28.♤[Parte II]

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Su cuerpo se ha quedado quedito, su mirada está perdida en mis ojos y casi puedo escuchar a su mente trabajando a mil por segundo para entender lo que acabo de decir. Me empiezo a arrepentir de esto.

Avanza lentamente hasta que no queda distancia entre ambos y sujeta mi saco con ambas manos. De sus ojos no paran de salir lágrimas, lágrimas cargadas de desesperación y de confusión.

-Dime que mientes...-sus manos se aferran con tanta fuerza y desesperación a la tela.-dime que es una maldita broma y que...-corta sus palabras de golpe cuando algo llega a su mente de repente.-es que no es posible porque entonces tú...-me suelta el saco y comienza a caminar un poco mientras su mente maquina algún pensamiento.-eso es imposible porque entonces el día de la fiesta en la que me salvaste de caer a la piscina, tú...-gira en su sitio para mirarme directamente a los ojos.-tú...-ladea la cabeza ligeramente y coloca una mano sobre ella.
-Tranquila Valeria, te voy a explicar todo...-baja los brazos con aire derrotado y su cuerpo se pone en posición de espera.-¿aún recuerdas cuando te conté lo del accidente que tuve y que me hice la cicatriz del costado?...-ella frunce el ceño ligeramente y asiente lentamente con la cabeza en respuesta.-ese accidente sucedió aquí...-digo señalando el suelo con un dedo. Se ve tan confundida por lo que le he dicho.-y la persona que me rescató del océano fue tu padre...-abre los ojos un poco más de lo normal y por un breve instante creo que me dirá algo, pero no lo hace. Esta en shock.

El inicio de una historia es, en la mayor parte de los casos, lo más difícil de redactar o contar. Mi historia con Valeria no es la excepción a esa complicación, pero esta historia continuó siendo difícil hasta que tuvo el fin violento.

-E...Eso es imposible porque todas las veces que papá estuvo aquí, yo vine con él y de haber sido así, yo lo recordaría...-ladeo la cabeza ligeramente y le regalo una sonrisa bastante triste. Niega con la cabeza lentamente y me regala una sonrisa triste.-no creo que sea posible olvidar solo a una persona que tuvo un papel importante en mi vida...-bajo la mirada a la arena y dejo escapar un suspiro.
-Pero así fue...-digo casi inaudible. Para mí también fue imposible, pero lamentablemente eso fue lo que sucedió.
-¿Me conociste ese día?...-parece que ha empezado a creer en mis palabras y honestamente agradezco que así sea porque no es fácil para mí hablar de esto.
-Tenías diez años y llevabas en el cabello un broche de mariposa azul...-una risa escapa de mis labios ante el recuerdo que viene a mi mente de ella pequeña.-dijiste que lo llevabas porque....
-Le daba buena suerte a mi padre a la hora de pescar...-termina la frase por mí. Veo en su mirada la incredulidad y el miedo a todo lo que le he dicho.
-Ustedes me llevaron al hospital para que me curaran la herida del costado y se mantuvieron a mi lado hasta que desperté...-retrocedo unos pasos para poder mirar mejor el mar y suelto el pesado aire que tengo en mi interior.-minutos después de que tu padre me sacara, el bote explotó con mi padre adentro...-aprieto los puños con fuerza y niego con la cabeza cuando el recuerdo invade mi memoria.-los noticieros me llamaron "un milagro" por haber sobrevivido a eso y me entrevistaron hasta el cansancio...-ella se para a mi lado y clava su mirada en mí. El azul del mar es hermoso.-siempre le agradecí a tu padre por haberme salvado, pero dentro de mí le agradecía por ser la familia que nunca tuve...-giro mi rostro y clavo la mirada en ella. No puedo entender qué dice su mirada ahora mismo.
-Cuéntame toda la historia que olvidé...-me pide en un susurro. Definitivamente cree en mis palabras y eso lo agradezco.

Asiento con la cabeza en respuesta y giro mi rostro nuevamente hacia el mar. Necesito acomodar los recuerdos en mi mente para ir paso a paso con esta historia y dejar lo peor para el final.

