Capítulo 25:

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Helena estuvo esperando el momento oportuno para poder escapar de la cocina donde Julieta, Dolores y Alma, le contaban todo lo que había estado pasando en su ausencia.

Resultaba que Dolores estaba embarazada y que en apenas unas semanas daría a luz, pero aquella no era la única bendición que habían tenido, pues Bruno también había tenido un hijo y le habían puesto de nombre Marcos; Valeria, la mujer de Bruno, se había mudado con ellos para cuidar a su hijo, y resultaba que esta chica era bastante más joven que Bruno, 27 años tenía; estuvieron contándole también que Isabela se había enamorado de una chica del pueblo llamada Rosa, que la abuela estaba teniendo muchos problemas para aceptar esa relación y que Isabela estaba algo enfadada por ello....

Tanta información dejo a Helena algo atónita. ¿Qué tantas cosas podían pasar en un año?

Cuando por fin tuvo la oportunidad, se alejo de la cocina y comenzó a buscar por la casa a Camilo. Llevaba mucho tiempo queriendo verle y sentía la necesidad de hablar con él, mínimo una vez. Estuvo buscándolo pero no lo encontró por ningún lado, mientras buscaba, entró al baño donde estaba Luisa lavándose los dientes.

-¿Buscas a alguien? - preguntó tras escupir la pasta de dientes de su boca.

-Hemm no - negó Helena pero enseguida se corrigió - Bueno en realidad si... ¿Sabes dónde está Camilo?

-Creo que estaba en la plaza - respondió.

Helena le dedico una sonrisa antes de salir caminando lo más rápido que sus piernas le permitían hacia la plaza. Al llegar, lo vio, estaba allí sentado en un banco hablando animadamente con una chica de aspecto amigable.

La rubia sintió algo en su pecho, algo que hacía mucho tiempo que no sentía, algo que dejó de sentir el día que se fue de aquel lugar... Quiso intentar relajarse respirando profundamente, pero la nefasta idea de que Camilo no la perdonará aún rondaba su mente.

Se armo de valor para acercarse a él, a la vez que la niña se alejaba con un balón entre sus piernas. Él la miró y enseguida alzó sus dos cejas.

-No puede ser... - susurró.

Helena sonrió algo preocupada.

-Hola Camilo - quería abrazarle, de verdad que en ese momento quería dejarse llevar por sus frecuentes impulsos y abrazarlo... Pero no lo hizo - Hace mucho que no nos vemos...

-¿Qué haces aquí?

Helena intentaba averiguar qué significaba la explosión en el rostro de Camilo, pero no sabia muy bien cómo interpretarlo.

-Quería veros... - Camilo no respondió y Helena sintió como si un cuchillo afilado y frío le atravesará la garganta - ¿Te estoy molestando verdad?

-No - negó él - Solo no te esperaba.

Era la respuesta más fría que había escuchado de Camilo nunca.

-Tu tía me estuvo contando sobre... Todo lo que ha pasado - Helena forzó una sonrisa - ¿que locura no? Dos bebés de pronto y...

-Es lo que tiene desaparecer por un año... - la interrumpió Camilo y la sonrisa que había forzado desapareció.

Helena agachó la mirada con tristeza y respondió:

-Necesitaba irme Camilo... ¿Cómo me podía quedar después de todo lo que os hice?

-Te busque - Camilo la miró muy fijamente con total seriedad - Te busque durante semanas, creía que estarías por aquí cerca y te busque.

-Lo siento yo...

-¿Has visto al resto de la familia? - ella asintió - ¿Crees que te perdonaron así de fácil? Yo les convencí de que todo lo que había pasado era culpa de tu hermano y que realmente no recordabas nada... Les volví a mentir por ti. - esto último lo dijo extremadamente bajo.

Helena comprendió porque la habían perdonado tan rápido.

-Lo siento... De verdad que lo siento...

- Ya sé que lo sientes - él se levantó del banco en el que estaba - Pero eso no es suficiente.

Camilo Madrigal.Where stories live. Discover now