Destinados|| Hopekook/ Junghope

Treinta y cinco: cerca del final

Jungkook estaba haciendo sus últimos ciclos en la universidad,le faltaba un año y medio aproximadamente para graduarse, su carrera era bastante exigente y creativa, estaba algo cansado pero sin embargo, amaba su futura profesión.

Jungkook tenía 21 años mientras Hoseok tenía 22, ya no quería que el tiempo pasará, quería retroceder, no podía soportar el hecho de que el tiempo pasaba demasiado rápido, sabía el inminente final de todos, por supuesto lo sabía.

Por otra parte mientras más pasaba el tiempo, el amor de esos dos crecía, creció junto a ellos, cultivandose en su amistad y floreciendo en su adolescencia, solo esperaba que nunca se marchitara.

Kim Taehyung, el amigo de ambos, él se adelantó a todos con respecto a fama, volviéndose bastante reconocido como saxofonista, desde pequeño había tenido ese gusto pero nunca se había dado el tiempo de desarrollarlo.

El cuerpo de Hoseok estaba tendido en la cama, pensando en que pasaría en unos años, no se sentía débil, ya no tenía muchos ataques cardíacos ni respiratorios pero en su mente todo se sentía extraño, detrás de él apareció Jungkook dejándole besitos en su espalda mientras reía bajito con un ronroneo de por medio.

- Hm~ te ves muy lindo así.

Susurró acercandose a darle besitos en su cuello.

- Me veo lindo siempre.

Le dijo con un tono de obviedad, se dio la vuelta y se miraron frente a frente.

La mano del mayor acarició la mejilla de Jungkook, tenían mucho tiempo juntos, su relación no era perfecta pero eso no les impedía amarse y tratar de hacer todo bien

- Por supuesto que sí.

Susurró el chico con sonrisa de roedor, que a pesar los años nunca había cambiado.

- Por cierto, iré a la universidad, tengo que entregar un proyecto con unos compañeros, ya es de los trabajos finales.

Hizo una leve pausa mientras miraba al chico mayor asentir y se levantarse de la cama para estirarse un poco.

- Me gustaría que fueras conmigo, dijeron que puedo llevar a mi familia y bueno, tu eres mi novio.

Susurró, lo que hizo que detuviera su estiramiento y se diera la vuelta.

- ¿Puedo ir?- Fue lo primero que preguntó y entre asentimientos frenéticos el menor asintió.

- ¿Irá tu mamá y padrastro?

Ante aquella pregunta el menor río un poco incómodo y negó esta vez, una negativa desganada.

- Yo creo que no, contigo es más que suficiente.- Hoseok esbozó una enorme sonrisa característica suya y lo abrazó.

- Por supuesto que estaré ahí.

Respondió.

A la tarde los chicos estaban en el respectivo lugar donde sería la exposición; Eran esculturas realizadas en grupos de trabajo, la carrera que estudiaba Jungkook era muy artística y manual, amaba trabajar y usar sus manos.

Por otra parte la doctora Maeng seguía siendo la doctora de confianza de Hoseok, a pesar de los años seguía atendiendo al chico que conoció desde pequeño, ella estaba tranquilamente revisando unos papeles con respecto a casos similares al de Hoseok cuando se dio cuenta de algo, algo extraordinario.

"El transplante de corazón me salvó"

A un paciente en específico le habían realizado un transplante de corazón, el cual le había salvado la vida, Hoseok tenía su tiempo contado, no viviría más de los 30 años y eso era un hecho, pero ella no quería que eso pasará, se negaba a dejar a su paciente morir, así que por su propia cuenta decisivo llamar al hombre quien realizó la operación al paciente , por qué claro, al ser una revista científica, todos esos datos estaban de la mano.