Capítulo 26:

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Camilo se había levantado del banco pero antes de que pudiera irse Helena le agarró del brazo.

-Te he echado mucho de menos - dijo - No te puedes hacer una idea de las ganas que tenía de hablar contigo... No puedo dejar que estés enfadado conmigo, solo dime que puedo hacer para que me perdones  y yo...

-Helena - Camilo la interrumpió y alejo el brazo con el que le tenía sujeto con suavidad - No estoy enfadado.

-No estás enfadado pero me hablas con mucha frialdad....

-¿Qué esperabas?

-No esperaba nada, solo quiero... No sé, ¿otra oportunidad? - Helena agachó la mirada - solo si quieres...

Hubo un silencio, Camilo la miraba, pero esta vez era una mirada tierna.

-No volveré a mentir a mi familia por ti - susurró.

-¡Y no lo tendrás que hacer! - Helena sonrió mientras se acercaba casi de un salto para abrazarle. - Te extrañe muchísimo...

Camilo le devolvió el abrazo. Ahora mismo, la rubia sentía una felicidad indescriptible, realmente pensaba que Camilo no la perdonaría y que tendría que irse sin recuperar esa amistad que tanto extrañaba.

Ambos se pasaron la tarde hablando de todo lo que les había pasado durante aquel año.

-¿Y como paraste aquella bala?

-Aún no lo sé - respondió Helena - Creo que el anillo da más poder del que yo creía...

-¿Y era cierto eso de que tú familia también tuvo un milagro?

Helena asintió.

-Mis padres vivían en un pueblo que estaba en la pobreza total, no tenían nada para comer y ellos intentaban ayudar a todos los que podían... Pero murió mucha gente, entonces yo nací y un par de años después, recibieron ese milagro. Creo que me lo dieron a mi y no a mi hermano porque en ese momento yo estaba muy enferma - Camilo miraba a Helena muy interesado en cada palabra que ella decía - Recuerdo que al principio utilizaba mi don para robar comida en pueblos lejanos, luego joyas, dinero... Hasta que unos saqueadores nos descubrieron y quisieron robar todo los que nosotros ya habíamos robado antes, ahí tuvimos que huir mi hermano y yo. Cuando crecimos él se volvió una persona muy manipuladora y egoísta, lo único que quería era poder y como mi anillo no le obedecía, me utilizo para seguir robando... - Helena suspiró - Intente huir una vez y cuando él me descubrió, me ató a un árbol y me dejó allí por días, por eso no lo volví a intentar. Siempre había una persona vigilandome, así que abrir un portal era muy difícil...

-¿Y tus padres?

-De ellos no supe nada nunca más, la última vez que los vi le decían a mi hermano que cuidará de mi y nos pidieron que nos fuéramos.

-¿Tu crees que ellos siguen vivos?

-No - negó Helena - Si estuvieran vivos nos hubieran buscado, y no lo hicieron... - Camilo la miró con tristeza - Tu tienes mucha suerte ¿sabes? Tienes una familia fabulosa.

-Lo sé, los quiero mucho - respondió él con orgullo - Ah ¿Sabes que te dejaste aquí? - Helena alzó una ceja - Mira, abre un portal a mi habitación... Por favor.

Helena sonrió y obedeció la petición.

Ambos entraron en el portal que daba a la habitación de Camilo y este corrió a su cama y se agachó, metió la mano debajo de la cama y saco el viejo cuaderno marrón de Helena.

-Oh dios mío - la rubia sonrió al verlo - No lo recordaba.

-Aquí escribías todo lo que te pasaba, siempre me pregunte por qué.

-¿Quieres que sea sincera? - Camilo asintió - Soy muy desconfiada y me daba miedo que Mirabel en realidad si tuviera un poder y fuera el de borrar mentes o algo así... Así que lo escribía todo ahí. - Camilo comenzó a reír - ¡No te rías de mi!

-¿De verdad pensabas eso? - preguntó entre risas - Por dios Helena, Mirabel no tiene ningún poder.

-Ya pero entiéndeme, es raro que de una familia tan grande, ella sea la única que no recibió un don ¿no? ¿Es adoptada o algo?

-No sabría decirte - respondió antes de echarse a reír de nuevo.

Aunque intento evitarlo Helena acabo riendo junto a Camilo.

Camilo Madrigal.Kde žijí příběhy. Začni objevovat