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—No, noona —dijo Jimin al teléfono. Se había ido a la cocina a hablar tranquilo porque en la sala estaba Tae esperándolo para seguir eligiendo atuendo para algunos shows en vivo, y en el comedor Jin y Jungkook resolvían temas logísticos que a Jimin realmente le aburrían—. Es solo que quiero un médico que no esté relacionado familiarmente con mi guardaespaldas.

¿De verdad? —Eun parecía un poco dudosa al otro lado de la línea—. Jiminie, ¿estás a gusto teniendo guardaespaldas? Sé que no estás acostumbrado, pero...

—No, descuida, noona. De verdad estoy bien.

¿Ese joven es amable contigo? Porque a veces la gente de seguridad puede ser algo tosca.

Jimin sonrió, seguía teniendo en su mente la noche anterior en donde Jungkook no había dejado de darle besos hasta que casi se habían quedado dormidos.

—Sí, es muy amable conmigo —respondió Jimin, justo cuando el aludido se acercó a la cocina. Se quedó en silencio al notar que Jimin hablaba por teléfono, e incluso dejó de moverse, como si cualquier movimiento fuera a delatar su presencia con Eun. Jimin le sonrió—. Noona, descuida, estoy bien. Solo por favor haz la cita para hoy mismo, Hobi Hyung no me dejará bailar hasta que esté seguro de que estoy bien.

De acuerdo, mimi. Yo me encargo, cariño. Te hablo más tarde para confirmarte la hora. Descansa y nos vemos mañana entonces.

—Adiós, descansa también. —Cuando Jimin colgó, Jungkook salió de su congelamiento y se acercó hasta donde estaba el chico.

Jimin no vio ni a Tae ni a Jin cerca, así que tuvo la confianza de llenar su rostro con una sonrisa y ponerse de puntitas para abrazar a Jungkook, recibió el beso del chico con tanto afecto y necesidad que tuvo que sujetarse fuerte porque sus piernas flaquearon.

Jimin había descubierto que no importaba cuántas veces besara a Jungkook, el nerviosismo siempre daba vueltas en su estómago y mente.

—¿Kim y tú ya acabaron? —preguntó Jimin entre pequeños besitos.

Jungkook negó sin soltarlo.

—La agenda de los siguientes días es más pesada, así que tenemos que cuidarlos bien. —Jungkook dijo aquello burlonamente y volvió a besarlo, pero era imposible no sonreír mientras tanto.

Jimin se soltó suavemente, incluso aunque lo intentara no podía dejar de verse tierno.

—No creo que a Kim le guste vernos así, Kook, no te quiero meter en problemas.

Jungkook se encogió de hombros.

—Creo que Jin está a años luz de poder decir algo al respecto, Jimin —rió Jungkook y luego le dio un último beso—. Así que solo porque estoy trabajando en tu plan de seguridad de la siguiente semana no te sigo comiendo esa boquita.

Jimin se acurrucó en su pecho, como buscando calor y dejó un suave beso en su cuello antes de decir:

—Cuando acabes, ¿podemos ir a tu penthouse?

Jungkook se aclaró la garganta.

—Solo para pasar tiempo juntos —dijo Jimin, aclarando sus intenciones mientras se separaba del cuerpo del chico. Llevaba puesto un abrigo un poco grande, y por eso podía meter sus manos sobre la tela y estrujarla como si fueran guantes—. No sé, tal vez... ¿ver una película?

Jimin estaba más allá de los nervios. No solo el tema del sexo era algo complicado, también lo era algo tan simple como las citas. Deseaba tener una cita con Jungkook, tan siquiera en la medida de lo posible porque era claro que no podían ser como una pareja normal que iba al cine o a un restaurante a comer. Y sobre todo, Jimin tampoco estaba seguro que fuesen una pareja.

Problematic Assignment || jikook + taejin || [Terminada✓]Where stories live. Discover now