo de futbol y se junta con ese tipo de gente. No somos compatibles.

Él asintió.

-Osea que no importa como yo sea -dijo con algo de indignación- nunca te voy a gustar, porque no te agradan mis amigos.

-No es por eso.

-Te gusta Betty ¿cierto? es obvio. Se que te gusta, yo no se cómo pude creer que-

-Cállate -suspiró- no es eso. Mi familia son las serpientes ¿crees que si ven a alguien como tú entrar a su territorio van a aceptarlo? No. Tus amigos nos agreden constantemente sin razón. Y hasta que eso no cambie, nosotros no podemos hacer nada más.

-Está bien -dijo en un suspiro- Eso no me responde a mi pregunta.

Riff respiró profundamente.

-¿Cuál?

-¿Te gusto?

Él sonrió y besó sus labios poniendo una mano en su cuello.

-Podría mirarte todo el día y no aburrirme -murmuró cerca de sus labios- pero no. No me gustas.