36.♤-Final

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Desde que tengo memoria, nunca he tenido un día de paz, un día en el que sienta que puedo respirar o que al menos puedo pensar. La ansiedad, tristeza, rabia e impotencia se han apoderado de mí, han consumido mi carne hasta los huesos y solo han dejado la delgada coraza que la cubría.

Por insistencia de los tres, fui a que me revisaran la herida al hospital, pero no pude evitar sentir vergüenza de que me vieran así. Sé que no saben lo que esa palabra significa, pero yo sí lo sé y ya eso es lo suficientemente penoso.

-Creemos que debe pasar la noche aquí, señor Stoker...-dejo escapar un suspiro resignado y solamente asiento con la cabeza en respuesta. Estoy muy cansado para protestar y luchar.
-Se lo agradezco mucho, doctor...-dice Valeria regalándole una sonrisa amable. Cuando tenga más fuerza, debo pensar en el tratamiento y llamar al doctor para indicarle mi decisión.-necesitas descansar bien para recuperar energía...-giro mi rostro hacia ella y asiento nuevamente en respuesta.-estaré en el corredor por si necesi...-cuando intenta quitar su mano de la mía, pero la sujeto con fuerza para detenerla.
-No me dejes...-le pido en un susurro. Sé que esto suena ridículo, pero la necesito a mi lado para evitar recordar todo lo sucedido.-tengo miedo de estar sólo...-asiente con la cabeza ligeramente y, aunque sus ojos no demuestran nada, sé que esta conteniendo las ganas de llorar por la forma en la que aprieta los labios.
-Entonces seré tu vigilante...-dice con voz suave antes de besar mi frente con delicadeza y acostarse a mi lado.

No había estado con ella acostado frente a frente de esta forma en días y ahora que tengo la oportunidad, no puedo evitar sentir tristeza. Acerco mi mano al punto medio entre ambos y ella la sujeta con las suyas con bastante necesidad.

-Lo lamento...-ella niega frenéticamente con la cabeza en respuesta mientas acuesta su frente sobre nuestras manos; al momento deja salir el llanto que estaba conteniendo desde hace bastante.-¿puedes ver ahora que solo soy una maldición para tu vida?...-ella aleja su rostro de nuestras manos para mirarme fijamente a los ojos.

Por un breve instante, creí que iba a protestar y a mandarme a la mierda, pero en su lugar, se levantó ligeramente y acerco sus labios a los míos para plantar un pequeño pero dulce beso. Sus pequeños dedos acariciaron mi mejilla con delicadeza y su mirada examinó todo mi rostro.

-Mi dulce Gabriel...-dice en un susurro mientras sus lágrimas caen contra mi piel.-¿cómo puedes decir eso de alguien que ha bajado del mismo cielo?...-deja escapar un gemido ahogado antes de cerrar los ojos con fuerza. Sin que lo vea venir, me envuelve con sus brazos y me abraza con fuerza.-lamento no haberte cuidado como lo mereces...-cierro los ojos con fuerza y la envuelvo con mis brazos. Necesito que se quede así un rato más.
-No soy eso, Valeria. Soy alguien insignificante...-digo en un susurro. No soy digno de ser llamado alguien que ha bajado del cielo.
-Te han hecho creer que no eres nada, que no mereces nada y que jamás podrás ser feliz, pero escucha lo que diré Gabriel Stoker...-alza el rostro para mirarme fijamente a los ojos. Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.-tú mereces todo el amor que le has dado a las personas que te rodean e incluso a los que ya no están en este mundo...-se refiere a su padre. Me siento como un niño ahora mismo.-quizá no recuerde mi historia contigo, pero estoy segura de una cosa...-pasa la mano sobre mi mejilla y limpia la lágrima que baja por ella.-tú eres mi ángel guardián...-cierro los ojos y dejo que las lágrimas sigan bajando sobre mis mejillas. Fui llamado maldición, escoria y abominación toda mi vida, pero nunca un ángel.

Ella acuesta su rostro sobre mi hombro, sin dejar de abrazarme y yo la envuelvo con más fuerza con mis brazos. Dejé de ser basura y me convertí en un diamante, tal y como había dicho su padre.

No me di cuenta en que momento descendí hacia el mundo de los sueños, pero fue gracias a ella. Nunca he tenido un día de paz, pero sí conseguí un refugio en el que la he sentido y su nombre es Valeria.




































