—Dios, Jungkook, el tema de Eunwoo...

—No importa, Hyung. Eso no es algo que me interese traer de vuelta. Solo te digo que no es algo contra ti el no querer ir a ver cómo te casas. Es solo que... Jimin es muy importante para mí, y jamás lo dejaría acercarse a personas que podrían hacerle daño, y eso incluye a nuestro padre.

—Mamá te extraña.

—Y yo a ella, pero el hecho de que ella nunca haya sido cruel conmigo no significa que fue comprensiva. Así que... si para ser feliz debo poner distancia con mi propia familia, lo haré, a pesar de que me duela. Los amo y lo sabes, pero no volveré a ser nunca el Jungkook del pasado. Así como tampoco seré el mismo hermano que tú conociste.

—¿Todo por él?

—No. Es todo por mí. —Jungkook se encogió de hombros—. Elijo lo que me hace feliz y mejor persona, y eso es Jimin.

Jungkook se giró para marcharse pero, antes de hacerlo, Yonsuk lo tomó del brazo para detenerlo. Se miraron, y su hermano mayor le sonrió aunque sin perder su mirada melancólica.

—Solo prométeme... —le dijo Yonsuk—, que nunca olvidarás que, no importa el lugar ni la hora, yo siempre estaré para ti.

Jungkook asintió, y por primera vez en mucho tiempo le dedicó una sonrisa a su hermano.

—Lo sé, Hyung. Y gracias por eso.

Jungkook se alejó, yendo hacia la habitación donde estaba Jimin tratando de que Eun dejara de revisarle las heridas y que Tae no lo asfixiara con su abrazo.

—Dios, todo el mundo basta —soltó Jimin, jadeando—, estoy bien pero si siguen tratándome como un muñeco de trapo no lo estaré.

Jungkook reprimió su sonrisa, y se mantuvo junto a Seokjin cerca del pie de la cama. Gong se acercó a Eun.

—El doctor dijo que está bien, Eun, solo son heridas menores.

—¿Menores? —gruñó Tae—. ¿Qué no escuchaste a Mimi? Le dieron dos puntadas en el culo.

—Dios, fue en el muslo, Taehyung —soltó Jimin, con las mejillas rojas—. La verdad lo único que quiero es ir a casa a descansar.

—Aún están arreglando el penthouse —dijo Eun, pero Jimin negó.

—No, no quiero volver ahí. Quiero ir a mi casa.

Eun miró a Seokjin, al fin de cuentas él seguía siendo el jefe de seguridad. Pero Seokjin miró a Jungkook.

—Tampoco creo que sea bueno que ellos regresen al hotel —dijo Jungkook a Jin—. De camino al hospital hablé con el gerente y le dije que informara a mis padres de lo ocurrido. Entrará a investigación ya que es claro que hubo ayuda del personal para que esos sujetos entraran al piso de los penthouses, así que a partir de hoy ya no podemos confiar en absolutamente nadie del que no tengamos registro.

—¿Podemos? —repitió Seokjin, confundido.

Jungkook bajó la mirada y se aclaró la garganta antes de decir:

—Bueno, no puedo dejarte solo con la seguridad de Jimin. No después de lo que pasó.

Jimin borró cualquier rastro de sonrisa que tenía en el rostro y se quedó quieto, Tae lo notó y también se quedó serio.

—¿Qué? —dijo el pequeño.

Eun y Gong lo miraron, y ambos notaron en Jimin una mirada triste.

—Jimin —intervino Eun—, Jungkook no quiere dejarte solo, por eso me dijo que iba a seguir siendo tu guardaespaldas de forma permanente. Y la verdad me tranquiliza, ya no confío en ponerte a ningún extraño para cuidarte. ¿No te gusta la idea? Creí que te pondrías feliz.

Jimin tragó pesado y, comprendiendo que no podía dejar ver su decepción frente a los managers, se forzó a sonreír y asintió.

—Sí, Noona. Me pone feliz.

