17.♧

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Mantengo mis manos aferradas al borde del escritorio con la esperanza de que esto me dé alguna clase de idea para salir de esta situación o que al menos me dé fuerzas para luchar contra ella. Por más que trato de no hacerlo, no puedo quitar mi mirada de la maldita criatura que ha entrado a mi oficina.

Trago una roca de saliva en cuanto la veo bajar los escalones y avanzar directamente hacia mí. El corazón me palpita al mil por segundo ante la ansiedad que me da verla avanzar sin detenerse ni un momento para decir algo o hacer sonido alguno.

-Que grata sorpresa tenerla por...-una cachetada me corta las palabras de golpe. Creo que sus puntas de vidrio han rozado mi piel, pero no estoy muy seguro.
-Deseaba tanto hacer esto...-dice con una sonrisa triunfal. Maldita enferma de mierda.-esperé tu llamada de disculpa al día siguiente, pero jamás llegó...-introduce un dedo en el cuello de mi camisa y me acerca a ella de un tirón. Sus ojos muestran rabia.-¿acaso has olvidado cuál es tu posición?...-la punta de su uña roza mi piel ligeramente. Intenta obligarme a responder.-¿debo recordarte quien eres y lo que debes hacer?...-introduce otro dedo por el cuello de mi camisa y la punta de este sigue recto hasta mi piel.-¿acaso debo dejarte claro que me perteneces?...-siento como comienza a salir sangre de la herida que ha dejado en mi piel.
-Siempre deseando lo que jamás le va a pertenecer...-digo muy bajo. Busca de mí lo que ya le entregué a alguien más.
-Mi querido Gabriel...-acerca su boca a mi oído para susurrar.-puedes patear, gritar, hacer berrinche e insultarme, pero ambos sabemos que seguirás siendo mi juguete...-una mezcla de rabia, impotencia, ira y fastidio invaden mi torrente sanguíneo.-mi juguete a cambio de la libertad de todos...-dice en voz baja y despacio cada palabra. Sus ojos hacen contacto con los míos por primera vez desde que me sujetó del cuello.-tu mirada sigue mostrando al pequeño niño que conocí hace mucho tiempo...-sujeto su muñeca con suavidad y, aunque ella no merece ese trato, alejo su mano de mi piel muy despacio.
-¿Acaso no siente un poco de culpa por sus actos?...-me prometí que jamás lloraría frente a nadie nuevamente, pero estoy aquí, mirándola con desesperación y súplica, mientras por mi mejilla baja una lágrima que quema mi piel cual ácido.-Hope...-digo en un susurro. Sus ojos se clavan en los míos y sin decir una palabra, veo venir el golpe hacia mi estabilidad emocional.
-Todo fue tu culpa...-siempre soy responsable de la mierda que sucede a mi alrededor, aun cuando no la he provocado.-tú me provocaste antes, tal y como me provocas ahora...-dice antes de comenzar a casi arrancarme los botones de la camisa. No quiero que ella vea esto, no puedo permitirlo.
-Hope...-por más que sostengo sus muñecas para detenerla, ella pone todo el peso de su cuerpo como arma para poder pegarse al mío.
-Ruega todo lo que desees pequeño conejo...-entendí que debía detenerla y resistir cuanto pudiese para no dejarla hacer nada, pero perdí la batalla en cuanto logró hacerme sentar sobre mi escritorio.-que igual sabes como acabará esto...-por más que intento alejarla, ella comienza subirse al escritorio. Clavo la vista en el armario y solo ruego que ella no esté viendo esto.
-Hope...-digo con súplica. Ella, ignorando mi petición, se coloca a horcadas sobre mí y comienza a moverse lentamente sobre mi miembro.

*Latido* *Latido* *Latido*

Sus manos sujetan mi miembro y lo mantienen erguido mientras se coloca a horcadas sobre mí. Me ha amarrado con cuerdas las manos y los pies, a pesar de resistirme y de huir, a pesar de haberla dejado golpearme y de obligarme a mirarla con ese hombre en la cama de mi padre.

