Capítulo 32:

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Helena estuvo unos días pensando muy bien si quería hacer aquello de verdad. No estaba segura si era una buena idea, pero después de hablarlo con Isabela, la cuál iba muy seguido a casa de Helena para escapar de su familia, llegó a la conclusión de que si no lo intentaba acabaría arrepintiendose. Así que esa tarde espero con muchos nervios la llegada de Camilo, y cuando esté llego sintió un nudo en su garganta que apenas le dejaba hablar.

-Buenos días princesa - Camilo sonrió - ¿Cómo va todo?

El chico entró en la casa con total confianza y Helena lo siguió con la mirada.

- Todo... Bien - respondió ella - quería hablar contigo...

Camilo la miró y se apoyo en la pequeña mesa de madera que había en la habitación.

-Dime - la rubia respiró profundamente pero no consiguió que las palabras salieran de su garganta - ¿Pasó algo?

-No... - ella negó - Quería hablar de algo que hace mucho te dije y que creo que olvidaste... - Helena volvió q soltar un largo suspiro y Camilo la observó fijamente - En verdad... Me gustas mucho... Osea, me gusta como me tratas y tu forma de ser, pero creo que es más que eso, diría que estoy enamorada de ti... A lo mejor tu no sientes lo mismo y no pasa nada, solo quería que lo supieras.

Hubo unos segundos de silencio que a Helena le parecieron minutos.

-Helena, tu a mi también me gustas... - respondió él - me pareces una chica buena, inteligente, un poco cabezona pero constante. - La rubia sintió un alivio inmenso al escuchar al chico - Pero... No sé si puedo decir que estoy enamorado de ti...

Esas últimas palabras hirieron a Helena pero fingió una sonrisa para ocultarlo mientras decía:

-¡Claro! ¿Cómo ibas a estar enamorado de mi? Que tonta soy, no pasa nada, haremos como si esto no hubiera pasado...

Camilo se acerco a ella y colocó una mano en su mejilla con suavidad.

-Oye, no estoy diciendo que no esté enamorado, solo digo que aún no sé lo que se siente. Pero te puedo decir con total seguridad, que ahora mismo quiero estar contigo. - Helena lo miró a los ojos algo nerviosa por el tacto del chico - Y no he hablado del tema porque creí que con todo el tiempo que había pasado tus sentimientos habían cambiado.

Sin poder contener más las ganas, Helena agarró la camiseta de Camilo y tiro de ella para acercarlo y cuando estuvo lo suficientemente cerca, juntó sus labios con los de él, en un beso que ambos llevaban tiempo queriendo darse.  Un beso tierno y sincero, que hizo que el tiempo se detuviera para ambos y que solo existieran ellos... Nada más. Ni Alma, ni Oscar... Solo ellos.

Durante el resto de aquella tarde, ambos pasaron las horas riendo, haciendo bromas y soltando algún que otro cumplido. A Helena le encantó esa sensación, la sensación de poder ser ella misma con una persona que consideraba tan importante como Camilo.

Camilo Madrigal.Where stories live. Discover now