Valeria:

Me desperté dos horas después por el ruido de la enfermera revisando la bolsa de suero de Gabriel. Tuve que moverme con cuidado para no despertarlo o lastimar la herida de su pecho.

Salgo de la habitación después de la enfermera y estiro mi torcido cuerpo. No debí acostarme encima suyo de esa forma, pude haberlo lastimado o abrirle un punto.

-Disculpe...-giro en mi sitio para mirar al dueño de la voz. Por la bata blanca, entiendo que es un doctor, pero no el mismo que curó a Gabriel.-¿es usted la señora Stoker?...-asiento con la cabeza en respuesta y él me imita. Me resulta extraño como mira por la ventanilla de la puerta a Gabriel.-¿puedo hablar con usted unos minutos?...-nuevamente asiento con la cabeza en respuesta y antes de seguirlo por el pasillo, miro a Gabriel por unos segundos. Volveré enseguida.

Cuando él se detiene frente a un ventanal con una barandilla café al frente, yo lo imito con completa extrañeza. Que extraño sitio para hablar escogió.

-¿De que desea hablar conmigo?...-pregunto girando en mi sitio para mirarlo. Él imita mi acción y deja escapar el aire antes de hablar.
-Debido a que usted es la esposa, debo saber por usted la respuesta de mi paciente...-frunzo el ceño con latente confusión y él parece notarlo puesto que se dispone a continuar con sus palabras.-Gabriel no me ha contestado las llamadas y, perdone mi insistencia, pero debo tener la respuesta lo más pronto posible...-paso una mano por mi cabello y dejo escapar el aire. No entiendo de que demonios habla este hombre.
-Perdone pero no sé de qué habla, ¿me puede explicar?...-él me mira con el ceño fruncido por unos segundos antes de comenzar a hablar.
-Necesitamos saber si su esposo desea empezar con el tratamiento pronto o si se negará a ello...-alzo los hombros en respuesta, ya que no sé que decisión tomó Gabriel.-señora...-da un paso hacia mí, sin despegar sus ojos de los míos y en ellos puedo ver la preocupación.-si él desea curarse, debe empezar lo más pronto posible...-eso me saca de órbita completamente. Paso una mano por mi cabello con frustración al no entender que sucede aquí.
-¿Puede decirme que tratamiento necesita mi esposo para curarse?...-debo tomar nota para hablar con Gabriel cuando se sienta mejor.
-El único viable es la quimioterapia...-todo en mi interior se ha detenido de golpe y a mi alrededor todo va en cámara lenta. Mis piernas comienzan a fallar y mis ojos se llenan de lágrimas rápidamente.
-¿Quimioterapia?...-digo a media voz. Trago una roca de saliva y me sostengo de la barandilla cuando mis pies pierden su fuerza.-¿cáncer?...-pregunto en un susurro. Él asiente con la cabeza en respuesta y yo dejo escapar las lágrimas que traté de contener.-¿es muy grave?...-pregunto con voz temblorosa. Su expresión me responde a la pregunta.
-Lo lamento mucho...-me sostengo con más fuerza de la barandilla y dejo escapar un gemido ahogado que tenía atorado en la garganta.

En medio de gemidos, temblor y lágrimas, avanzo hacia la habitación de Gabriel. Creo que el doctor me estaba diciendo algo, pero mis oídos se han trancado de golpe y lo único que oigo es el eco de mis pasos apresurados. 

Cuando estoy frente a su habitación, tomo la manilla de la puerta y tengo la intención de abrirla, pero me detengo en seco cuando mi mirada se levanta y se clava en él. Si él no ha dado una respuesta, es porque ha decidido morir.

Cierro los ojos con fuerza y pego mi frente a la puerta mientras las lágrimas siguen saliendo desbocadas sobre mis mejillas. Desearía haberme dado cuenta antes de quién era él y quizá así le habría ahorrado un poco de dolor.

Tuve que haberlo recordado cuando apareció frente a mí en esa piscina, pero mi mente no me lo permitió. Lo he dejado sólo cuando más me ha necesitado, ha sufrido abusos y ha llorado en silencio en la soledad de su casa. Yo he sido una persona terrible con él y aún así él....Él me ama. Gabriel Stoker me ama.

Mi corazón arde y pega contra mis costillas con tanta furia por el dolor que siento ante todo esto. En el silencio de mi mente envío una oración al cielo: "Padre, escúchame. No me lo quites, no me quites a Gabriel. Por favor, no te lo lleves..."

Condena Prometida. ♧ [Completa]Where stories live. Discover now