Pero no era cierto, porque cuando Jimin cruzó la mirada con Jungkook, supo que sus planes de dejar de esconderse frente al mundo se habían destruido por completo.

—Bueno —dijo Tae para cambiar el tema porque intuyó que era mejor llevar la atención de los managers a otro lugar—. Pues entonces no volveremos al hotel. Me parece perfecta la idea. Así que creo que también me iré con Jimin, al menos por hoy.

—¿De verdad? —preguntó Gong.

—Sí —le respondió—. Hablé con Somi hace un momento, le conté lo que ocurrió y me dijo que vendría al hospital a vernos pero que tenía que volver a los dormitorios con las trainies, así que yo le haré compañía.

—No me siento muy cómoda sabiendo que volverás a ese departamento, Jimin —le dijo Eun—. No es un área tan segura.

—He vivido ahí desde que debuté, y jamás me pasó nada.

—Pero ahora es diferente. Jimin, tal vez sea hora de que busques un nuevo lugar.

—Okay, hagamos una cosa —dijo Gong, para tratar de poner en orden todo—. No tienes que pensar en esto ahora, Jimin. Ve a casa hoy y descansa. De hecho, creo que lo mejor sería que tanto Tae como tú se tomen un descanso.

—¿Un descanso? —Tae frunció las cejas.

—Así es, Tae —le dijo Gong—. Ustedes dos han pasado por muchas situaciones traumáticas ya. Y lo que pasó hoy fue algo grave. Tal vez no lo dimensionan aún, pero si Seokjin y Jungkook no hubiesen llegado, esto habría terminado muy mal. Y eso es algo que deben de manejar y resolver en sus mentes. Creo que será mejor que cancelemos sus agendas por un par de semanas. Descansen, aléjense de todo esto. Antes que cualquier trabajo, están ustedes. Quiero asegurarme que ambos estarán mejor, no solo física sino también mentalmente.

Eun sonrió a Gong y asintió.

—Gong tiene razón —dijo ella—. Desde ya, ustedes no deben preocuparse por nada de la agencia, solo enfóquense en descansar. Solo que... deben comprender que incluso aunque descansen, no podrán quedarse sin su seguridad.

Jimin miró a Jungkook una vez más, tanto Kook como Seokjin estaban serios, pero asentían con la cabeza hacia los managers.

—Me parece razonable —dijo Jin, Tae también lo miraba con cuidado.

Pero ninguno pudo seguir hablando al respecto porque un par de enfermeras entraron a la habitación y una de ellas dijo:

—Es hora de llevarnos a nuestro paciente a sus últimos estudios, pero descuiden, no tardaremos.

Comenzaron a mover la camilla y los demás se apartaron un poco, pero una de las mujeres vio el collar de Jimin sobre su pecho y le dijo:

—Deberás quitártelo, no puedes entrar con él al escáner.

Jimin sujetó el dije de luna protectoramente y su mirada fue a parar hasta Jungkook. El pequeño usó sus manos vendadas para quitárselo, ya que los dedos quedaban expuestos, y luego se lo extendió a su guardaespaldas.

—¿Podrías cuidarla por favor, Kook?

Jungkook asintió y lo tomó. No habían dicho nada sospechoso ni actuado de manera descarada, pero Eun lo supo en cuanto vio la mirada del chico al entregarle la cadena al mayor. Eso era amor en sus ojos.

Y para confirmarlo, cuando Jungkook extendió la mano para tomar aquello, algo brillante se asomó en su muñeca y ella lo notó. Era un pulso que hacía juego con la cadena de Jimin... Eran joyas de pareja.

—Gong —dijo Eun, girándose hacia el sujeto a su lado—. Es hora de irnos, hay muchas cosas que resolver aún con la prensa, los policías y los directivos.

—¿Y los chicos?

Eun miró a ambos guardaespaldas y sonrió de lado.

—Descuida, Gong. Ellos se quedan en buenas manos.

Problematic Assignment || jikook + taejin || [Terminada✓]Where stories live. Discover now