-Continuamos viéndonos en esta playa, fue lo que inició lo que podría llamarse una amistad y creímos que sería perfecto reunirnos en este sitio...-una risa sin humor escapa de mis labios ante el recuerdo de ese específico día.-todo salía bien...-toda felicidad y rastro de alegría por los recuerdos se evapora en el aire.-hasta que...‐se me cortan las palabras lentamente cuando las imágenes de ese día pasan frente a mis ojos como película.-no pude presentarme a nuestra salida amistosa...-alzo la mirada al cielo y trato de que ese azul me tranquilice los nervios que he empezado a sentir.-¿cómo podría mirarlos a la cara después de haber tenido a una mujer enferma y desagradable encima mío obligándome a meter...-las palabras se me cortan en el preciso instante en el que un gemido escapa de los labios de Valeria.-sentía asco de mí mismo y de mi cobardía, por ello decidí no aparecer más frente a ustedes...-dejo escapar un gemido frustrado antes de girar hacia ella para mirarla con incredulidad.-pero tu padre era un hombre tan terco que vino hasta la mansión para verme...-eso le arranca una risa y hace que de sus ojos bajen lágrimas. Dejo que los recuerdos vengan a mi mente y le den un poco de paz.

*Latido*        *Latido*           *Latido*

Desde la silla tras mi escritorio puedo ver la colina donde Samuel y yo miramos los atardeceres de vez en cuando. Es mejor mirarla desde la playa....Dios, desearía que ellos dos pudieran verlos conmigo aquí, escuchar sus consejos y sus anécdotas una última vez, correr con ambos por la orilla de la playa y sentir la brisa contra el rostro.

Pero nunca más los veré de nuevo. No puedo mirarlo a él a los ojos después de...No puedo. Niego con la cabeza un par de veces para que ese extraño sentimiento se evapore de mi ser y continuo leyendo el libro.

La puerta de mi habitación se abre de golpe y yo me levanto de un salto cuando creo que es ella que ha vuelto. Para mi dicha es nana la que ha aparecido, viene con la respiración agitada y con la mirada alerta.

-Amo...-dice mientras se acerca rápidamente hacia mí y me toma por los hombros con firmeza.-el guarda me informó que un hombre ha entrado en la propiedad y viene hacia acá, parece que usted lo conoce...-mi primer pensamiento no fue él, sino algún amigo de esa mujer que se hizo pasar por un conocido mío para que lo dejaran entrar.
-Yo me encargo...-digo antes de dirigirme hacia la puerta. Tenía que estar alerta por si se disponía a entrar.
-Viene con una niña...-me detengo en el sitio de golpe y por unos segundos mi mente se queda en completo silencio.-será mejor que lo haga irse antes de que venga la señora Stoker...-ni en mis sueños vi una cosa así y ahora me enfrentaba a una cosa que se escapaba de mis capacidades tanto físicas como mentales.

Salgo casi que corriendo de la habitación y bajo los escalones tan rápido como me dejan mis pies. Debo hacer que se vayan de aquí antes de que me arrebaten lo único real y honesto que he tenido en mi vida.

Abro la puerta de entrada y salgo deprisa. En el preciso instante en el que salgo de la casa, el auto de ellos se detiene frente a la entrada y se apaga. No se tarda ni tres segundos en abrir la puerta y salir de el.

-¿Que cree que esta...-dirijo mi mirada al asiento trasero del auto y de inmediato noto un par de ojos azules en un pequeño rostro que me están mirando fijamente.-deben irse...-digo cuando poso la mirada en el hombre que ha salido del auto.-no lo voy a repetir, fuera de esta propiedad...-giro en mi sitio y comienzo a dirigirme hacia el interior de la mansión cuando escucho unos pasos acercándose.-¿acaso hablo chino? Dije que se fu...-cuando giro en el sitio para mirarlo, no me da ni tiempo porque él me envuelve con sus brazos y me atrae hacia sí.
-Creí que algo malo te había pasado...-él se hinca en el sitio y provoca que mi barbilla quede sobre su hombro.-gracias a Dios estas bien muchacho...-desde aquí puedo ver como la puerta del asiento trasero se abre y ella sale corriendo para unirse al abrazo.-no vuelvas a asustarnos de esa forma, nunca más, ¿entendiste?...-mis brazos, que se han mantenido como piedras a ambos lados de mi cuerpo, comienzan a levantarse para abrazarlos a ambos.
-Te extrañamos, Gabriel...-dice ella mirándome a los ojos. Tanta dulzura e inocencia en una sola frase provocaron que una lágrima descendiera sobre mi mejilla.
-No lo volveré a hacer...-una parte de mí me gritaba que era una pésima idea seguir viéndolos, pero no podía evitar querer estar al lado de ellos.

En ese instante tuve que haberle hecho caso a esa voz y alejarme de ambos, quizá así ellos hubieran tenido una vida larga y feliz. Pero como siempre, dejé que mi egoísmo fuera más grande que mi sentido común.

*Latido*

Condena Prometida. ♧ [Completa]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें