Cuando el idol Taehyung es atacado por haters, queda en peligro no sólo su vida sino también la de su mejor amigo, Jimin.
Es ahí cuando su agencia le asigna al mejor guardaespaldas, pero... ¿será suficiente para proteger a ambos?
[Narración + Socia...
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Jungkook abrió los ojos cuándo comenzó a sentir rayos de sol en los ojos. Había aire circulando en la habitación, y se dio cuenta que habían dejado abierta una pequeña ventana por donde entraban la luz del amanecer y el sonido de olas.
Cuando se giró, vio a Jimin de espaldas abrazando una almohada. Jungkook lo observó con cuidado. El chico tenía la piel suave y ahora solo un poco más bronceada. Y con su cabello ahora rubio revuelto en la almohada, Jungkook sintió que fácilmente podría sentirse como en un sueño.
Con cuidado, Jungkook se inclinó hacia adelante para depositar pequeños besos en la espalda desnuda de Jimin y éste se removió cuando sintió el tercero. Luego lo escuchó reír tiernamente.
—Cosquillas —susurró Jimin, adormilado, pero se giró poco a poco para encontrar el rostro de Jungkook y poder sonreírle mientras decía—. Buen día, Kookie.
—Buen día, mi amor —dijo Jungkook, y se acercó para darle un beso en los labios. Jimin se acomodó bajo las sábanas y Jungkook encima de él para poder acariciarlo mejor.
—¿Podemos quedarnos en cama todo el día de hoy, Kook?
El mayor sonrió pero negó con diversión.
—Me encantaría pero hoy no podemos, Minie. Tu papá me invitó a pescar más tarde. Creo que ya soy de la familia.
Jimin rió.
Y era cierto. A los padres de Jimin les había agradado demasiado Jungkook. Ambos lo trataban ya como un hijo y, dado que Somi había decidido quedarse en la granja con sus padres unos días también, la casa de los Park parecía de fiesta constante.
La señora Park consentía a Jungkook, mientras que el señor Park le mostraba todo sobre la granja de fresas y el negocio de muebles que tenían en Busan. Un negocio familiar, como lo llamaba él.
Jimin no podía ser más feliz. Pasaba los días con Jungkook en la pequeña casa de playa, disfrutando solo de ambos y dando paseos cuando el mar se veía despejado. Algunas noches iban a cenar a la casa de los padres de Jimin, o pasaban un día entero con los Park para que "Jungkook viera dónde había crecido Jiminie", que era más bien una excusa para que su madre le enseñara al chico fotos, videos y cualquier evidencia física del pasado (a veces vergonzoso) del chico.
A Jungkook le fascinaba. Le agradaban sus suegros, y él le agradaba a ellos. Principalmente al señor Park que una noche, durante la cena, se había acercado a él y le había dicho:
—Tú sí eres un buen novio para mi Jimin, no como el otro inútil.
Somi se había ahogado con su bebida al escuchar eso y luego se había echado a reír.
—¿El otro inútil?
—¿Sunwoo? Algo así... Pero ese no importa. Tú me agradas. Y a mí princesa también le agradas, ¿verdad, Somi?