Sus labios susurran la respuesta a la pregunta que siempre he tenido en mi cabeza después del primer golpe, del primer toque de su mano a mi piel, del arranque de rabia ante mi resistencia y mi deseo de huir: "Todo es tu culpa."

Ella tiene razón, todo ha sido mi culpa....

*Latido*

Me siento como un niño que se ha quedado sin salidas. Estoy atrapado en el puto infierno que ella me impuso desde que tengo doce años y del que no me ha dejado salir jamás. Estoy acabado y lo peor es que la persona que amo esta viendo esta mierda.

El teléfono de mi escritorio comienza sonar y provoca que Hope detenga su tortura. Fastidiada, me hace una seña con la cabeza para que atienda la llamada y así callar el ruido del aparato.

Cojo el aparato con mano temblorosa y me lo coloco en la oreja. No puedo permitir que quien sea que esté del otro lado de la línea me escuche débil o asustado así que trato de calmarme antes de hablar.

-Gabriel...-clavo la mirada en la puerta del armario en cuanto escucho la voz de Valeria al otro lado de la línea.-escucha con atención...-su voz tiembla y casi puedo imaginar las lágrimas que descienden sobre sus mejillas.-haz que crea que soy un ejecutivo importante...-clavo la mirada en ella, quien mantiene sus ojos pegados en mí y comienzo a meterme en la tarea que tengo.
-Sí señor...-digo sin despegar los ojos de Hope. Espero que este plan resulte.
-Haz que crea que tenemos que reunirnos ahora y que no se puede demorar la reunión...-trago una roca de saliva ante la idea de qué no funcione el plan.
-Sé que esa reunión es importante para completar el negocio y le aseguro que llegaré lo más pronto posible, no se preocupe...-ella no responde nada, pero puedo escuchar su suspiro cargado de frustración.-nos vemos, señor...-digo antes de colgar. Vuelvo mi rostro hacia ella y le hago una señal con la mirada para que se quite de encima mío.
-¿Algún trato por terminar?...-dice mientras se baja del escritorio. Asiento con la cabeza en respuesta mientras me alejo de ella para tomar mi saco que descansa sobre el respaldar de la silla.
-Eso es asunto mío y de mi empresa, no de la mi padre...-una sonrisa se dibuja en sus labios ante mis palabras. En cuanto comienza a acomodar su ropa, me doy cuenta que he logrado que caiga en la trampa.
-Terminaremos esto luego...-dice mirándome a los ojos. Cuando da media vuelta y comienza a avanzar hacia la puerta, mis pulmones comienzan a funcionar de forma correcta.
-Me aseguraré de que no sea así...-ella se detiene en el sitio y gira su rostro ligeramente para responder.
-Te veré después, esclavo...-sin decir más, sale de mi oficina. El saco cae de mi mano por la falta de fuerza en mi cuerpo.

Debo tomar fuerza para enfrentar a la mujer que está oculta en el armario y que debe estar llorando por lo que ha visto. Tremendo acto de mierda ha montado esa bruja solo para joderme la existencia, para dejar claro que soy un pedazo de basura inservible.

Suelto el aire y comienzo a avanzar hacia el armario. No sé que demonios le diré o como podría disculparme por esto, pero debo buscar iluminación del cielo para hacerlo.

-Valeria...-digo antes de abrir la puerta. Me quedo de piedra cuando ella se abalanza sobre mí y me envuelve con sus brazos.
-Lo lamento...-dice entre gemidos ahogados. Sabía que estaba llorando.-tú no mereces nada de esta mierda...-su voz carga rabia y dolor. La envuelvo lentamente con mis brazos y dejo que saque todo.-eres inocente...-si supiera lo mucho que había anhelado escuchar esas palabras, lo mucho que deseaba que alguien me dijera que no era culpable de esto.

Condena Prometida. ♧ [Completa]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz