Capítulo 2

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Todos corrieron hacia fuera y al llegar, se encontraron a la muchacha de cabello rubio allí. 

Su rostro reflejaba terror, aún mantenia la herida en su frente, sus piernas temblaban y las gotas de la lluvia caían por su rostro. Al ver a toda la familia acercarse a ella tan repentinamente, dió varios pasos hacia atrás. 

-Espera espera - Pepa intentó calmar la situación - Solo queremos preguntarte unas cosas...

Los ojos verdes de la chica recorrieron a cada uno de los integrantes de la familia, hasta que llegaron a Alma, la abuela ahora se veía más preocupada que antes. 

-Tienes que acompañarnos a dentro-  pidió con un tono firme y al ver que la chica solo retrocedía cada vez más, le hizo una señal a Isabela con la mano, y acto seguido, la chica estaba atada de pies y manos por unas enredaderas que Isabela había echo aparecer. -No puedes irte...

-¡Mamá! - Julieta no tardo en correr hacía la chica - ¡Isabela! Esto no esta bien, sueltala ahora mismo. 

Isabela vaciló unos segundos, pero cuando estaba dispuesta a hacer desaparecer las enrredaderas, la mano de Alma la detuvo. 

-¿Quiénes sois? - gritó la chica - ¿cómo me hizo esto? 

-Escúchame - Julieta la ayudo a incorporarse aún atada de pies y manos - Somos la familia Madrigal, queremos ayudarte, estas herida y yo puedo curarte, solo acompañanos a dentro y hablemos las cosas... - La chica miro a la familia alzando las cejas y luego miro a Julieta y asintió lentamente. Isabela hizo desaparecer las enredaderas y todos caminaron hacia dentro de la casa, fueron a la cocina y allí, Julieta le ofreció una arepa a la chica. -  Esto te curará.

La chica miró la arepa alzando una ceja y luego miró  Julieta.

-¿Con qué me puede ayudar una arepa? - cuestionó.

-Tu cómela, ya verás - Julieta sonrió.

La chica se llevo la arepa a la boca y mordió un trozo bajo la mirada atenta de toda la familia. Enseguida se llevo la mano a la frente al sentir como le quemaba la parte en la que antes tenía una herida y ahora no tenía nada... Volvió a mirar a Julieta sorprendida y antes de poder hacer alguna pregunta, Alma interrumpió.

-No sabés quienes somos... Así que no eres de aquí, ¿quién eres? Dime tu nombre. 

- Yo... - hizo una pausa mientras daba otro mordisco a la arepa - Soy Helena. 

- ¿Cómo llegaste hasta aquí, Helena? - siguió preguntando. 

-No creo que Antonio deba estar aquí - interrumpió Pepa mientras cogía en brazos al pequeño Antonio que casi no podía ni abrir los ojos del sueño - Lo llevaré a dormir. 

Todos observaron como Pepa, Antonio y Félix se alejaban. Alma miró al resto de la familia.

-Considero que todos deberían irse a dormir, yo me quedaré hablando con ella.

-Consideras mal - Julieta se cruzó de brazos - si nos vamos a dormir, vamos todos, Helena incluida. 

Alma volvío concentrarse en Helena, ignorando a su hija. 

- Ya puedes contestar a mi pregunta, ¿cómo llegaste aquí? 

Helena miró a todas las personas allí y apretó los labios unos segundos, antes de suspirar y decir.

-No lo recuerdo, lo siento.

-¿No recuerdas de dónde vienes? - cuestiono la abuela y ella negó con la cabeza - ¿no recuerdas nada? 

- Lo unicó que recuerdo es despertar aquí... y que me llamo Helena - respondió - Y no sé que hago aquí, ni quienes sois, ni como esa chica pudo atraparme haciendo enrredaderas con magia - señalo a Isabela - ni como ella me pudo curar con una arepa de queso - señalo a Julieta - acepté entrar aquí con ustedes, porqué creí que sabríais darme alguna explicación de porqué no recuerdo nada... - hizo una pausa en la que el rostro de la abuela pareció tranquilizarse unos segundos - Y no sé si debería enseñar esto pero... - Helena se puso de pie y se alejo un poco de la familia. Coloco sus manos enfrente de ella, extendió los dedos, cerro los ojos, y después de hacer un movimiento con sus manos, apareció un circulo, en cuyo interior se podía ver la puerta de la casa madrigal desde fuera. - Puedo crear portales - explicó mientras cerraba el portal y volvía a mirar a la familia, la tranquilidad de Alma desapareció por completo. Todos la observaban perplejos - Lo cuento porque... veo que no soy la única que tiene magia...  a lo mejor de eso si me podéis dar alguna explicación... 

-Ahora tiene sentido que llegará abajo tan rápido - murmuró Dolores. 

La abuela simplemente la observó totalmente congelada. 


Camilo Madrigal.Where stories live. Discover now