8. El dilema con Tracy

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8. El dilema con Tracy

Al llegar a casa tuve que esconder la campera de cuero de Theo antes de que Stiles me viera, porque él sabría que la prenda no le pertenecía a Lydia

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Al llegar a casa tuve que esconder la campera de cuero de Theo antes de que Stiles me viera, porque él sabría que la prenda no le pertenecía a Lydia. También procuré enviarle un mensaje a la pelirroja, pidiéndole que si mi hermano preguntaba, que dijera que yo estuve con ella a la noche. Lydia no me respondió, supuse que estaría descansando.

Pasé por delante de la puerta del cuarto de mi hermano, le deseé buenas noches y rápidamente me oculté en mi cuarto. Cerrando la puerta detrás de mí. Mi espalda chocó contra la madera de la misma y oculté parte de mi rostro, la zona de mi boca y mejilla, con mi mano. Inconscientemente estaba tapando donde los labios de Theo se habían posado. Como si aquellos hubieran dejado marca visible en mí.

Me quedé un rato ahí de pie, mirando el suelo y tratando de entender todo lo que había ocurrido en aquella salida con el chico. Sentía mi pecho hincharse por las largas bocanadas de aire que consumía y deshincharse por las extensas exhalaciones. No era un ataque de ansiedad ni de pánico, afortunadamente. Era más bien un ataque de adrenalina. Como si hubiera hecho algo ilegal que nadie más podía saber y sentirme agitada por aquello. Y era tonto, porque realmente no había hecho nada por fuera de las normas. Parecía como una chiquilla al sentirme así. Y lo peor, es que ni recuerdo cuando fue la última vez que me ocurrió esto... ¿Tal vez desde que era pequeña? ¿Cuando me gustaba Scott y hacía tonterías para impresionarle?

Tras largos minutos, logré que mi corazón dejase de latir tan rápido y relajarme un poco. Agradecía que Stiles fuera simplemente humano, porque de no ser así sabría, incluso a través de las paredes, de mis nervios.

Miré la hora, eran casi las dos de la mañana. El tiempo se me había pasado volando con Theo, no había prestado atención al mismo. Me pasé una mano por el rostro, que luego siguió hasta mi cuero cabelludo. Peiné vagamente mi cabello y dejé caer mi mano. Ya estaba más calmada. Sólo fui a ayudar a un amigo que la estaba pasando mal a la noche. Nada más.

Yo misma al pensar en aquél pensamiento sabía que era mentira, pero decidí no contradecirme. Me puse en modo automático y me preparé para meterme en la cama y descansar. Dejé la ropa usada en un costado de mi armario y me puse mi pijama encima. Fui al baño a cepillarme rápidamente los dientes. Luego de hacer mis necesidades, me lavé las manos y aproveché para refrescar un poco mi rostro y nuca.

Volví al cuarto e intenté ordenar un poco las cosas para mañana, pero fue en vano, mi cabeza no pensaba en el próximo día. Así que dejé las cosas como estaban y me recosté en mi colchón. Apagué las luces y me quedé sumergida en la oscuridad.

Me esforcé de sobremanera, pero finalmente, pude dejar de pensar en el chico. Al menos por unos segundos, donde mi cerebro finalmente cedió ante el cansancio y dejó que sucumbiera ante los brazos de Morfeo.

Monsters In Disguise [Teen Wolf]Where stories live. Discover now