Capítulo 23:

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Cuando la enredadera agarró su pierna, lo hizo tropezar y la vela rodó hasta los pies de Helena, ella la agarró. Las enredaderas desaparecieron cuando uno de los enmascarados apuntó a Isabela a la cabeza.

-Helena dame eso - Óscar se acercó a la chica ferozmente, pero ella se alejó. - ¿Qué haces?

-Eres un mentiroso...

-Y tu también, cosas de familia - se burló - Dame la vela.

-¡Yo nunca quise ayudarte!

-¡No mientas, si querías!

-¡Yo solo quería librarme de ti y de tu obsesión por los poderes que nunca tuviste! - insistió ella.

-Escúchame maldita niña, me tienes harto - dicho eso, se acercó con rapidez y la agarró del cabello con fuerza.

-¡Sueltala! - gritó Camilo.

-¿Este quien es? ¿Tu novio? - Óscar sonrió mientras de un tirón le arrebataba la vela - Matala de una vez.

La soltó del pelo y se alejo de ella, uno de los encapuchados apuntó con su arma a la rubia y se preparó para disparar.

-¡No!- Cuando Camilo quiso interponerse era demasiado tarde, el hombre ya había apretado el gatillo.

Helena pudo ver como la bala se acercaba a ella a cámara lenta, era como si todo a su alrededor se hubiera detenido por un instante, sin embargo su mente iba demasiado de prisa.

Todo lo que había pasado era demasiado. Ella nunca quiso ayudar a su hermano, solo lo hacía porque él le había prometido libertad si conseguía el milagro de la familia Madrigal.

La bala se acercaba cada vez más, pero antes de que pudiera atravesar la piel de la chica, la bala calló al suelo, como si una pared invisible la hubiera detenido.

-¿Qué? - todos se sorprendieron, sobre todo Óscar - ¿Cómo hiciste eso? - Helena no contestó, estaba tan sorprendida como el resto de los presentes. - Se acabó - el chico se acerco a uno de los encapuchados y le quito el arma con brusquedad, apuntó a Helena y disparo sin pensarlo, pero de nuevo la bala se detuvo como si una pared protegiera a la chica - ¿Te crees muy lista? Bien, intenta detener la bala ahora - sin pensarlo, Óscar apuntó a Camilo y disparó.

La bala se detuvo, pero esta vez, en vez de caer al suelo, retrocedió con velocidad hacia Óscar, perforando su pierna y haciendo que él soltara un grito desgarrador de dolor. El chico se llegó ambas manos a su pierna herida soltando así la vela, Helena no lo dudo y la cogió de nuevo, se acercó a Alma y se la entregó.

-¿Sois imbéciles? - grito Óscar intentando parar la hemorragia como podía mientras se dirigía a los encapuchados - ¡Matarlos a todos!

Antes de que alguno pudiera actuar, Isabela creo unas enredaderas que ataron a los enmascarados inmovilizadolos.

-Debéis poner la vela a salvo - dijo Helena.

Todos los Madrigal, menos Camilo y Luisa se fueron con la vela. Helena creó un portal mientras Luisa agarraba en brazos a todos los hombres y los tiraba dentro del portal.

-¿Dónde lleva el portal? - preguntó Camilo.

-A un lugar muy lejos - respondió ella.

-¿Cómo me puedes hacer esto? - Óscar se retorcía de dolor al otro lado del portal - ¡Eres mi hermana!

-Lo sé - respondió Helena con frialdad - Y créeme que si pudiera dejaría de serlo.

-¡Estoy herido! - insistió.

-Pues ya tienes algo con lo que entretenerte - Helena cruzó los brazos - Vas a tener que acostumbrarte a una nueva Helena querido hermanito, no vas a volver a manipularme, ni a controlarme.

No dejó que respondiera, pues cerró el portal rápidamente. Se giro hacia Camilo algo apenada.

-Ojala pudieras entender cuánto me arrepiento de todo lo que ha pasado... - Camilo agachó la mirada sin responder - De verdad, lo siento tanto... Pero comprendo que no me perdones y es totalmente normal... - él siguió sin responder - Creo que debería irme ya... - Helena miró a Luisa - Lo siento mucho, echaré de menos esas tardes ayudándote con tus tareas.

Luisa la miró con tristeza.

-¿Te vas? - preguntó Camilo.

-Después de todo lo que hecho, lo mínimo que debo hacer es desaparecer de vuestras vidas.

-No quiero que te vayas... - susurró Camilo.

-Volveré, solo necesito tiempo para que me podáis perdonar... Y tiempo para meditar y cambiar - respondió ella - solo necesito que entiendas eso...

Como no recibió respuesta, le dedico una última sonrisa a Camilo y Luisa y se alejo del lugar. Salió de la casa Madrigal y comenzó a caminar bosque a dentro, con los ojos ahogados en lágrimas y una multitud de recuerdos colapsando su mente. Para el poco tiempo que había estado con aquella familia, era la primera vez que sentía que de verdad formaba parte de una...

Camilo Madrigal.Where stories live. Discover now