Cuando el idol Taehyung es atacado por haters, queda en peligro no sólo su vida sino también la de su mejor amigo, Jimin.
Es ahí cuando su agencia le asigna al mejor guardaespaldas, pero... ¿será suficiente para proteger a ambos?
[Narración + Socia...
Cuando Seokjin salió de la habitación, Jungkook ya lo estaba esperando en la cocina con una taza de té. Su amigo tenía los ojos rojos y su mano tembló un poco al tomar la taza.
—Esto te calmará —le dijo Kook.
Jin no se veía convencido con eso, pero hizo lo que el chico le pedía solo porque se veía agotado.
—Gracias, Kook.
Jungkook apretó los labios y, esperando a que Jin diera unos tragos a la infusión, dijo:
—Hablé con Jimin. Me dijo que Tae se quedó dormido.
Seokjin levantó la mirada rojiza y, tras unos parpadeos veloces, asintió y dejó la taza en la encimera.
—¿Te dijo si... Tae sigue creyendo...?
—Me dijo que le dieras tiempo. Mejor dime, Jin. ¿Qué demonios está pasando? Le dije a Jimin que tú no serías capaz de engañar a Tae, así que explícame qué ocurre.
—Dong Wook. Eso pasa.
—¿Tu ex?
—Él. —Ahora, Jin no solo se veía destruido, también reflejaba furia—. Gong me dijo hace unas horas que había visto a Dong Wook llegar a la agencia con otro sujeto, fueron a ver al CEO. Yo... lo único a lo que le encuentro sentido es que el CEO por alguna razón le haya dicho dónde vivo. Y entonces él solo... Maldita sea, Jungkook, te juro por lo más sagrado que yo no lo he visto desde hace años. Pero creo que él a mí sí, porque justamente hoy me llegó un mensaje a mi teléfono por parte de él.
Jungkook frunció las cejas, confundido.
—Entonces... ¿Estás diciendo que ese sujeto tiene tu dirección y tu número de teléfono? ¿Es que acaso el CEO le dio acceso a todo tu expediente o qué carajos? Seokjin...
—No sé, no sé... Kook, te juro que te estoy diciendo toda la verdad. No entiendo lo que está pasando, y tampoco entiendo por qué Dong Wook aparece en mi vida otra vez, de esta manera tan extraña. Pero te lo juro, yo amo a Tae. Jamás lo engañaría, Jungkook...
—Te creo, Jin.
—¿De verdad?
—Así es —le aseguró Jungkook—. Sé que lo amas, y también sé que Tae te ama.
—Pero es que no entiendo, Jungkook, ¡cómo puede pensar Tae que yo podría hacerle algo así! ¿Qué tipo de persona cree que soy?
—Seokjin, es Tae. Solo recuerda que gran parte de las personas en las que ha llegado a confiar, lo han traicionado. Desde su equipo de seguridad, Baek, incluso gente del Staff lo han vendido como carne fresca para los medios por mucho tiempo. No me extraña que se quiebre así de fácil, debe tener mucho miedo.
—Pero yo no soy el imbécil de Baek, y tampoco los incompetentes de su antiguo equipo de seguridad. Le he demostrado que lo amo...
—No puedes cambiar a Tae de la noche a la mañana, Seokjin. Tampoco puedes borrar sus miedos e inseguridades como por arte de magia. —Jungkook, un poco más tranquilo, se recargó en la encimera y suspiró, pensativo—. Jimin tiene razón, solo debes darle tiempo. Mañana hablas con él, y le explicas lo mismo que me estás diciendo. Además, hablaré con la seguridad del hotel. Expresamente pedí que la correspondencia la recogerías tú o yo en recepción.
—Te lo dije, Jungkook... Es demasiada información la que se está filtrando. Y que ahora sea Dong Wook el que obtenga esos datos me deja claro que viene por parte de alguien dentro de la empresa, y de los directivos. No quiero pensar mal del CEO... pero ya no es normal. Mañana temprano hay que cerciorarnos de que la seguridad para el evento es buena. No quiero que vuelva a pasar algo como la última vez. De hecho... Creo que lo mejor será que mañana Jimin no asista al fanmeeting de Tae. Deberías quedarte con él.
—De acuerdo. Solo... —volviendo a poner un gesto compasivo, Jungkook miró a Jin—. Dale tiempo a Tae de reorganizar sus pensamientos, y para que él mismo recuerde que se trata de ti, no de los otros idiotas que lo han traicionado antes. Pero si lo enfrentas antes de que él esté listo para hablar, solo se pondrá peor todo.
Jin agachó la mirada y exhalo de forma ruidosa.
—Jungkook... si pierdo a Tae... yo...
—No lo harás —aseguró Jungkook —. Solo es su primera discusión fuerte, y es un malentendido, pero los conozco a ambos. Se aman demasiado y van a salir de esto en cuanto los dos aclaren sus mentes.
Seokjin asintió suavemente, aún con la mirada ligeramente brillosa y los labios tensos, pero, después de respirar profundo para tranquilizarse, dijo:
—Por si las dudas, Kook. Debemos de asegurarnos de que Dong Wook no tenga acceso al hotel ni a ningún evento de Taehyung.
—¿Crees que sea capaz de aparecer sin invitación?
—Oh, Jungkook. —Jin miró a su amigo, y por primera vez vio en él un semblante preocupado—. Dong Wook es capaz de cualquier cosa, y por eso me inquieta saber que ha vuelto.
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