33.♤

219 16 5
                                    

"Quizá debí ir por voluntad propia..."

Me sostengo del escritorio porque a duras penas puedo sostenerme con los pies. Esto no es normal, este mareo y este debilitamiento de todo mi cuerpo no se debe ni a la enfermedad ni al cansancio ni a nada que se le parezca. 

*Latido*

Pareciera que me estoy enfrentando a algo diferente esta vez, pero me enoja siquiera decirlo porque querría decir que he bajado la guardia...Que he dejado que me den un golpe por la espalda...Que me he dejado vencer por el miedo. 

Trato de pensar como terminé en esta situación, pero no logro llegar a una respuesta medianamente coherente. Todo a mi alrededor está dando vueltas, quizá sea por eso que no tengo una buena respuesta a la duda.

Me suelto del escritorio y doy un simple paso hacia adelante, pero de inmediato me desplomo contra el suelo. Mi cabeza da más vueltas ahora y siento un hormigueo en las puntas de los dedos de ambas manos.

*Latido*

Mientras intento que mi cabeza deje de girar, escucho golpes cada vez más fuertes cerca mío. Para cuando alzo la cabeza para comprobar si son reales o solo son un producto de mi imaginación, todas las luces se apagan.

-Todo se apagó...-mi voz suena arrastrada y casi inaudible. No tengo duda de que estoy bajo el efecto de alguna droga, pero no puedo recordar en que momento la he tomado.
-Todo el misterio que rodea la palabra "confidencial" se reduce a la completa privacidad exigida por las partes...-dejo escapar un suspiro frustrado cuando la voz de Louis retumba en los confines de mi drogada mente.-lamento haber recurrido a un método tan bajo como la droga, pero ella me dio la orden de llevarte por voluntad o a la fuerza y me la has puesto difícil...-eso me arranca una risa arrastrada y poco audible. Las jugadas de esa mujer empiezan a ser bastante evidentes.

Ni siquiera sé si estoy caminando o me están arrastrando, lo único que sé es que me estoy dejando llevar porque no tengo la fuerza ni las ganas para luchar contra esto. Debo confesar que este desinterés hacia lo que ella haga me resulta ligeramente emocionante.

-Estoy tan drogado que empiezo a ver esto como algo normal...-no tengo dudas de que ese sonido ha sido la risa de Louis.-felicidades hermano, hoy has logrado que me sienta como la zorra que piensas que soy...-mi cuerpo esta tan débil que no puedo ni quiero luchar por librarme de esto.

Cuando mi trasero toca algo suave, de inmediato me percato que estamos en un auto y cuando escucho el sonido de la puerta cerrándose, lo confirmo. El único sitio en el que me puede estar esperando esa mujer es el maldito sótano.

*Latido*         *Latido*         *Latido*

El sonido de la punta de su lapicero chocando contra la hoja de su libreta me esta poniendo cada vez más histérico. Se supone que él debe sacarme la verdad, pero no quiero decir una sola palabra. 

Observo con detenimiento a todos los agentes que están alrededor y por un instante la idea de que ellos pueden ayudarme a salir del infierno invade mi cabeza. Me inclino en la silla para acercarme al hombre que escribe y este, al ver mi acción, la imita. 

-¿Puede ayudarme?...-pregunto en un susurro. Parece sorprendido de mi pregunta, pero disimula rápidamente y asiente con la cabeza.-quiero salir de aquí...-más tarde entendería que esas cuatro palabras que salieron de mi boca con necesidad me harían ganarme una noche en el sótano. 

¿Qué es el sótano? Un cuarto bastante feo donde se guardaron todos los recuerdos de mi madre, incluso los que tenía en mi cabeza.  Pero también es el cuarto donde dejé mi infancia, mi inocencia y todo lo que soñaba ser. 

*Latido*

No sé en que momento me dormí, pero desperté cuando me quitaron la tela negra que tenía en la cabeza y con la que apenas podía respirar. No creo que hiciera falta que me taparan la cabeza puesto que conozco perfectamente el sitio al que me llevarían. 

Miro a mi alrededor, aun con el efecto de la droga quemando mis neuronas y me detengo cuando mis ojos captan la espantosa cama ubicada bajo la horrible ventana con rejas como de cárcel. Tantos recuerdos en esa porquería.

*Latido*        *Latido*      *Latido*

-Gabriel...-abro los ojos con dificultad y de inmediato veo su rostro inclinado hacia mí. Siento las calientes lagrimas descender sobre mis mejillas por la vergüenza que siento de que me vea en esta situación.-voy a curar esa herida...-cuando acerca el paño que tiene en la mano a mi ojo lastimado, yo alejo mi rostro con brusquedad.-Gabriel...-clavo la mirada directamente en sus ojos y casi puedo oír lo que esta pensando.
-No necesito tu lástima ni siquiera tu compañía, te dije hace un par de años que tenían que irse y fuiste terco, te quedaste para hacerme compañía en este infierno o para salvar mi trasero, pero permite que te rompa las ilusiones: no puedes salvar algo que han destruido esos malditos juguetes sexuales...-rio sin pizca de humor al ver como aprieta la mandíbula con fuerza.-¿aún no entiendes que soy una marioneta? Soy su marioneta, su juguete, su zorra y el pedazo de mierda que tanto desea, no soy nada más que una prostituta barat...-su mano golpea la mejilla que no lastimaron con fuerza y provoca que las palabras se deshagan en mi boca.
-No te voy a permitir degradarte de esa forma, niño...-una lágrima desciende sobre mi mejilla al notar que en su voz no hay más que rabia hacia mí.-quizá ella haya hecho que creas que no eres nada, que eres una basura insignificante y que naciste para ser un maldito juguete, pero déjame aclararte algo...-coloca una mano en mi hombro y con mucha firmeza me hace sentarme derecho en el sitio. Cuando giro mi rostro para mirarlo, el paño pega contra mi ojo lastimado.-cada persona tiene un valor, sin importar la vida de mierda que le haya tocado...-sus ojos, que son iguales a los pequeños ojos de la pequeña que tanto amor me demuestra, miran fijamente los míos.-tienes un valor, Gabriel y no es el de una piedra sucia e insignificante, sino el de un diamante reluciente y costoso...-frunce el ceño profundamente y se aleja un poco de mí, sin dejar de mirarme.-por todo el daño que te han causado y por haberte hecho sentir de esa forma...-como en cámara lenta, veo como su cuerpo se inclina hacia delante hasta que su frente pega contra los dedos de sus manos que descansan sobre el suelo frente a él.-te pido perdón, Gabriel...-en ese instante entendí que quien es inocente, que quien esta libre de pecado, es el que hará lo que quien cometió el delito jamás hará.

El hombre al que consideré mi familia estaba frente a mí disculpándose en nombre de personas enfermas, personas que me hicieron sentir una basura y yo no podía hacer otra cosa más que llorar como un niño pequeño.

*Latido*

Condena Prometida. ♧ [Completa]Where stories live. Discover now