Cuando el idol Taehyung es atacado por haters, queda en peligro no sólo su vida sino también la de su mejor amigo, Jimin.
Es ahí cuando su agencia le asigna al mejor guardaespaldas, pero... ¿será suficiente para proteger a ambos?
[Narración + Socia...
Patética, fue lo único que cruzó por la mente del chico.
Se organizaron con las chicas otro rato y luego los tres sujetos de capucha entraron por la puerta de servicio. Ellas debían entrar por la entrada principal para no levantar sospechas. Al fin y al cabo, era un hotel.
Dentro del área de servicio, Ru se topó con su amigo. El sujeto era trabajador de ahí desde hace meses, y era quien les había ayudado a entrar la vez anterior. Solo tenía el turno nocturno y estaba por salir del trabajo, así que los hizo pasar rápido y dijo:
—Tienen una puta suerte —rió el empleado—. Acaban de asignar un par de personas para ir al penthouse para un trabajo de limpieza. Es urgente, pero... logré convencer a mis compañeras de que me dieran el trabajo a mí. Ellas querían irse temprano, así que no objetaron mucho. Es casi la hora de cambio de turno así que la mayoría solo quiere ir a descansar, igual que yo.
—Gracias, Choi.
—Gracias, nada. Ya saben que me deben una grande igual que la última vez. —El sujeto les señaló unos casilleros y dijo—: En ese hay unos uniformes, ponganselos, pero les advierto que solo pueden subir dos.
—No hay problema —dijo uno de los tres chicos de capucha, acercándose más a la puerta—. Vayan ustedes dos, yo me iré.
Mark y Ru se giraron hacia él con gesto serio, pero el mayor se acercó al pequeño cobarde y le gruñó:
—¿Disculpa?
—Mark, es todo. Creo que yo mejor me voy.
—Dijiste que querías venir.
—Sí, pero cambié de opinión. —El chico suspiró—. Mark, ¿no crees que ya fue demasiado? ¿Para qué quieres entrar al penthouse? Si entras ahí no vas a poder salir sin problemas encima.
—Es tu "yo" cobarde hablando. Recuerda que estamos los tres en esto.
—No, yo estoy fuera.
—Eso quisieras. Tú estuviste cuando golpeamos a ese chico en el elevador, y ahora que sabemos que es el otro idol, créeme que todo se convierte en información incluso más útil. Así que estamos los tres en esto. ¿No quieres subir? Bien. Pero dejas tu culo en el puto hotel y nos cubres. Vigilas a esos tipos de seguridad, y si ves que ellos intentan subir, nos avisas.
Resignado, el chico asintió con una quijada tensa.
Mark, el líder, sonrió hacia los otros dos sujetos a su espalda y dijo:
—No perdamos tiempo, vamos a cambiarnos.
Menos de cinco minutos después, Mark y Ru ya estaban con el uniforme de servicio del hotel y tomando el equipo de limpieza como fachada. Siguieron las instrucciones del amigo de Ru y fueron por el elevador privado para el que le dieron llave de acceso.
Ya en el elevador, Mark comenzó a revisar y pudo darse cuenta que no había cámaras en él. Luego, en el pasillo de los penthouses, lo mismo. Era un espacio sin cámaras, lo cual era muy conveniente para ellos.
Era curioso porque, en búsqueda de su privacidad, estos chicos habían quedado completamente vulnerables.
Mark se aseguró de que fuese la puerta correcta antes de poner la clave de acceso y entrar. El equipo de limpieza lo dejaron en el pasillo, no era ni de cerca para lo que en verdad iban.
El interior era amplio, era básicamente un departamento en el hotel con todo y cocina incluido. Había un enorme desorden en ella, al igual que en el suelo que llevaba a la sala. Alguien había arrojado una botella de vino hacia la pared.
Intenso.
Ru comenzó a esculcar algunas cosas en la sala, pero Mark se acercó a la puerta de una de las habitaciones de donde provenía ruido. Eran voces.
—No, mejor quedémonos en cama, Jimin.
—Debes levantarte y bañarte, Gong vendrá más tarde y te querrá ver listo, Tete.
—Agg... ¿A dónde vas tú?
—Iré por algo para desayunar. Solo quédate aquí, hay un desorden afuera y no quiero que lo veas.
—Hubiese puesto a Kim a limpiarlo.
—Tae, basta... Mejor métete a bañar.
Un segundo después de escuchar aquello, la puerta de la habitación se abrió y un chico de aspecto delgado y frágil salió con el cabello revuelto. Al verlo se quedó quieto, confundido y asustado, pero al notar el uniforme del hotel su gesto se frunció.
—Amm... ¿Son de limpieza? —la voz del chico era insegura, era claro que ellos no se veían como el servicio de limpieza.
Mark sonrió de lado, pero ignoró la pregunta.
—Vaya —dijo el sujeto de manera burlona—, parece que al final del día, esas loquitas tenían razón sobre ustedes dos.
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