44. Preparaciones necesarias

502 79 28
                                    

44. Preparaciones necesarias (para irrumpir en Eichen y rescatar una amiga)

Me volví a despertar porque tenía calor. Lo cual era de esperarse porque estaba a centímetros de mi mejor amigo que es una estufa andante y estaba cubierta de sábanas y mi acolchado. Por las noches está fresco, pero eso era demasiado. Expulsé las sábanas con unas patadas, sin abrir mis ojos. Sin embargo, el no abrir mis ojos hizo que le pateara sin querer a Scott.

Un bufido salió de sus labios. Y ante eso abrí mis ojos — Joder, lo siento. —profesé casi de forma instantánea. Scott aún tenía sus ojos cerrados. Rió ante la situación, y eso me hizo sonreír y contenerme de soltar una carcajada.

—Como los viejos tiempos... —rió él, con un tono nostálgico pero cariñoso. Sabía a qué se refería. Pues cuando éramos más pequeños y hacíamos pijamadas los tres juntos, Scott siempre se quejaba de que tanto Stiles como yo le pateábamos dormidos. Aunque claramente nosotros no lo recordábamos.

Abrió sus ojos tras decir aquello. El sol de mediodía que entraba por mi ventana iluminó su rostro de una forma radiante. Tanto sus ojos como su cabello parecían de un marrón especial. Y la sonrisa que surcó en sus labios... Parecía más radiante que esos rayos de sol.

Ejem. —una voz interrumpió mis pensamientos y también el momento. Ambos saltamos de nuestro lugar, incorporándonos de la cama y observando al marco de la puerta de mi habitación. Ahí estaba Stiles, con una ceja en alto y los brazos cruzados.

Scott justo bostezó, y alzó sus brazos por encima de su cabeza, desperezándose. Su remera se arrugó y luego, ante el movimiento se alzó junto a él, dejando ver parte de sus abdominales. Desvié la mirada por completo, como si estuviera viendo algo que no me correspondía.

—Buenos días. —saludó tras el bostezo, con la voz algo ronca. Volví a observarle una vez su remera cubría su torso, sin embargo, al estar incorporado podía ver su cabello castaño todo despeinado, se me hacía tierno y a la vez sentía como estar viendo algo que no era para mí. Volví a desviar mi mirada e incorporarme de la cama, estableciendo algo de distancia.

—Buenas tardes, más bien. Son como las dos de la tarde. —informó Stiles. Le observé a él en cambio. Estaba ya vestido, peinado y por su rostro, intuí que se había despertado hacia bastante. Su mirada de lado y sarcástica me ponía los pelos de punta—. Papá dejó algo de comida para que almuercen.

—Gracias, me muero de hambre. —habló Scott, con inocencia. Acto seguido su estómago rugió. Rió ante aquello. Scott no parecía incomodarse ante la situación, como si fuera algo cotidiano de todos los días.

—De acuerdo. Les dejaré a solas. Estoy trabajando en algo, cuando lo tenga listo, les hablo de ello. —indicó y se despegó del marco de la puerta, para así marcharse hacia su cuarto. No sin antes, darnos una mirada sarcástica.

Me giré hacia Scott, quien seguía sentado en la cama. Se refregó sus ojos, luego se pasó una mano por el rostro y finalmente peinó su cabello (aunque no lo peinó para nada) dejando pasar sus dedos entre sus mechones. Parecía una rutina tan cotidiana que no sabía ni qué decir.

Luego de todo ese proceso, me observó con las cejas en alto — ¿Cómo te sientes? ¿Descansaste? —me preguntó con tranquilidad.

Tragué con dureza, asentí. Fruncí el ceño sorprendida — La verdad que sí. —admití en voz alta. No había soñado nada, ni pesadillas ni premoniciones ni nada raro. O eso creía.

—Yo también. Hacía mucho que no descansaba así. —confesó con una sonrisa, otra vez pasándose una mano por el rostro.

—¿Tú como te sientes? —pregunté, pensando los sucesos de ayer por la noche—. Recuerdo que la Bestia y tú...

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Where stories live. Discover now